Interferencia para romper tímpanos
Tania Díaz Castro
LA HABANA, mayo - La emisora Radio Martí, ubicada en Miami y que representa a un exilio de más de dos millones de cubanos, sufre de una interferencia las 24 horas del día con el fin de que en Cuba no pueda escucharse. ¡Por algo será!
Este fenómeno, provocado exprofeso por el gobierno de la Isla, es una prueba fehaciente de que aquí se violan los derechos humanos pues no se respeta el interés que tienen muchos en escuchar dicha emisora.
Sin embargo, se pregona en los medios de comunicación que la informática es un elemento decisivo para el progreso del planeta, que serán instalados transmisores de FM para ampliar y mejorar la calidad del servicio de radio en numerosas provincias de Cuba con el objetivo de
informatizar al país y desarrollar sus comunicaciones.
En Cuba, es bueno señalar, no contamos con inspectores sensibilizados capaces de controlar el daño que ocasiona una agresión sonora en el medio ambiente, como fiestas caseras a cualquier hora del día y de la noche, los equipos de música a todo volumen en los
comercios y mucho menos el perjuicio que puede ocasionar a la capacidad auditiva de los oyentes de Radio Martí en nuestro país la perturbación a sus emisiones.
Si los cubanos contáramos con un sistema legislativo y judicial independientes, podríamos exigir que se suprimiera dicha interferencia ante el daño biológico que ésta constituye. A pesar de todo, me parece escuchar a cientos de miles de voces diciendo que
prefieren quedar sordos de cañón y estar hoy bien informados.
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