Publicado el miércoles, 1 de marzo de 2000 en El Nuevo Herald
Policía rodea la embajada cubana en Ottawa
Rui Ferreira. El Nuevo Herald
El gobierno de Canadá rodeó la embajada de Cuba en Ottawa y exigió enérgicamente la salida inmediata del país del diplomático cubano expulsado de Washington, quien se encuentra en el centro de una crisis bilateral que ha despertado la curiosidad de
cancillerías y observadores.
Las autoridades cubanas ``deben asumir sus responsabilidades y las reglas básicas de la diplomacia'', dijo el martes por la tarde el canciller canadiense Lloyd Axworthy. ``Sinceramente, es una sorpresa de que ellos hubieran hecho esto''.
El sábado, Estados Unidos expulsó al ex vicecónsul cubano en Washington José Imperatori, de 46 años, quien fue escoltado hasta Montreal por agentes de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), donde estaba supuesto a tomar un avión hacia La Habana.
Sin embargo, el diplomático fue recogido por el cónsul cubano en esa ciudad y llevado en automóvil hacia la embajada en Ottawa, donde se encuentra desde entonces.
Imperatori llegó a Canadá con una visa de paso de dos días, cortesía que ese país extiende usualmente a diplomáticos cubanos acreditados en Estados Unidos. Pero la visa se venció, y el diplomático insiste en permanecer en la capital
canadiense hasta que Washington le permita regresar para aclarar su posición en actividades de espionaje que él niega haber sostenido.
Si bien la policía canadiense mantiene un cerco de vigilancia alrededor de la embajada cubana, es poco probable que el edificio sea allanado. ``Informamos a las autoridades cubanas que él ahora está ilegalmente en Canadá, aunque permanezca en la embajada, que es su
territorio'', afirmó Axworthy.
De todos modos, añadió la vocera del departamento de inmigración canadiense, Renée Mercier, ``[Imperatori] no tiene status legal en Canadá. Si entra en territorio canadiense, abandonando la embajada, tomaremos las medidas apropiadas''.
Tanto Axworthy como Mercier, rehusaron especular sobre el tiempo que esta situación pudiera durar, pero el caso ha comenzado a llamar la atención de varias cancillerías alrededor del mundo.
``Es una situación única. Ese señor está en un país ante el cual nunca estuvo acreditado, no tiene una visa que le permita quedarse, el gobierno anfitrión no lo quiere allí y él dice que no se va. Eso jamás lo había visto'',
comentó un veterano diplomático europeo con más de 30 años de experiencia.
Según la fuente, quien estuvo algunos años en una embajada en La Habana, no le sorprendió que Imperatori quiera mantenerse en Canadá.
``Todos sabemos que al Comandante [Fidel Castro] le gusta llamar la atención con jugadas a veces un tanto pintorescas, y ésta de imponer a los canadienses un diplomático indocumentado para hacer valer un argumento ante Estados Unidos, es una de ellas'', enfatizó el
diplomático que prefirió permanecer anónimo.
La situación creada al gobierno canadiense constituye una violación flagrante de la deferencia diplomática que los estados extienden a alguien que viaja al servicio de un gobierno extranjero y necesita atravesar su territorio.
``No importa que él haya renunciado a su cargo'', añadió otro diplomático europeo. ``El hecho que esté en camino a su país, saliendo de una posición oficial, obliga a los países por donde pase a facilitarle el regreso. Y se supone que quien
está de paso cumpla con esa deferencia. Por Dios, eso es algo que viene de la antigüedad'', subrayó el funcionario, que también pidió el anonimato.
Fondos contra el embargo fluyen de Norteamerica
F undaciones privadas aportan fondos millonarios a instituciones que tienen como objetivos normalizar las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba
Pablo Alfonso. El Nuevo Herald
Millones de dólares de fundaciones privadas norteamericanas están fluyendo a grupos de exiliados cubanos e instituciones de este país que favorecen la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba y mantienen proyectos de colaboración con la isla,
en una proporción que se ha ido incrementando en los últimos años.
