CUBANET... INTERNACIONAL

Junio 29, 2000



La Saga de Elián

El Nuevo Herald

Publicado el martes, 29 de junio de 2000 en El Nuevo Herald .

Publicado el jueves, 29 de junio de 2000 en El Nuevo Herald

Clinton y Reno saludan decisión del Supremo

Rui Ferreira. El Nuevo Herald

Tras saberse el fallo del Tribunal Supremo sobre el niño Elián González, las reacciones en las altas esferas de gobierno fueron encontradas.

Menos de una hora después de saberse el fallo de la Corte Suprema sobre el niño Elián González, el presidente Bill Clinton dijo a la nación que se hizo todo lo apropiado al defender el derecho de custodia de Juan Miguel González a su hijo.

``Se le entrevistó y se comprobó que es un buen padre, amante de su hijo. No teníamos más opción que defender ese principio'', enfatizó el mandatario.

Clinton dijo que discutió recientemente en Alemania con las autoridades de ese país la reunificación de familias estadounidenses y alemanas, y ``esos problemas'', agregó, ``me han reafirmado en que hemos hecho lo apropiado''.

Mientras, la Secretaria de Justicia, Janet Reno, manifestó su satisfacción con la decisión de la más alta corte del país y con el funcionamiento del sistema legal durante el proceso.

``La ley ha permitido que se llevara a cabo un proceso legal, y este niño ahora sabe que puede permanecer con su padre'', subrayó Reno, quien deseó ``suerte'' a Elián y su familia.

Sin embargo, el congresista republicano Lincoln Díaz-Balart fue particularmente duro con la administración, y en particular con Clinton, a quien atribuye la total responsabilidad en el regreso del niño a un país totalitario.

``Este día de infamia será recordado como la fecha emblemática de la presidencia de un cobarde, que envió los `comandos Clinton' contra un niño indefenso mientras dormía para devolverlo a un tirano; su mamá dio la vida para salvarlo'', afirmó el representante federal.

También expresó su decepción el gobernador de la Florida, Jeb Bush, quien dijo sentirse ``desilusionado con el desenlace'' del caso de Elián. Sostuvo, además, que el Servicio de Inmigración y Naturalización tenía la autoridad para resolver el asunto en una corte de familia.

``Pese a los sentimientos emocionados en el sur de la Florida, es mi firme deseo de empiecen a desaparecer las divisiones desafortunadas que ese caso provocó en la comunidad'', dijo el gobernador. Sus rezos van ahora para Elián y su futuro, añadió.

Al cierre de esta edición, en La Habana ningún dirigente político importante se había manifestado al respecto, pero un comunicado oficial expuso: ``Hemos alcanzado el objetivo del regreso del niño para vivir en su patria'' después de una ``ardua y sin precedente batalla de ideas y de masas''.

``No es hora de jactancias, envanecimientos y alardes que no pueden conciliarse con nuestros hábitos y normas revolucionarias'', dijo el gobierno en el comunicado, el quinto de la jornada.

El gobierno reiteró su llamado a la población a contener el jubilo por el regreso de Elián y a disfrutarlo solamente ``en lo íntimo de sus corazones''.

El drama llega a su final

Wilfredo Cancio Isla. El Nuevo Herald

Elián González está ya en Cuba.

Tras 216 días de una enconada disputa que acaparó la atención mundial, Elián llegó a las 7:48 p.m. de ayer miércoles 28 de junio al aeropuerto internacional José Martí de La Habana, donde fue recibido por sus abuelos y familiares cercanos en una atmósfera de abrazos y lágrimas.

El único representante del gobierno cubano que se acercó al grupo familiar fue Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular y principal asesor de Juan Miguel González, el padre de Elián, durante la batalla por la repatriación de su hijo.

Poco antes de las 8 de la noche, Elián fue el primero en aparecer al abrirse la portezuela del avión donde viajó desde Washington junto a su padre, la madastra Nersy Carmenate y su hermanito Hianny.

A unos 25 metros de la escalerilla, más de 800 pioneros y maestros de la escuela Marcelo Salado, de Cárdenas, le dio la bienvenida con banderas cubanas mientras entonaban las notas del himno nacional. Desde minutos antes que llegara el avión, los niños parados en varias filas gritaban ``Elián, Elián, Elián'', saltando, y agitaban las pañoletas azules y rojas del uniforme pioneril.

