La nave de los fracasos
Héctor Maseda, Grupo Decoro
LA HABANA, mayo - El Ministerio de Transporte cubano también tuvo que rendir su informe anual del trabajo realizado en 1999. Como nueva consigna, sostienen que podrán elevar el aprovechamiento de los recursos e incrementar la calidad de los servicios. Pero no obstante el lenguaje
apologético adoptado por sus dirigentes este año, las deficiencias que persistieron con redoblada fuerza en el sector fueron los rasgos más notables que matizaron el encuentro-balance.
Se dijo -entre otras cosas- que durante el año 1999 lograron mover nacionalmente a 732 millones de personas en todos los medios automotores y de arrastre que posee el país para el servicio de la comunidad, y que ese esfuerzo implicó un 3,6 por ciento del plan trazado y un 13
por ciento de crecimiento con relación a 1998. Estas cifras, dichas de esa manera, pudieran crearnos la ilusión de que todo marcha sobre ruedas. Sin embargo, la realidad apunta en la dirección opuesta.
Si tomamos como base de comparación los resultados de 1989, vemos que ese año se logró transportar 3,2 mil millones de pasajeros en el país por todos los medios disponibles. Esto significa que en 1999 sólo se alcanzó el 23 por ciento de las prestaciones
de servicios realizadas hace una década, cuando teníamos una población inferior a los 9 millones de ciudadanos, y la actual supera los 11,2 millones de habitantes. Debemos tener en cuenta, además, que en aquel año de 1989 no se cubrieron todas las necesidades de
transportación requeridas por nuestro pueblo.
Puestas las cosas en su justo lugar, y lo digo con sinceridad, no nos damos cuenta de qué pueden sentirse satisfechos los actuales dirigentes del Ministerio del Transporte si, a todas luces, lejos de obtener resultados satisfactorios, continuamos desplazándonos en la nave de los
fracasos.
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