¿Quién es el culpable: el
pueblo o sus gobernantes?
Víctor Rolando Arroyo, UPECI
PINAR DEL RIO, octubre - Cualquier terminal de Omnibus de Cuba es una
muestra irrefutable de lo que el gobierno comunista ha hecho en nuestro país
durante estos cuarenta años.
Rostros cansados, ojeras y llenos de arrugas con apenas treinta años
de edad, tanto en hombres como en mujeres que permanecen echados sobre los
bancos o el piso de dudosa limpieza de esos lugares, en espera de poder
transportarse hacía sus localidades de origen. Niños que gritan o
lloran pidiendo regresar a sus casas porque están cansados o tienen
hambre completan el espectáculo deprimente que día a día se
repite en cualquiera de esas instalaciones.
Una chillona voz que anuncia: "El ómnibus con destino a... tal
lugar... no va a salir por desperfectos técnicos". Y ni siquiera
piden disculpas por el maltrato reiterado que ya se volvió rutina.
Pero, si casualmente sale el ómnibus entonces se produce una odisea:
empujones, alaridos, agresiones, palabras indecentes, robo y muchas otras
cuestiones de las que nadie se salva, ni siquiera ancianos o niños.
Así se transporta, así vive un pueblo cuyo gobernante cacarea
logros y buenaventuranzas invisibles.
Ante semejantes escenas, ¿cómo hablar de cultura?
Los medios de prensa dependientes del Partido Comunista hablan de estas
realidades, pero en el lenguaje de los intereses de quien les paga. Acusan al
pueblo, al pueblo que sufre la insuficiencia de ese grupo político, de lo
que sucede en esos lugares. Le piden cultura, que todos sabemos es el lema
vigente en el discurso político del régimen de Fidel Castro.
¿Por qué los periodistas dependientes no hablan sobre los
verdaderos cusantes de esos males?
Hay mucho de realidad en ciertas voces que ya se escuchan por ahí: "¡Esto
no hay quien lo aguante mucho más tiempo!"
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