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Mayo 3, 2000



La Unión Europea, Lomé y Cuba

José Manuel Aguilar. Diario de Ibiza, mayo 3, 2000

La nueva Convención de Lomé, que reglamenta las relaciones de cooperación entre la Unión Europea y los 71 países de África, Caribe y Pacífico (ACP), se firmará en Fiji, Pacífico Sur, en junio próximo. El año del milenio está también siendo el año del hemisferio sur. En Brasil se conmemoran los 50 años del viaje de Cabral. En Australia se celebrarán las Olimpiadas 2000, en Nueva Zelanda se organiza el Festival 2000, Samoa ha acogido la formación de la Asamblea Global de los Pueblos y en Fiji se firmará el mayor acuerdo de cooperación internacional fuera del marco de la ONU, entre Europa y países en desarrollo.

La nueva Comisión, sucesora de las cuatro anteriores que han estado en vigor casi desde el nacimiento de la Unión Europea, antes Comunidad Europea, hace cuarenta años, tendrá una duración de 20 años, una dotación inicial para los próximos siete años de 22,8 billones de Euros y un marco de cooperación mucho más amplio. Incluirá la cooperación técnica y cultural, ayuda económica, apoyo a las estabilizaciones estructurales, condonación de la deuda, ayuda humanitaria y relaciones comerciales normalizadas en el contexto de las normas de la OMC, que han afectado singularmente al régimen de exportación preferencial del plátano y a acuerdos de libre comercio. En la problemática de las relaciones norte sur, el marco de la nueva Convención de Lomé es un instrumento de cooperación fundamental, aunque siempre mejorable.

Por parte de la Unión Europea, intervienen las instituciones, la Comisión Europea, el Fondo Europeo de Desarrollo, el Banco Europeo de Inversiones, el Parlamento Europeo, la Asamblea Paritaria, la Cooperación Técnica y Cultural, además de los 15 Estados de la Unión a través de sus aportaciones al FED, y de la cooperación bilateral y las aportaciones a las agencias especializadas y programas de Naciones Unidas. Por parte de los ACP se establece un sistema estructurado de cooperación con la UE, además de la cooperación regional, que está resultando primordial para el desarrollo de estrategias integradas de muchos países en desarrollo. El marco UE-ACP está permitiendo abrir caminos de entendimiento, diálogo y cooperación también en el marco de Naciones Unidas.

Precisamente en el marco de esa cooperación regional, hace años que la Unión Europea y varios de sus estados miembros, junto al Caricom, la comunidad regional del Caribe, y varios de sus estados miembros, vienen buscando fórmulas de cooperación con Cuba y su eventual participación en la Convención de Lomé. Esta semana estaba prevista la llegada a La Habana de una delegación de la troika de la Unión Europea, presidida por Portugal, para restablecer el diálogo político, económico y técnico que pudiera llevar a Cuba a integrarse en la Convención de Lomé, superando bastantes reticencias tanto por parte europea como del Caricom, donde cuba sólo tiene status de observador. Sin embargo la misión ha sido cancelada unilateralmente por el Gobierno cubano, sine die.

Parece como si el régimen cubano, engordado con la reciente Cumbre del Grupo de los 77, tras la vista Papal, y la Cumbre Iberoamericana, además del caso del niño balsero, quiere volver a donde siempre está, al inmovilismo. Ha servido de pretexto para suspender la misión de la Unión Europea, la posición tomada por varios estados de la Unión en la anual Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, recientemente concluida, donde se denunció la violación de los Derechos Humanos en Cuba, mientras que por cuestiones de procedimiento, China evitó ser denunciada.

Pese a la normalización de las relaciones bilaterales con España, el apoyo español contra el embargo norteamericano, y en la renegociación de la deuda, las inversiones españolas desafiando a ley Helms-Burton, y los múltiples canales de diálogos abiertos, cíclicamente las autoridades de La Habana, se cierran sobre sí mismas. La Convención de Lomé ofrece muchas garantías de cooperación y normalización para Cuba, y autoexcluirse puede retrasar aún más el desarrollo sostenible que Cuba quiere conseguir.

Si Cuba no está en Fiji en Junio para firmar la Convención de Lomé habrá perdido una última oportunidad de que la Unión Europea pueda contribuir a situar a Cuba en su contexto internacional. No es probable que la Unión Europea pueda firmar un Acuerdo de Cooperación bilateral con Cuba, fuera del marco regional del Caribe y de la Convención de Lomé, y de lograrse sería muy limitado. Quizás como España en1970 cuando firmó un acuerdo preferencial con la Comunidad Europea, pero no pudo integrarse, y tuvo que esperar 15 años para poder firmar el tratado de adhesión a la Unión Europea, sólo después de haber iniciado el cambio democrático. Hasta en esto parece estar presente el legado español en Cuba, más de 100 años después de salir de la isla.

(*) José Manuel Aguilar es ex director de la División para el Caribe de la Comisión Europea

© Diario de Ibiza. Fray Vicente Nicolas, 27 07800 IBIZA

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