El dinero entregado como donaciones está destinado a una amplia gama de actividades que van desde el financiamiento de campañas en contra del embargo al régimen de Fidel Castro, hasta programas para entrenar a profesionales y académicos cubanos dentro y fuera de Cuba.
De acuerdo con una investigación realizada por El Nuevo Herald las fundaciones que participan más activamente en estos proyectos son: MacArthur Foundation, Ford Foundation, Arca Foundation y General Services Fundation.
Desde 1997 estas fundaciones han donado un total de $ 6.4 millones sin incluir las cifras del pasado año que no están todavía disponibles. Esa suma es aproximadamente similar a la de los fondos públicos que la Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos
(USAID), otorga a organizaciones del exilio y otras instituciones norteamericanas para promover una transición pacífica hacia la democracia en Cuba, según los términos de la Ley Helms-Burton.
Sin embargo hay dos diferencias fundamentales: El dinero procedente de las fundaciones es capital privado y el objetivo de esas donaciones es muy diferente al que persigue la USAID.
``Lo que sucede es que en el staff ejecutivo de esas fundaciones se han concentrado activistas pro Castro que canalizan ese dinero para sus agendas políticas'', dijo Ernesto Betancourt, analista de asuntos cubanos residente en Washington.
Parte de la lógica que se utiliza como pretexto para otorgar esas donaciones, dijo Betancourt, es que con esos proyectos ``se están construyendo las bases para la democratización de Cuba''.
Una de las organizaciones que ha recibido varias donaciones para desarrollar sus actividades es el Comité Cubano por la Democracia (CCD), con oficinas en Washington y Miami.
El CCD, que se define como una agrupación no partidista, ``que busca una transición pacífica y negociada hacia la democracia en Cuba'', ha recibido para esos fines generales $653,000 desde 1997, sin incluir las cifras totales del pasado año.
``La diferencia principal de estas donaciones, con las que otorga el gobierno norteamericano, es que ellas provienen de organizaciones no gubernamentales, cuyos objetivos particulares, concuerdan con los objetivos generales de nuestra organización'', afirmó Raúl de Velazco,
presidente del CCD.
De Velazco añadió que las fundaciones que respaldan proyectos como el del CCD y otras instituciones involucradas en el tema cubano, representan ``a la sociedad civil de Estados Unidos y no a su gobierno''.
``Estas fundaciones son un espectro importante y amplio de la sociedad norteamericana'', subrayó. Entre los proyectos más significativos que se financian con fondos privados figuran, entre otros:
* Instituto Internacional para el Desarrollo Legal, con sede en Roma, Italia.
La Fundación MacArthur ha donado $350,000 dólares en los últimos tres años para que profesionales cubanos en el campo legal, residentes en la isla, reciban entrenamiento en ese Instituto en temas relacionados con el desarrollo económico, comercio, inversiones y
gobierno.
* Centro para la Conservación Marina, con sede en Washington.
Ha recibido de distintas fundaciones $366,000 dólares en los últimos tres años para coordinar proyectos de mantenimiento y conservación de sistemas ecológicos en Cuba, en colaboración con la Sociedad Cubana de Zoologia y otras instituciones.
* Oxfam-America, con sede en Boston.
Durante 1997 y 1998 recibió $415,000 para realizar estudios sobre el hambre en Cuba y fortalecer las organizaciones civiles en la isla.
Compay abrió la Feria del Tabaco
Bajo una ceiba más veterana que él, Compay Segundo, de 93 años, fue ayer la estrella en la inauguración del II Festival Internacional del Habano.
Compay Segundo -cuyo verdadero nombre es Francisco Repilado- cantó con su grupo desde el clásico ``Guantanamera'' a su no menos clásico ``Chan Chan'' ante varios cientos de negociantes y aficionados al ``puro'' cubano que asisten al Festival. El cantante, que hace unos días
actuó especialmente invitado ante el papa Juan Pablo II en el Vaticano, fue durante 20 años ``torcedor'' (elaborador) de tabacos (puros) cubanos.
