La oposición como factor de inteligencia
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, junio - José Martí, con su acertada manera de situar cada cosa en el lugar que le corresponde -cualidad ésta que puede ser desagradable-, dijo que la inteligencia humana es el único poder definitivo sobre la tierra.
Entiendo la inteligencia, para no hacer el tema aún más difícil, nada más que como la cualidad suficiente para llevar con sentido común una idea, plan o una iniciativa hacia el objetivo necesario. No obstante, vemos que la oposición al régimen
comunista de Cuba -la que está en la Isla- carece de esa facultad.
A excepción de dos o tres dirigentes, que se encuentran dentro de una misma tendencia, la inteligencia no se observa por parte alguna.
Durante el pasado siglo XIX el campo opositor estaba lleno de personas ilustradas e inteligentes. Lo mismo estaban dentro de la corriente reformista, en el autonomismo, como en el independentismo.
En Guáimaro -y esto es nada más que a modo de ejemplo- en el momento de redactarse y aprobarse la Constitución de la República en Armas, había tanta inteligencia reunida allí que alcanzaba para repartir a toda la Isla.
La oposición actual puede compararse con una mujer que ha envejecido por dentro, y digo mujer no como signo de debilidad sino como símbolo de fecundidad. La fecundidad envejecida no entrega nada bueno al mundo.
En ese aspecto hay semejanza con el régimen comunista que liderea Fidel Castro: ahí tampoco hay nada realmente inteligente. La prueba de ello es que en cuarenta años no ha podido, ni con ayuda, llevar el país al éxito. Todo lo contrario, lo ha sumido en la
ruina. ¿A qué obedece entonces la hostilidad permanente del gobierno castrista hacia sus opositores? Creo que a su debilidad. Ella le impide darse el lujo de tener adversarios internos, aunque éstos sean pequeños.
Algo que pudiera sustituir, en alguna medida, la falta de inteligencia de la oposición sería la aparición de un líder. Hay algunas figuras, pero este detalle tiene un valor relativo en extremo porque las figuras pueden ser creadas de forma más o menos rápida.
Un líder es otro asunto. Y aunque en alguna medida se les teme, porque pueden convertirse fácilmente en déspotas, el líder ha estado presente en la cultura cubana. Esto hace que sea un elemento a tener en cuenta.
En cuanto a inteligencia se refiere, parece que la oposición y el régimen están juntos en la misma, defectuosa e inmóvil barca, pero el último tiene la ventaja de contar con un líder que, aunque está sumamente gastado, demuestra ser un artesano hábil
al lograr al menos lo que siempre ha parecido ser su objetivo supremo: mantener el poder político.
Sin embargo, por lo que se puede apreciar hasta donde da la vista, el régimen de Fidel Castro tiene otro problema: el de que no tiene cómo ni con quién sustituir al líder.
Por lo que he podido oír y leer, la inteligencia de la oposición cubana se encuentra en el exilio. Y eso es una gran suerte, porque en definitiva existe.
Si el país no llega a un deterioro humano extremo e irreversible -pienso que no, porque las naciones tienen sus propios anticuerpos- la nación se salvará.
En otros escenarios, en cualquier escaramuza o combate, es posible demostrar la valía enfrentándose a la muerte. En el tipo de lucha que se ha escogido hoy, el de las ideas, la inteligencia es la única que puede obtener los laureles de la victoria.
En su vigente realidad, la oposición interna no puede ser la palanca que mueva los cambios en Cuba. Tal vez logre ser el punto de apoyo. Eso depende de que sea capaz de comprender cuál es su rol -espero que no sea mucho pedir- y también de trabajar en pos de ese rol, y
dentro de él.
Esta información ha sido transmitida por teléfono, ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a Internet.
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza la reproducción de este material, siempre que se
le reconozca como fuente.
|