Eficiencia azucarera: una meta todavía no alcanzada
Mario J. Viera González, Cuba Voz
LA HABANA, 7 de marzo - Desplazada Cuba por el Brasil como principal productor y exportador de azúcar, y perdido irremisiblemente su rico mercado natural de Estados Unidos, la industria azucarera cubana necesita desesperadamente hacerse eficiente y competitiva en una época de
precios en el mercado internacional que tienden cada vez más al nivel de las "vacas flacas".
Eficiencia significa aprovechar al máximo las capacidades productivas y regirse por criterios estrictamente económicos. La competitividad expresa la aptitud para competir con éxito en la lucha por el mercado. Sin eficiencia no hay competitividad pues la una se deriva de la
otra. Para estar en condiciones de competir con éxito se requiere poder ofrecer un producto de primera calidad obtenido a un menor costo.
El vínculo campo-industria en el caso de la producción azucarera es indisoluble. Tanto la parte agrícola como la industrial deben corresponderse armoniosamente, y mucho más cuando, como en Cuba, ambas actividades en sentido general constituyen una misma identidad
económica.
La eficiencia azucarera en Cuba no puede medirse sólo a partir del comportamiento del sector industrial pues, en este caso, ella no es más que el total de la sumatoria de todo el comportamiento económico del campo y de la casa de ingenio. Los factores tanto positivos como
negativos se van sumando algebraicamente desde la preparación de los suelos donde se plantará la caña hasta el piso de azúcar y, aún más allá, hasta el flete de la transportación del producto.
Parece ser que estos elementales razonamientos están recogidos en la agenda de trabajo del Ministro del Azúcar, el general Ulises Rosales del Toro, sin embargo los esfuerzos emprendidos por el y su equipo de asesores todavía no han cuajado en lo que pudiera considerarse una
verdadera recuperación de la principal industria de Cuba.
Marzo, el mejor puntista del país, ha llegado sin los resultados que las precedentes condiciones climatológicas - que prevalecieron durante el período de tres zafras - habían pronosticado. Al cierre de febrero solamente 14 centrales lograron sobrepasar el 12 por
ciento de rendimiento azucarero, es decir sólo el 15 por ciento de los centrales que participan en la molienda (112) lograron resultados satisfactorios en ese importante indicador de eficiencia que es la riqueza en azúcar de la caña a moler.
Por otra parte según el Granma (periódico del Partido Comunista) el Ministro del ramo informó que un número de centrales, que él no preciso, ni siquiera habían alcanzado el 10 por ciento.
Los centrales incluidos en la nómina de los menos productivos fueron el Camilo Cienfuegos (antiguo Jersey) de la Habana, los matanceros México (Alaba) y Esteban Hernández (Guipuzcoa), de Sancti Spíritus los centrales Obdulio Morales (Narcisa), FNTA (Trinidad) y Simón
Bolívar (Victoria), el camagüeyano Brasil (Jaronú) y los de la antigua provincia de Oriente Guatemala (Preston) y Rafael Freyre (Santa Lucía).
Muchos son los factores que deben haber incidido para que sólo 14 centrales posean riquezas propias del momento con variedades que por lo general presentan entre 12 y 15 por ciento de riqueza en azúcar al alcanzar la madurez. Uno que de seguro influyó de manera más
perniciosa debe haber sido la molida de grandes volúmenes de caña cortada con más de 72 horas, que ha sido una constante de las últimas campañas de molienda. Indudablemente todo lo que se le dejó de hacer a los campos de caña finalmente se reflejará
en pobres contenidos en sacarosa. Por supuesto, la caña de primavera quedada en grandes proporciones en detrimento de los retoños y fríos puede haber influido también con la presencia de numerosos renuevos (tallos jóvenes y maduros) que tan propio son de esos
campos los que además de no aportar azúcar contribuyen a robarla.
