Miami. Enrique Serbeto Enviado Especial.
ABC. España, viernes 03 de noviembre de
2000
«Ni un voto más para los demócratas, ni un dólar más
para Castro», fue el grito de muchos cubanos exiliados en Miami cuando los
alguaciles se llevaron a Elián González. El suceso marcó el
ambiente político, pero por ahora no está claro el resultado de
las presidenciales en el Estado, porque si los cubanos se han radicalizado,
también lo han hecho los «anglos».
En Florida se ha producido uno de los cambios demográficos más
acusados en los últimos años en Estados Unidos, con el aumento de
población jubilada llegada de otras partes del país, cuyos
patrones políticos no responden siempre a los esquemas tradicionales que
se esperan en este Estado clave. Solamente así se explica que siendo un
feudo tradicional de los republicanos, sobre todo por el apoyo militante de la
comunidad cubana, y siendo el gobernador (Jeb Bush) hermano del candidato de
este partido, a estas alturas las encuestas indican que en La Florida no hay
todavía un resultado claro.
LIEBERMAN
Otra de las claves es la presencia de Joe Lieberman como candidato demócrata
a la Vicepresidencia. No sólo ha encontrado el apoyo de la numerosa y
también activa comunidad judía de Miami, sino que además
siempre ha sido uno de los congresistas de fuera de La Florida que mejor relación
tenía con los exiliados anticastristas y la causa de la Fundación
Nacional Cubano Americana (FNCA), que financió muchas de sus campañas
electorales con significativas donaciones.
Aunque el actual director ejecutivo de la Fundación, Joe García,
ha dicho que ésta «no apoya a ningún candidato porque la
causa cubana es un tema bipartidista», se considera que encabeza la facción
que se alegraría con una victoria demócrata, aunque no pueda
decirlo en público. En toda la junta directiva de la FNCA el único
que está afiliado abiertamente al Partido Demócrata es el ex
presidente Alberto Hernández y salvo al presidente Clinton, en toda su
historia no habían apoyado a ningún candidato demócrata.
Ahora, la presencia de Lieberman parece haber dividido a la línea
dura del exilio y puede que también haya convencido al sector silencioso
y más moderado de los cubanos de Miami. No se puede olvidar que la ciudad
de La Florida que tiene mayor proporción de cubanos, Hialeah, tiene un
alcalde demócrata.
Al otro lado, el máximo responsable de la Fundación, Jorge Mas
Santos, el hijo del fundador, se ha mostrado abiertamente a favor de George W.
Bush. Sólo se le ha visto en campaña una vez y fue precisamente
cuando Bush fue a Miami a celebrar un acto electoral en el que recibió no
poco dinero por parte de la Fundación para financiar su campaña.
La portavoz de la FNCA, Ninoshka Pérez Castellón, que tiene un
programa de radio de gran audiencia, no ha parado de lanzar las más ácidas
críticas contra los demócratas y de recordar la «traición»
de la Administración Clinton en el caso Elián.
En aquellos días, sin embargo, algunos grupos de habitantes de La
Florida estaban tan disgustados con la actitud de los cubanos que hicieron
sobrevolar las manifestaciones de exiliados contra la Administración
Federal con aviones que arrastraban lemas tan hostiles como el que les decía:
«Iros a Cuba».
La fractura social que se produjo entonces podría estar teniendo
ahora su reflejo electoral, aunque también en este caso con efectos
sorprendentes. Si en otras partes de EE.UU. suelen votar a los republicanos
cuando se trata de criticar la llegada de inmigrantes y de afirmar el
nacionalismo, en Miami ese voto sería más anti-cubano y se lo
llevan los demócratas que como ha demostrado Clinton son capaces de
suavizar las relaciones con Fidel Castro.
© 2000 Prensa Española S.A. Reservados todos
los derechos. |