ZENIT, 18 de mayo de 2000 El Mundo Visto Desde Roma.
Reconoce el temor de que en Cuba suceda algo parecido a Polonia
LA HABANA, 18 mayo (ZENIT.org).- El martes pasado, el diario oficial de Cuba, «Granma», acusó a hombres de Iglesia de conspirar, junto al gobierno de Polonia, contra la revolución traída por Fidel Castro. En un colorido artículo de opinión, en el
que abundan los insultos, se acusa al senador polaco Zbigniew Romaszewski, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Senado de Polonia y miembro del Sindicato Solidarnosc, de visitar la isla para organizar la contrarrevolución.
El diario le acusa a Romaszewski de alentar a un grupo de opositores a «asumir la alta responsabilidad de gobernar el país» y de profetizar para el régimen comunista cubano el mismo fin que sufrieron los antiguos dirigentes polacos, quienes al darse cuenta de los
cambios compraron todo el país con el dinero procedente de la corrupción.
En concreto, el artículo, que lleva por título «Aventura contrarrevolucionaria del gobierno de Polonia en Cuba», acusa a Romaszewski de reunirse con un grupo de personas en la provincia de Pinar del Río durante un encuentro de economistas celebrado en el Centro
de Formación Cívico Religiosa, que dirige Dagoberto Valdés Hernández, miembro del Consejo Pontificio Justicia y Paz (organismo vaticano) y director de la revista católica cubana «Vitral». El periódico tacha a Valdés de «calumniador
sistemático y enemigo acérrimo del proceso revolucionario».
Ahora bien, el mismo artículo reconoce entre líneas los motivos de esta violenta reacción contra la visita de Romaszewski. El senador polaco dictó una conferencia «en la que disertó sobre la desaparición del socialismo en Polonia y los métodos
de lucha empleados por la oposición polaca, incluidos los de carácter clandestino».
A continuación dirige sus ataques contra monseñor José Siro González Bacallao, obispo de Pinar del Río, presidente de Caritas Cuba y miembro del Comité Permanente de la Conferencia de Obispos de Cuba, reo de haber tenido un encuentro con este
representante polaco. «¿De qué hablaron durante tan prolongada entrevista?», se pregunta «Granma» en su primera página. «Nadie lo sabe», responde, al no poseer ninguna prueba del motivo y contenidos del encuentro.
Estos temores quedan manifestados también al informar sobre la presencia del senador polaco en una exposición de carteles y pinturas sobre temas relacionados con los reclusos de conciencia en el mundo montada en las salas de la iglesia de San Juan de Letrán. «Como se
conoce --explica el diario--, los que en Cuba cometen acciones contra la Revolución, incluidas conspiración, difamación, sabotaje, terrorismo o traición al servicio de la política de Estados Unidos, son calificados por los enemigos de nuestro país como
presos de conciencia».
«Las piezas en exhibición pretendían ofrecer una retrospectiva del proceso político de posguerra en Polonia --comenta «Granma»--, con énfasis en una visión negativa del papel desempeñado por los comunistas polacos, el surgimiento y
desarrollo del Sindicato Solidaridad, el papel de éste en el derrocamiento del socialismo en Polonia y el apoyo brindado por la Iglesia Católica polaca para lograr ese fin». Señala además que la exposición ha sido visitada por diplomáticos de todos
los países que antes eran satélites de la Unión Soviética.
La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) ha respondido ante las afirmaciones de «Granma» con suma ecuanimidad. Un comunicado de su portavoz, Orlando Márquez, se limita a constatar que «llama la atención el lenguaje empleado y es de desear que esto
no tenga mayores consecuencias».
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