Los González no hicieron declaraciones y partieron en una caravana de vehículos hacia un lugar de la capital para reunirse con algunos familiares. Luego la comitiva se trasladaría a la residencia habilitada en el barrio habanero de Miramar para cumplir una estancia transitoria antes de volver a Cárdenas.

El regreso de Elián quedó decidido al mediodía del miércoles, cuando el Tribunal Supremo de Estados Unidos rechazó aceptar la apelación de los familiares de Miami, que cifraban sus esperanzas en que cuatro magistrados hallaran méritos suficientes al caso y emitieran un interdicto de emergencia para imposibilitar la partida de Elián de territorio norteamericano.

Pero el plenario de nueve magistrados de la máxima entidad judicial de la nación fue escueto y tajante en su oposición.

``La petición para extender la estancia [del niño], la cual fue presentada ante el juez Anthony Kennedy y referida por él al tribunal ha sido denegada. La petición de certiorari [apelación] ha sido denegada'', dijeron los magistrados.

Tan pronto como la noticia se hizo oficial, Juan Miguel inició los trámites para abandonar Estados Unidos. Las autoridades norteamericanas sugirieron incluso adelantar el horario de la salida, que finalmente se produjo desde el aeropuerto internacional Dulles, Washington, a las 4:41 p.m., tan sólo 45 minutos después de caducar el interdicto de prohibición fijado por el Tribunal de Apelaciones de Atlanta el pasado 19 de abril.

La saga de Elián en Estados Unidos llegaba así a su final.

La comitiva que acompañaba a Elián viajó en dos aviones fletados de la compañía Airlines Brokers, radicada en Miami. Una funcionaria de la Oficina de Intereses de Cuba en Wahington integró la delegación de retorno.

Antes de partir, Juan Miguel y sus acompañantes se despidieron de los diplomáticos cubanos en Washington, del abogado Gregory Craig, y de la reverenda Joan Brown Campbell, ex secretaria del Consejo Nacional de Iglesias de Estados Unidos y una de las principales favorecedoras de la repatriación del menor.

Juan Miguel se dirigió entonces a la prensa para agradecer al gobierno norteamericano ``por haberme devuelto a mi hijo'' y aprovechó también para formular votos a favor del mejoramiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.

``A pesar de todo el sufrimiento de mi familia, creo que todo esto ha ayudado'', dijo Juan Miguel antes de dirigirse al avión.

En contraste con la alegría del padre, los familiares de Elián en Miami presenciaron la partida con profundo dolor y frustración, sentados en silencio ante un televisor.

Según declaraciones del vocero de la familia, Armando Gutiérrez, poco antes de la salida, funcionarios del Departamento de Justicia llamaron al abogado Kendall Coffey para pedirle el teléfono de Lázaro González, a sugerencia de Juan Miguel.

Pero pocos minutos después, el funcionario volvió a llamar para informar que Juan Miguel decidió que los llamaría al arribar a Cuba.

El Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) en Washington dijo no poder confirmar la versión de Gutiérrez. El Departamento de Justicia no respondió a llamadas de El Nuevo Herald.

``Es terrible que ni esta posibilidad de hablar con Elián le haya sido permitida por Juan Miguel a los familiares que cuidaron con amor a su hijo'', dijo Gutiérrez. ``Tal vez el gobierno cubano temió que esta comunicación se produjera''.

Visiblemente consternados por el desenlace, los abogados de la familia González comparecieron ayer ante la prensa.

``Más que un motivo de frustración, el regreso de Elián me provoca un profundo dolor, por el futuro del niño, por la familia González y por los destinos de Cuba'', declaró el abogado José García-Pedrosa. ``Este es un día funesto para la jurisprudencia de Estados Unidos''.

Afirman que Elián logró unir al exilio

A. Matus Y H. Ramirez. El Nuevo Herald

Pese a que el caso de Elián González se selló con una derrota jurídica, dirigentes del exilio cubano opinaron que la saga del niño balsero ha sido un ``éxito'' político pues, en palabras de Alberto Hernández, uno de los presidentes de la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA), ``ha logrado el milagro de la unidad en la lucha contra la tiranía de Fidel Castro''.