Aplazan audiencia en disputa por custodia de Elián González
WILFREDO CANCIO ISLA, El Nuevo Herald
Apenas 24 horas después de su designación en el caso de Elián González, la jueza de circuito Jennifer D. Bailey decidió el martes aplazar la audiencia sobre la custodia familiar del niño náufrago, inicialmente anunciada para el próximo
seis de marzo.
Según la corte familiar de Miami-Dade, Bailey canceló la vista fijada por el juez predecesor. ``La fecha de la futura audiencia será comunicada en el momento que se programe'', indicó la portavoz Celina Ríos.
Bailey, de 41 años, se convirtió esta semana en el tercer juez que asume la responsabilidad de decidir sobre la demanda presentada por Lázaro González, tío abuelo del menor. La designación de Bailey se produjo luego que el juez Michael Chavies, quien a
su vez había reemplazado a Rosa Rodríguez, declinó presidir el caso alegando un posible conflicto de intereses.
Tanto Chavies como Rodríguez habían sido cuestionados por sus vínculos con el publicista Armando Gutiérrez, quien se encargó de promocionar las campañas de ambos letrados y es ahora un ferviente activista por la permanencia de Elián en EU.
Al menos Bailey marca una diferencia en ese aspecto, pues su campaña para ocupar la posición en la corte, en 1992, fue dirigida por el consultor político Phil Hamersmith, fallecido el pasado año en Miami.
En esa oportunidad, su nombramiento se produjo tras derrotar al veterano Phillip W. Knight. Bailey se convirtió entonces en la más joven entre los 65 jueces de la corte de circuito en Miami-Dade.
Aunque su trayectoria como jueza de casos familiares resulta breve, Bailey está avalada por impecables credenciales, según opinión de expertos.
``Es una excelente jueza y una persona respetable de esta comunidad'', consideró la abogada Laura Favar, de la firma Haley, Sinagra & Pérez.
Favat señaló como un reconocimiento significativo que Bailey figurara el pasado entre los seis jueces del sur de la Florida nominados para un puesto en la Corte de Apelaciones del distrito.
``El hecho de ser avalado por la Comisión de Nominación Judicial es de por sí un factor de consideración profesional'', coincidió el abogado Osvaldo Soto, presidente de la Liga Hispana contra la Discriminación (SALAD),.
En 1989, Bailey recibió el premio anual como Joven Destacado, concedido por el Colegio de Abogados la Florida. Ha sido distinguida también en varias oportunidades por su trabajo legal gratuito en la comunidad.
Por esos años se desempeñó además como presidenta de la sección de abogados jóvenes en el Colegio de Abogados de Miami-Dade, e integró la Comisión por la Igualdad Sexual de la Corte Suprema de la Florida.
Graduada de la Universidad de Georgia en 1984, Bailey inició su carrera como abogada de seguros y luego como especialista en asuntos comerciales. En 1990 trabajó como voluntaria en la campaña de Lawton Chiles por la gobernación de la Florida.
Es natural de Illinois, y está casada. Tiene dos hijos menores.
Un relato de terror y esperanza
ALEJANDRA MATUS, El Nuevo Herald
Un pequeño tiburón que viaja dentro de la balsa desde la playa de Guanabo a Miami. Agentes de la Guardia Costera que levantan balseros con la punta de un garfio. Seis cubanos que venden un auto, su bicicleta y hasta la ropa para reunir dinero que necesitaban para lanzarse al mar.
Un hombre condenado a 10 años por comerse el puerco de un vecino y otro que se oculta de una sentencia similar acusado de robar 219 pollos.
Todas son imágenes que se superponen en la fantástica narración de Lázaro García, Jorge González y Jeinier Alvarez, tres de los cuatro sobrevivientes de la travesía de nueve días en una balsa en altamar. El cuarto, Ernesto Molina, sigue
grave.
Los tres protagonistas pasaron su primer día en Miami y se acostumbran a tropiezos a la enorme cantidad de autos que atemorizan a Jeinier, a las farmacias repletas de productos que maravillan a Lázaro, y al televisor con control remoto que complica a Jorge.
Aunque todavía se recuperan de las llagas que el sol y el agua salada les dejaron en el cuerpo, abrieron la puerta de sus casas adoptivas y parte de sus vidas a El Nuevo Herald.