De acuerdo con los datos suministrados por el Ministerio del Azúcar (MINAZ) a la prensa gubernamental, el costo promedio de producir una tonelada de azúcar en los centrales debe situarse en el entorno de los 420 pesos. Por debajo de la media nacional los diez centrales más
sobresalientes con costos entre 278 y 299 pesos la tonelada, según el MINAZ, fueron al finalizar febrero: Emilio Díaz Machado (antiguo Santa Regina) en Granma, que el 12 de febrero fue considerado el más sobresaliente con costos de 282,44 pesos la tonelada; El Vaquerito (Santa
Lutgarda) de Villa Clara, que el 1 de marzo sobrepujó al anterior disminuyendo el costo de la tonelada de crudo a 278 pesos; Loynaz Echevarría (Alto Cedro) en Holguín; 10 de Octubre (Santa Rosa) en Villa Clara; Habana Libre (Habana) en la provincia del mismo nombre; Fernando de
Dios (Tacajó) en Holguín; Colombia (Elia) en Camagüey; Dos Rios (Palma) en Santiago de Cuba; Francisco Castro (Dos Amigos) en Granma y el Antonio Maceo (antiguo central Maceo).
Los diez con más altos costos de producción entre 439 y 666 pesos la tonelada fueron citados: Guatemala (Preston) de Las Tunas, Argelia Libre (Manatí) de Las Tunas, Cándido González (Santa Martha) en Camagüey, Rubén Martínez Villena (Rosario)
de La Habana, Eduardo García Lavandero de La Habana, Jesús Menéndez (Chaparra) de Holguín, Abraham Lincoln (Atorra) de La Habana, Ecuador (Baraguá) en Ciego de Avila, el Augusto César Sandino (Mercedita) de La Habana, que el 12 de febrero se presentó
como el peor del país con 441 por tonelada y que en marzo quedó por encima del Nicaragua (Boston), en Holguín, que la tonelada le costó 666 pesos producirla.
Algo debe ser resaltado: no hay correlación significativa entre los centrales con mayores costos de producción y los que obtuvieron bajos por cientos de riqueza en azúcar, salvo en el caso del antiguo Preston cuyos costos son elevados y su riqueza en azúcar no
sobrepasa el 10 por ciento. Algo similar se puede decir de los centrales con menores costos. Solamente El Vaquerito, antiguo Santa Lutgarda, coincide con aquellos que sobrepasaron el 12 por ciento de riqueza azucarera.
Parece ser evidente que existe una gran dispersión en cuanto a los indicadores de la eficiencia azucarera. Así, centrales que cuentan con una caña rica en sacarosa se ubican entre los más derrochadores. Por el contrario, centrales que sus cañas no han
alcanzado la plenitud de sus riqueza en sacarosa logran costos industriales que se sitúan por debajo del costo medio nacional. Hay centrales que tienen que moler más caña para obtener cada tonelada de crudo, sin embargo su producción es más barata. Esto sin dudas
es una contradicción económica y demuestra que aún pese al empeño del Ministro y sus asesores el tramo que falta para alcanzar la eficiencia y llegar a la recuperación azucarera es bastante largo y queda mucho trecho por desandar.
Parece que teniendo en cuenta estas contradicciones el Consejo de Dirección Ampliado del MINAZ decidió que en lo adelante sólo serán declarados cumplidores y eficientes los Complejos (Agroindustriales Azucareros) que fabriquen el azúcar comprometida en costos y
tengan utilidades. Pocos serán los centrales que podrán ser declarados cumplidores.
La administración de la industria azucarera tiene que apoyarse en tres pilares fundamentales de su gestión económica: en el Contador Principal, en el laboratorio y en lo que antes se denominaba Departamento de Campo. Cada decena la administración del ingenio debe
tener sobre la mesa de trabajo los informes económicos y contabilístiscos que le permitan vigilar la marcha de los precios. El informe del laboratorio para conocer los resultados de la producción, y contar con el asesoramiento constante del Departamento Agronómico. Más
que perder el tiempo en reuniones, la administración tiene que concentrarse en el análisis periódico de su gestión, es decir, "meterse de lleno en la concreta", como acostumbran llamarle los comunistas al trabajo directo sobre los problemas concretos de la
identidad económica.
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