``El exilio tiene que sentirse muy contento y satisfecho. Hemos hecho historia, porque nos enfrentamos a dos poderes muy grandes: la administración Clinton-Gore y a la tiranía de Fidel Castro.

``En definitiva, nuestro principal objetivo es tener una patria libre, sin tiranía, muertos, ni presos políticos'', declaró.

El alcalde de Miami-Dade, Alex Penelas, resaltó especialmente la reacción serena de la comunidad.

``Este pueblo ha demostrado una gran madurez. Aunque pueden haber existido opiniones divergentes entre nosotros, lo positivo de todo esto ha sido que todos entendemos que debemos seguir adelante'', afirmó.

El único acto organizado ayer en respuesta a la partida del niño balsero fue una caravana de un centenar de automóviles que a las 7:10 p.m. llegó a la isla Watson encabezada por el líder del Movimiento Democracia, Ramón Saúl Sánchez, quien reiteró el anuncio de la partida de la Flotilla desde ese embarcadero el próximo 13 de julio.

``El arma más poderosa del mundo que acaba dictaduras ya la tenemos nosotros: la dignidad humana. Ahora nos queda emprender la campaña y con la flotilla llevar el espíritu de todo el pueblo cubano exigiendo el retorno a nuestra tierra'', declaró Sánchez.

En la casa donde vivía la familia González en La Pequeña Habana, la decisión de la Corte Suprema y la partida de Elián rumbo a Cuba se recibieron con decepción, lágrimas y frases de condena a la administración Clinton.

Delfín González, tío abuelo de Elián, resumió allí los sentimientos de unas 50 de personas que, como en los últimos siete meses, volvieron a reunirse frente a la vivienda.

``Acepto la decisión de esta administración como la de Dios. Contra esta potencia que se llama Estados Unidos no se puede hacer nada'', afirmó.

Agregó que la familia del niño cubano en Miami se encuentra bien y que ha ``aceptado'' el veredicto judicial. Sobre Juan Miguel González, opinó que ``él ha hecho todo lo que el niño no quería. No es un buen padre''.

Acerca de Elián pronosticó: ``El será igual que cualquier otro niño que vive en Cuba, picándolo los mosquitos, con un día que viene el pan y otro no''.

Lior Balboa, un cubano-judío que se trasladó a La Pequeña Habana vestido con los atuendos de su religión, afirmó con pesar: ``Mi corazón salió en el avión con el niño''.

Como muchos de los cubanos que lo rodeaban, Lior hablaba en voz baja, apabullado por los acontecimientos.

En horas de la tarde, antes de la partida de la caravana de autos hacia Watson Island, Ramón Saúl Sánchez y José Basulto, presidente de Hermanos al Rescate, eran prácticamente los únicos líderes políticos visibles frente a la casa de La Pequeña Habana.

Ambos expresaron su decepción por la forma en que concluyó el caso, pero coincidieron en que los esfuerzos deben ahora dirigirse a la lucha por la democracia en Cuba.

"Le pasaremos la cuenta a la administración en las próximas elecciones'', indicó Basulto.

Una nueva victoria propagandística para Fidel Castro

Juan O. Tamayo.

El maestro estratega, el Presidente Fidel Castro de Cuba, ha ganado su mayor victoria propagandística con el regreso de Elián González tras una campaña que comparó con la repercusión de la opinión pública estadounidense en la Guerra de Vietnam.

El efecto a largo plazo de la saga de Elián es incierto dado que los disidentes temen que Castro lance ahora una dura campaña para resucitar el espíritu ideológico de Cuba, que decayó tras el colapso del comunismo en Europa Oriental en 1989.

Pero a corto plazo, Castro se las ha arreglado sin lugar a dudas para convertir la muerte de la madre de Elián y de otras nueve personas que se ahogaron en el mar en su intento desesperado por abandonar la isla, en un caso donde Cuba se transformó en la víctima y los exilados en los victimarios.

