Las UBPC y las CCS dos conceptos, ninguna solución
LA HABANA, 3 de marzo (Graciela Alfonso, periodista independiente) - Las agrupaciones agrícolas fundadas a finales de 1993 bajo el nombre de Unidades Básicas de Producción Cooperativa debían constituir parte de la solución al déficit de productos
agropecuarios originado a raíz de los sucesos en Europa del Este.
Después de cinco años de implantado este método de organización agrícola, el objetivo central del 59,7% de las UBPC existentes en el país es alcanzar la condición de rentables.
Sus resultados, calificados de superiores por los medios oficiales, se contradicen cuando fuentes bien informadas aseguran que las UBPC en 1999 tuvieron pérdidas cercanas a los 200 millones de pesos.
Tampoco la población percibió los incrementos productivos, cuando por la cartilla de racionamiento no se vendió más que lo de costumbre, ocasionalmente patatas, tomates y plátanos de la variedad conocida como plátanos burros.
Motivados por el surgimiento de un movimiento campesino independiente, el gobierno decidió celebrar un encuentro nacional de presidentes de Cooperativas de Créditos y Servicios en junio de 1998 bajo un programa denominado fortalecimiento del sector campesino.
Sin embargo, el fortalecimiento en las Cooperativas de Créditos y Servicios no se relaciona con el crecimiento de la producción, pues para adquirir la condición de fortalecidas las CCS sólo requieren la formación de una nueva estructura organizativa que incluye
un presidente, un jefe económico y auxiliares administrativos.
El incremento en la plantilla de personal indirecto o no productivo se supone como uno de los motivos por el cual las CCS han tenido que elevar los precios de sus productos, en detrimento de las posibilidades adquisitivas de los consumidores.
Un recorrido por los distintos puntos de venta a la población de los llamados Mercados Agropecuarios en esta capital habanera permitió conocer los precios promedios actuales de ciertas carnes y algunos productos agrícolas:
Boniato, 1.50 lb.
Yuca, 1.20 lb.
Calabaza, 2.50 lb.
Malanga, 5.00 lb.
Frijoles, 9.00 lb.
Carne de cerdo, 23.00 lb.
Carne de carnero, 25.00 lb.
Con estos ejemplos se puede comprender por qué, aunque algunas entidades de producción colectiva que alcanzan la rentabilidad, no necesariamente utilizan el camino de la reducción de los costos y el aumento de los rendimientos en los cultivos.
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