Prohibido pensar
Lic. Oscar Espinosa Chepe
LA HABANA, mayo - Encabezados por Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba (PCC), los voceros del régimen repentinamente han comenzado una feroz campaña de ataque contra sectores moderados de la sociedad por haber cometido el supuesto pecado de opinar y
expresarse pacífica y respetuosamente sobre la terrible situación nacional, así como proponer soluciones, para concluir un drama aparentemente interminable.
Los autodesignados monopolizadores de la verdad y el patriotismo no pueden tolerar que alguien piense. Para ellos, al pueblo de Cuba debe bastarle las consignas que a diestra y siniestra pregonan hasta el cansancio los medios masivos de comunicación absolutamente controlados. Y si
alguien, por moderado que sea, se atreve a discrepar procuran aplastarlo con su poderosa maquinaria propagandística y represiva.
Con los mismos métodos se martirizó a millones de seres humanos en los países del antiguo bloque soviético incluidos muchos que en principio creyeron construir una sociedad justa, para comprender posteriormente que en realidad edificaban un infierno.
Los falsos calificativos de "contrarrevolucionarios" y "agentes de potencias extranjeras", iguales a los utilizados hoy en Cuba, fueron empleados para perseguir y encarcelar a patriotas y honestos ciudadanos.
Para los pretendidos dueños de la verdad absoluta los únicos facultados a pensar y actuar como mejor les convenga son ellos. Los demás mortales -de acuerdo con sus dogmas- nacieron para obedecer y servir de simples marionetas. A estos "ungidos" de la intolerancia
y el fundamentalismo todo les está permitido. Cuando viajan al exterior a la vez que se reúnen con las autoridades de los países se entrevistan con la oposición sin importar su ubicación política, brindan tantas conferencias como pueden y presentan
exposiciones de todo tipo, siempre con una alta carga ideológica. Pero, si alguna persona osa entrevistarse con un ciudadano extranjero para conocer lo que sucede en el mundo: eso es traición. Y si un país desea mostrar al público cubano unos simples carteles sobre su
historia, eso es un acto subversivo violatorio de la soberanía nacional.
Por otra parte, resulta paradójico este repentino ataque a los sectores moderados de la oposición y a la Iglesia Católica cubana que se han opuesto a la ingerencia extranjera en los asuntos internos de la nación y al embargo, cuando en Estados Unidos todo indica la
existencia de grandes posibilidades de cambio en su política hacia Cuba y por lo menos en el corto plazo queden eliminadas las prohibiciones para la venta normal de medicinas y alimentos. Es evidente que estos ataques no benefician a quienes en el Congreso norteamericano se afanan en
eliminar el embargo. Por el contrario, brindan argumentos a los congresistas que apoyan el mantenimiento de la vieja política hacia Cuba.
El sentido de estas campañas de vituperios y calumnias pudiera sustentarse en el interés de boicotear cualquier intento de mejorar las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, como se ha realizado en otras ocasiones, y así evitar que se debilite la gran coartada: el embargo.
Esta información ha sido transmitida por teléfono, ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a Internet.
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