"Incluso aquellos de nosotros que lo vemos como uno de los dictadores más sangrientos y repugnantes que haya producido la fauna autoritaria de América Latina, tenemos que quitarnos el sombrero", escribió recientemente el autor peruano MarioVargas Llosa.

"Con escalofriante cinismo, manipuló el caso de Elián de tal modo que por meses nadie habló de la satrapía que él creó ni de la situación económica catastrófica que vive el pueblo cubano, sólo del niño mártir", agregó.

La saga de Elián eclipsó incluso la mala fama que sufrió Castro en noviembre cuando cinco jefes de estado que asistían a la Cumbre Iberoamericana se reunieron con líderes disidentes, dándole al pequeño movimiento cubano de oposición el mayor reconocimiento internacional que haya recibido hasta ahora.

Castro logró la victoria con la típica intensidad y abandono, como un general en guerra, determinando prácticamente el procedimiento a seguir en la campaña que duró siete meses y asignando sus escasos recursos a la batalla.

Cerró las fábricas y las escuelas para que millones de cubanos pudieran ir a las manifestaciones en demanda del regreso de Elián y ordenó que todos los canales de televisión y estaciones de radio dedicaran al menos cuatro horas al día al caso.

LA SARTEN POR EL MANGO

Castro apareció en casi todos los programas nocturnos, algunas veces sentado tranquilamente entre la audiencia, pero la mayoría de las veces dando largas explicaciones sobre todo, desde el sistema jurídico estadounidense hasta las píldoras antidepresivas confiscadas por la Aduana de los Estados Unidos a un doctor cubano que trató a Elián en Washington.

Admitió que se han gastado $2 millones en camisetas, carteles y otros medios de contribuir a la protesta. Incluso llegó a construir un anfiteatro, conocido jocosamente como el "domo de la protesta" enfrente de la misión diplomática de los Estados Unidos en La Habana.

"Siempre terminamos perdiendo porque Castro pelea usando todos sus sus recursos y nosotros no lo tomamos en serio", dijo Richard Nuccio, un ex asesor del gobierno de Clinton sobre asuntos cubanos que estuvo a favor del regreso de Elián a Cuba.

Y cuando los periodistas de los Estados Unidos que se encontraban de visita no publicaron la información de los funcionarios cubanos sobre la mala conducta sexual de dos familiares de Elián en Miami, él mismo se encargó de hacer público los alegatos, forzando en efecto a los medios de difusión a publicarla.

Mientras tanto, los exilados cubanos parecieron estar haciendo el juego de Castro, oponiéndose tercamente a la devolución del niño a su padre, Juan Miguel González, y a Cuba frente a las súplicas personales de la procuradora general Janet Reno.

Muchos americanos llegaron a considerar que los exilados eran derechistas radicales e inmigrantes desagradecidos, dispuestos a desafiar las leyes estadounidenses y a lanzar manifestaciones callejeras cuando los agentes federales se llevaron a Elián de la casa de sus familiares de Miami en abril.

ESFUERZOS ANTIEMBARGO

La ola antiexilio aumentó a su vez el cabildeo en contra del embargo en los Estados Unidos, que obtuvo una gran victoria el martes con un acuerdo del Congreso para relajar las restricciones que pesan sobre la venta de alimentos y medicinas a Cuba.

"Cuanto más se aislen los exilados cubanos, más fácil resulta efectuar el cabildeo antiembargo en Washington", dijo Pamela Falk, una profesora de derecho de la City University de Nueva York que está escribiendo un libro sobre Cuba.

El caso de Elián ha sido, dijo Castro el mes pasado, "una lección para nosotros de [que] la opinión en los Estados Unidos merece mucha más consideración. Para mí, han existido dos momentos importantes en los cuales la opinión pública ha desempeñado un papel clave- durante la Guerra de Vietnam, y en el caso de Elián.''

Más allá de la victoria propagandística, Castro se las arregló para movilizar a muchos cubanos en torno a una causa nacionalista en un momento en que algunos analistas estaban diciendo que su decisión de legalizar los giros en dólares de los exilados había dejado al líder de 73 años como alguien cada vez más irrelevante en la vida diaria de la isla.