González cuenta que antes de salir de Cuba, hace ya dos semanas, pasó varios días oculto en una casucha de madera, para evadir una condena a diez años de presidio, acusado del supuesto robo de varias cajas de pollo que transportaba como camionero. ``Yo soy tan feo,
como flaco, y te digo que si lo hubiera hecho, asumo el castigo. Pero no lo hice. Yo entregué la carga, tan sellada como la recibí. Me acusaron injustamente y no tenía forma de defender'', asegura y cuenta que nunca, en sus 17 años como transportista, había sido
acusado de nada.
``Yo no tenía alternativa. Me tenía que tirar'', agrega, aunque la decisión le costó el divorcio con su esposa y la pérdida de todos sus bienes. Los vendió para comprar un motor por 25 mil pesos cubanos que se averió en las primeras millas de la
travesía.
También se les rompió el pozuelo de aguda con limón que traían. ``El poco que rescatamos sabía a podrido y lo tiramos al agua. De comida trajimos cocos secos, pero también estaban podridos. Se nos acabaron al tercer día'', dice Lázaro.
Jeinier cuenta que empezó a tomar agua salada con un zapato. ``Y no me parecía salada''. Luego, todos a su turno, comenzaron a beber sus orines para no deshidratarse. Un pequeño tiburón que se coló en la balsa y los acompañó todo el viaje fue la
tentación de alimento, pero acordaron mejor embalsamarlo y guardarlo de recuerdo. Al final, lo perdieron cuando los agentes de la Guardia Costera los rescataron el viernes pasado.
Lázaro cuenta que la balsa la hizo con Ernesto Molina Ramos, el ingeniero naval del grupo. Ahora vive con su hermana Beatriz, quien llegó hace sólo un año y vive en un modesto departamento en West Flagler, sin aire aconcidionado. Para el recién llegado ``es el
paraíso''.
Jeinier relata cómo los agentes lo levantaron de la balsa con un largo garfio que le ensartaron en el pulóver. ``Como si fuera un pesca'o''.
Todos los balseros dejaron hijos y esposas en la Isla. Todos habían intentado huir antes y se sentían vigilados. ``Me cansó del comunismo'', dice Lázaro, un mecánico de mantenimiento industrial. ``Yo hacía piezas que le costaban miles de dólares
[al gobierno] y a mí me pagaban 267 pesos cubanos al mes [unos 15 dólares]''.
``En Cuba hay 11 millones de habitantes y de esos, 10 y medio se van al trabajo y a la escuela sin tomar desayuno y sin almorzar. Comen una vez al día, o tienen que robarle a Castro y si los pillan, les dan 20 y 40 años'', añade. Lo que ninguno puede olvidar es la muerte de
sus amigos. Jorge González cuenta que Víctor Bermúdez, oriundo de Oriente, en medio del delirio le pidió café con leche. ``Yo le dije: hermano, de dónde le voy a sacar eso'. Y él me dijo:`Entonces lo voy a ir a buscar yo' y se tiró al agua. Y
yo me tiré con Jainier a sacarlo. Fue ahí cuando dejamos de remar''.
Lázaro recuerda que se quedó dormido con la mano crispada, ``porque creía que ahí tenía el dinero pa'l café con leche'', y ya no despertó.
Jorge Travieso pedía arroz con pollo y abofeteó a González por no cumplir su deseo. Como su amigo, murió en el sueño.
González y Lázaro están de acuerdo en que murieron ``porque perdieron la paciencia''. Y todavía recuerdan con pavor que Ernesto Molina, ahora en grave estado en el Hospital South Shore, les ofreció sus vísceras para que comieran por si no sobrevivía.
Los sobrevivientes sienten que la muerte le podía tocar a cualquiera. A Jeinier, que perdió el conocimiento en la nave del Coast Guard, al ser rescatado el viernes pasado. A Lázaro que había sido operado de úlcera. A González que creyó que perdería
el juicio aunque fue quien infundió fuerza a sus amigos. Y a Ernesto Molina, quien aún está a medio camino entre los amigos que dejó en el mar y los que esperan que despierte en Miami.
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