CUBANET... INTERNACIONAL

Mayo 19, 2000



¿Cómo fue la muerte de Martí?

Luis Gomez y Amador. Publicado el viernes, 19 de mayo de 2000 en El Nuevo Herald

El coronel Ximénez de Sandoval, en mayo de 1895, tenía bajo su mando la plaza de Palma Soriano, provincia de Oriente. Los días 16, 17, 18 y 19 de mayo se dirigió, al frente de un convoy militar, hacia Remanganaguas y las Ventas de Casanova. Durante el curso de la marcha, tuvo noticias de la presencia de mambises en las cercanías de la Boca de Dos Ríos. Mandaba una fuerte columna compuesta de tropas de infantería, escuadrones de caballería y de fuerzas auxiliares de guerrilleros cubanos. Y decidió salirles al encuentro.

Cerca del río Contramaestre encontró huellas de los insurrectos. Detuvo a un campesino que finalmente le confesó la presencia en la zona de Máximo Gómez, José Martí y Bartolomé Masó. Y guió a los españoles a la Jatía, lugar donde estuvieron, poco antes, acampados los cubanos. Sandoval encontró el sitio ideal para descansar y colocar en formación de defensa a su tropa, por haber hallado el lugar ventajoso para hacerse fuerte en él: en el flaco izquierdo tenía el río Contramaestre, muy crecido y con barrancos de unos seis metros, lo que lo cubría de un ataque sorpresivo; por el derecho, un bosque de jatía que era como un muro protector natural; en la retaguardia colocó a la caballería. Una cerca de púas de alambre que iba desde la orilla del Contramaestre hasta el bosque de jatía, le ofrecía una buena defensa por el único lugar que podía ser atacado. Y detrás de ella, desplegó a sus rifleros. Allí esperó la embestida de los generales Gómez y Masó. Y para provocarla, mandó una patrulla de caballería para atraer a los mambises hacia donde estaba atrincherado.

Gómez picó el anzuelo al ordenar a sus hombres y a los de Masó el ataque, no sin antes ordenarle a Martí que se retirara ``hacia atrás, que éste no es su puesto''. La recepción que recibieron fue tan violenta, que Gómez consignó en su diario: ``Jamás me he visto en trance más comprometido''. Martí, disconforme con la orden de Gómez, decidió montar en su caballo Baconao, regalo de José Maceo, y con la sola compañía de un jovenzuelo, salió en busca de Gómez. Vadeó el río Contramaestre, y al llegar a la cima de un barranco vino a encontrarse frente a la línea de fuego de los españoles. Fue fácil blanco de la fusilería española.

Era un día lluvioso. Su sueño de morir combatiendo cara al sol se lo negó la naturaleza. Según el parte médico del forense, doctor Pablo A. Valencia, el día 23, el cadáver presentaba ``una herida de bala, en el pecho --a nivel del puño del esternón--, otra herida de bala en el cuello, cuyo orificio de entrada estaba debajo de la barba, otra herida de bala en el tercio inferior del muslo derecho''. Los historiadores cubanos han creado cada uno una versión de la muerte del Apóstol: Rafael Esténger (Vida de Martí, p. 143) dice: ``La gente de Gómez avanzaba sin orden riguroso, casi a capricho, y Martí quedó solo''. Lo que indica que Martí iba acompañando a Gómez y Masó. Márquez Sterling (José Martí, p. 194): ``¡A caballo! ¡Masó, siga detrás de mí! --¿Dónde está Martí? Allá va al frente, delante de todos''; Santovenia y Shelton (Cuba y su historia, p.122-23, segundo tomo): ``Martí corrió a participar en el combate, sin oír las indicaciones en contrario de Gómez. A poco Martí cayó de su caballo. A caballo, cara al sol, peleando por su patria, como lo había querido''. Como era un día lluvioso, ese cara al sol debe entenderse en un sentido poético o simbólico, creemos; Jorge Mañach (Martí, el Apóstol, p. 278-80) dice que el 18 de mayo Martí estaba postrado en el campamento debido a un infarto inguinal (hernia) ``que le impide moverse y aun armarse''; sin embargo, el 19 está montado ``en su jaca mora'' y arenga a la tropa a punto de partir; ``iniciado con violencia el fuego, Martí pide un revólver a uno de los ayudantes de Masó --y le convida a seguir adelante. ¿Arrebato épico? ¿Inexperiencia? ¿Codicia de su hora? Solos se lanzan contra la humareda. Al llegar cerca de un denso matojal los recibe una descarga cerrada''; Daniel Román (Los seis grandes errores de Martí, p. 171) nos señala que Gonzalo de Quesada, secretario de Martí, escribió: ``Mientras Gómez ataca y aniquila uno de los flancos españoles, el general Martí avanza con unos pocos compañeros por otro camino. Ataca y su caballo brioso lo lleva delante de sus hombres. Es su primer encuentro, es su última victoria''.

Reaccionando a esas palabras, Román responde: ``Todo esto es una sarta de mentiras enderezadas a hacernos creer que Martí llevó a cabo una acción militar y murió en pleno combate. Jamás existió tal combate y jamás existió ese grupo de hombres''. Muriera como muriera, importa poco. Lo cierto es que el 19 de mayo de 1895 lo mataron los fusileros del coronel Sandoval. Y que dio su vida por la libertad de Cuba. ¡Que no quede un cubano sin honrar su memoria!

Colaborador de diarios y revistas, fue profesor de Cultura y Civilización de los Cursos Internacionales de Verano de la Universidad de Salamanca.

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