"Muchos cubanos elogian ahora a Castro por probar nuevamente que puede proteger a los niños del país y proteger a la nación en sí", dijo Vivian Mannerud, propietaria de Airline Brokers Co., una firma de Miami que fleta vuelos a Cuba.

Algunos analistas dicen también que la capacidad de Castro de mantener relaciones estables con el gobierno de Clinton durante los siete meses que duró la batalla es probable que le reporte cierta buena voluntad en Washington.

"Han madurado las relaciones bilaterales", dijo John Kavulich, jefe del Consejo Comercial y Económico entre Estados Unidos y Cuba, un grupo de Nueva York que monitorea las oportunidades de negocios en Cuba.

No obstante, está en duda qué otra cosa pudo haber logrado Castro con el regreso de Elián.

No se puede decir que Castro le haya ganado al gobierno de Clinton, puesto que Washington comenzó a apoyar el regreso de Elián a Cuba al poco tiempo de rescatarlo del mar el Día de Acción de Gracias.

¿DE QUIEN ES LA VICTORIA?

Esta fue una victoria para el padre de Elián y el imperio de la ley, no para Fidel", señaló Robert Pastor, un ex asesor latinoamericano del Presidente Jimmy Carter que se encuentra ahora en Emory University en Atlanta.

Los funcionarios del Departamento de Estado han rechazado rápidamente la especulación de una mejora de las relaciones tras la resolución del caso de Elián, diciendo que la falta de democracia en la Habana continúa siendo la causa de la animosidad entre los dos países.

"Acaban de construir un centro de protestas permanente enfrente de nuestra misión y los criticamos duramente en Ginebra con una resolución de la ONU que condena la trayectoria de Cuba en materia de derechos humanos", dijo un funcionario del departamento. "Vaya, no creo que esto signifique grandes cambios".

En La Habana, entretanto, existen sentimientos encontrados en cuanto al regreso de Elián.

"Primero se produjo un alivio de que el niño estuviera de vuelta y de que finalizara la interminable propaganda televisiva ", dijo un periodista cubano en La Habana. "Estamos cansados, muy cansados de todo esto".

Pero el periodista y otros cubanos entrevistados por teléfono advirtieron que el alivio inicial podría ser el preludio de una dura campaña destinada a subir los calcetines revolucionarios de Cuba, que se habían caído con el derrumbe del comunismo en 1989.

"Ahora percibo un gran sentido de triunfo dentro de los círculos gubernamentales", dijo el activista de derechos humanos Elizardo Sánchez. "Parece que Fidel está liderando una versión tropical de la Revolución Cultural China".

Mao Zedong tenía poco más de 70 años, la misma edad de Castro, cuando lanzó su desastroso intento de revivir el fervor revolucionario que languidecía en China.

En momentos en que los cubanos están cada vez más frustrados con la crisis económica que ocasionó el fin de los subsidios soviéticos en 1991, agregó Sánchez, cualquier nuevo ajuste de los controles gubernamentales podría dañar el hilo".

Lázaro González, el mecánico que desafió a Washington

EFE/MIAMI

El niño náufrago Elián González podría haber regresado antes a Cuba, si no hubiera sido por la obstinación de Lázaro González, un modesto mecánico cubano que luchó contra todo para retenerle en Estados Unidos.

Su lucha se extendió, incluso, contra el poderoso gobierno estadounidense, que tuvo que enviar agentes federales a su casa para sacar por la fuerza al menor de seis años.

González, tío abuelo paterno de Elián, mantuvo su desafío al gobierno federal, desoyendo las peticiones de que entregara al menor, amparado en el apoyo que le ofrecía la influyente comunidad de exiliados cubanos de Miami.

Antes de que los agentes federales forzaran el 22 de abril la puerta de su casa, de nada había valido que un tribunal federal y otro estatal dictaminaran en su contra y que la secretaria de Justicia, Janet Reno, viajase desde Washington a Miami para tratar de convencerle de que entregara al niño de manera pacífica.

Lázaro González desobedeció un ultimátum del Departamento de Justicia para entregar al menor el 13 de abril, a lo que se sumó el hecho de que le retiraran la custodia del niño y la amenaza de que su casa podía ser asaltada por agentes federales en cualquier momento, como finalmente ocurrió. Elián vivía con su tío abuelo desde que el 25 de noviembre fue rescatado del mar tras un naufragio en el que murieron su madre, Elizabeth Brotons, y otros 10 inmigrantes cubanos.

