Los riesgos de una deserción
Jadir Hernández, Comisión de Estudios Alternativos
LA HABANA, junio - Recientemente los médicos cubanos Leonel Córdova Rodríguez y Noris Peña Martínez decidieron abandonar el contingente médico mediante el que daban sus servicios en Zimbawe y solicitaron asilo político.
Si bien frecuentemente se producen deserciones de cubanos que por diferentes razones viajan al extranjero, este caso de los dos médicos me pareció inicialmente hasta insólito, porque no hablamos de quedarse en Canadá, Estados Unidos, España o Latinoamérica,
sino de profesionales que prefieren vivir en países tan pobres e inhóspitos como Zimbawe antes que regresar a Cuba.
Ese acto demuestra el grado de desesperación de los referidos galenos que, a pesar del riesgo de deportación por parte del gobierno de Harare, renunciaron a regresar a su país y también a ejercer sus carreras.
Ante la amplia cobertura que brindaron los medios de prensa internacionales, principalmente por la preocupación de qué pudiera sucederle a esos médicos si los regresaban a la Isla, la Cancillería de Cuba se apresuró en publicar una nota de prensa en el periódico
"Granma" en su edición del 9 de junio pasado. En esas declaraciones el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) calificó de "bochornosa conducta moral" la huida protagonizada por Córdova y Peña, aunque subrayó que los
profesionales de la medicina no habían cometido un delito y rechazó enfáticamente la posibilidad de que estas personas se convirtieran en perseguidos políticos en Cuba y que corrieran riesgo alguno si se producía su regreso.
En verdad el Código Penal vigente no prevee ningún castigo para quienes abandonen sus misiones en el extranjero, por lo cual de retornar al país los que ejecutan esas fugas no deberían ser considerados disidentes u opositores al gobierno si no se manifiestan abierta y
públicamente en su contra. Ahora bien, la afirmación de que no enfrentarían riesgo alguno es una verdadera abstracción.
Es obvio que si esos médicos regresan a la Isla al menos perderían de inmediato sus puestos de trabajo.
Volviendo a la nota de la Cancillería cubana en relación con los galenos, tenemos que el vocero del MINREX negó la posibilidad de que fueran sancionados penalmente, pero esto no excluye las llamadas sanciones administrativas o laborales que el Ministerio de Salud Pública
puede aplicarles, entre las que pudiera prevalecer la de reubicarlos en un lugar recóndito de nuestra geografía a manera de un castigo ejemplarizante para los futuros escapados.
El gobierno de Estados Unidos le concedió visas de refugiados políticos a los dos médicos cubanos. Confiemos en que esta decisión de la administración Clinton no cree un peligroso precedente que tense aún más las relaciones entre La Habana y
Washington y nuevamente ponga en peligro los acuerdos migratorios firmados por ambos para garantizar una emigración legal, segura y ordenada.
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