Invitación y sueños
Manuel David Orrio, CPI
LA HABANA, mayo - Entre el primero y el 3 de junio tendrá lugar en República Dominicana la Conferencia Internacional Desastres Naturales y Transparencia en la Reconstrucción: Periodismo de Investigación contra la Corrupción, auspiciada por el Centro
Latinoamericano de Periodismo (CELPA) y a la cual tuve el honor de ser invitado, en unión de unos cuarenta colegas representativos de medios de prensa de la región.
Soñar, nada cuesta. Los anfitriones solicitaron que cada participante remita un "ejemplo de su investigación periodística... un trabajo de investigación propio o realizado en colaboración con otros periodistas y que haya sido publicado hace menos de dos años".
Por un minuto, casi corro a los archivos, así, como prisionero del sueño, llevado por el deseo de elegir entre varios artículos dedicados al intento de descifrar las estadísticas misteriosas del Gobierno de Fidel Castro, hijas de una falta de transparencia en el acceso público
a la gestión de los asuntos cubanos que, a mí, me huele a una exquisita forma de corrupción.
Frente al archivo -aún entre sueños- lamenté no poder elegir una investigación publicda cuatro años atrás. Quién sabe si en vez de preferir misterios estadísticos, hubiera escogido mi serie de artículos sobre la crisis habida en
Concilio Cubano, allá por el verano de 1996, probatoria de que en la oposición a Fidel Castro también se puede padecer de corrupción. Quién sabe, los vericuetos de lo onírico son así: infinitos, intrincados, tanto como un despertar a una realidad de
pesadilla, buena para preguntarse dónde comienza un ignorar de lo real de Cuba o por qué puede existir tanto talento para el humor negro.
Por supuesto, nada de asistir al evento que tan gentilmente me convocó. La invitación fue cursada por fax un 24 de mayo, y la conferencia de Santo Domingo se iniciará el primero de junio. Ningún cubano simple, mucho menos si el Gobierno de Fidel Castro le considera "enemigo",
puede abordar un avión como si tomara uno de esos vehículos kafkianos que caracterizan al transporte público habanero, y a los cuales la población les ha endilgado el mote de "camellos", a causa de su raro diseño, hijo de mezclar jadeos de autobús,
ínfulas de ferrocarril y jactancias de camión de carga pesada. Por ello, discutan los colegas que irán a Santo Domingo cómo diantres un "camello" ha encontrado empleo de transportista público, en país nada desértico como Cuba. Vale la pena,
pues la conferencia a la cual fui invitado también aspira a tratar el tema de la relación entre desastres naturales y transparencia informativa. Quién sabe: quizás, el debate ayude a comprender el por qué de mi no asistencia.
Esta información ha sido transmitida por teléfono, ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a Internet.
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza la reproducción de este material, siempre que se
le reconozca como fuente.
|