Para muchos de los cientos de exiliados cubanos que permanecían día y noche frente a la modesta casa de Lázaro González en la Pequeña Habana de Miami, en la que ya no vive, el tío abuelo es tan famoso como muchas de las estrellas que se acercaron a visitar a Elián.

Lázaro González, de unos 50 años y que emigró hacia Estados Unidos con su familia en la década del 80, vía Costa Rica.

El gobierno cubano le llegó a acusar de abusar sexualmente de sus alumnas cuando era profesor de gimnasia en el pueblo de Cárdenas, Cuba, versión desmentida por Lázaro González, quien replicó que, si de verdad tenía esos antecedentes penales, cómo fue posible que le dieran permiso para salir del país.

Después del asalto policial, Lázaro y su familia mantuvieron un pulso con las autoridades estadounidenses y llevaron hasta las últimas instancias el proceso legal pese a sucesivos reveses, cuatro en total.

La decisión de ayer ante el Tribunal Supremo era el último recurso de Lázaro González y sus abogados. Una vez concluido este laberinto judicial, Lázaro González buscará trabajo de mecánico chapista, su profesión.

Cuba y EU decidieron el último capítulo de la saga Elián

Jeannette Rivera-Lyles. El Nuevo Herald

"A Elián nunca se le permitió presentar una solicitud de asilo, por lo que la reforma [que eliminó las apelaciones a las peticiones denegadas] no viene al caso" -- Ana Navarro, abogada.

A diferencia de lo ocurrido en otros capítulos de la saga Elián González, el elemento sorpresa estuvo ausente en los hechos que rodearon ayer la vida del balserito.

Que Elián fuese llevado a La Habana 41 minutos después de que expirara el interdicto que le retenía en Estados Unidos no asombró a casi ningún experto legal. Sin embargo, sus opiniones varían en cuanto a las razones de la repatriación del menor. Según Michael Ray, presidente del capítulo del sur de la Florida de la Asociación Americana de Abogados de Inmigración, el niño fue enviado de regreso a la isla comunista debido al inmenso poder --que bordea en lo absoluto-- del Servicio de Inmigración y Naturalización (INS).

``La reforma inmigratoria del 1996 elimina el derecho de los inmigrantes a refutar las decisiones del INS en materia de peticiones de asilo o de parole'', comentó Ray. ``Las cortes actuaron dentro del marco de esa reforma''.

Ray calificó de ``antiamericana'' la filosofía del INS de que sus dictámenes son irrefutables, y dijo que si algo bueno había salido del caso, era que ``el poder desmedido de la agencia'' había quedado expuesto.

``Tal vez ahora el Congreso se interese en la creación de leyes que establezcan ciertos procedimientos para tratar casos de niños, en lugar de dejarlo todo a la discreción del INS'', declaró el abogado. Pero según Ana Navarro, abogada y ex asesora en asuntos de inmigración del gobernador Jeb Bush, la repatriación de Elián responde a motivos ajenos a la reforma de 1996.

``A Elián nunca se le permitió presentar una solicitud de asilo, por lo que la reforma [que eliminó las apelaciones a las peticiones denegadas] no viene al caso'', dijo Navarro.

``El niño [vuelve] a Cuba porque así lo decidió la Casa Blanca. [La comisionada de inmigración] Doris Meissner y [la secretaria de Justicia] Janet Reno lo que hicieron fue interpretar la ley de manera tal que se ajustara a lo que quería la administración Clinton''. Navarro añadió que lo irónico del caso es que una agencia tan poderosa como el INS sea a la vez ``tan manipulable y vulnerable a caprichos políticos''.

Irving González, abogado de inmigración que cubrió el caso para el noticiero del Canal 51 de la cadena Telemundo, está convencido de que el capítulo final del caso fue delineado por Cuba y Estados Unidos en diciembre del año pasado.

``En el momento en que estos dos países se sientan a negociar el canje de los prisioneros de Luisiana, se decide el futuro de Elián. Todo quedó dicho. Las leyes, las cortes y hasta el mismo INS pasaron a un plano de irrelevancia'', opinó Irving.

En diciembre de 1999, tras el arribo de Elián, La Habana aceptó la repatriación de cuatro prisioneros cubanos que ya habían cumplido con sus sentencias, pero que permanecían en la cárcel porque las leyes de inmigración no permiten que los extranjeros convictos se reintegren a la sociedad estadounidense.

La saga que dividió a una familia

Rui Ferreira. El Nuevo Herald

El vocero de la familia de Elián en Miami, Armando Gutiérrez, declaró a los medios de comunicación que tan pronto el niño fue recogido en las costas del sur de la Florida, la familia se propuso luchar por él con todas las fuerzas disponibles.

Aunque durante siete meses los familiares del niño Elián González vivieron a ambos lados del estrecho de la Florida momentos de gran tensión como protagonistas de un enfrentamiento político digno de la Guerra Fría, esas vivencias no fueron del todo equilibradas, dijeron ayer observadores.

Los González de Miami tuvieron que pelear a brazo partido cinco apelaciones en las cortes de la nación, dejaron de trabajar y vieron su vida escudriñada hasta el último detalle, adujeron conocedores de la situación cubana. Por otra parte, en Cuba el padre de Elián disfrutó del apoyo de una máquina política perfectamente engrasada que llegó, incluso, a hablar en su nombre.

``Esa es la diferencia entre los dos sistemas, entre la democracia y el individualismo. Una cosa es clara: mientras uno fue instrumento de un sistema, los otros tuvieron que batallar contra el suyo'', comentó el ex director de Radio Martí Ernesto Betancourt.

Según el vocero de la familia de Miami, Armando Gutiérrez, tan pronto el niño fue recogido en las costas del sur de la Florida, se propusieron luchar por él con todas las fuerzas disponibles.

``Sabían que no era una tarea fácil, pero se trazaron una meta y la llevaron hasta el final. Fue una decisión tomada entre todos'', señaló Gutiérrez.

Y así se enfrascaron en los vericuetos legales que alteraron totalmente la vida de la familia exiliada. Marisleysis y su padre, Lázaro González, tuvieron que abandonar temporalmente sus trabajos y el peso financiero cayó sobre Delfín, dueño de un negocio de redes y trampas pesqueras, quien a su vez dejó su casa en Cayo Maratón y se instaló en La Pequeña Habana en la casa de dos habitaciones de su hermano.

Por meses, centenares de periodistas les arrebataron todo momento de intimidad. Su vida fue escudriñada, comentada y, a veces, distorsionada.

En Cuba, la vida de Juan Miguel y sus padres, al amparo de un estado protector y celoso, permaneció la mayor parte del tiempo oculta. Incluso, el padre de Elián estuvo casi dos meses y medio sin ser visto en público.

Como recordó Betancourt, la maquinaria castrista estuvo a su servicio y el padre de Elián nunca participó mucho en el proceso. ``[El gobernante Fidel] Castro condujo todo, él jamás iba a contestarlo. Fue un instrumento, nada más'', sostuvo.

Poco después de la llegada de Elián a Estados Unidos, Juan Miguel dejó de ser visto en Cárdenas, dijeron vecinos. Su casa fue cerrada y no volvió más por su trabajo. Se instaló en La Habana para, según un vocero de la cancillería, ``seguir de cerca la lucha por su hijo''. Pero, al parecer, no decidió nada.

Aunque el gobierno de la isla ha dicho que todas las maniobras legales y políticas fueron coordinadas con él, sólo al cabo de seis horas de conversación con Castro fue que el abogado Gregory Craig logró traer a Juan Miguel a Estados Unidos.

Y si en Cuba Castro hablaba por él, durante su estancia en Washington la situación no cambió: Craig era el vocero.

Aquí pareció cumplir todo un programa ``políticamente correcto'' para cautivar audiencias. Fue a misa, se codeó con ricos y famosos, vivió en una base militar, repartía dulcecitos entre los guardaespaldas y cuando se fue, con unas cuantas libras de más, se despidió en inglés: We are happy to go to home.

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