Una merienda increible
Amarilis Cortina Rey, Cuba-Verdad
LA HABANA, junio - Cuando hace varios días, en ciudad de La Habana, estudiantes de las escuelas primarias y secundarias eran movilizados para reclamar el regreso del balserito Elián González Brotons -marcha política que hubo de ser suspendida por las inclemencias del
tiempo- algunos padres del municipio Arroyo Naranjo expresaron a Cuba-Verdad la noticia de que a los niños de primaria se les había repartido una merienda.
Dicha merienda, según lo padres entrevistados, consistió en un refresco y un dulce.
Para las personas que no están al tanto de las actividades diarias de los niños les será muy difícil comprender el por qué del asombro por una merienda, que más bien era pobre en su contenido. Tal fue la reacción de esta periodista hasta que
durante el transcurso de la conversación se escucharon impresiones como ésta: "Hace años que en las escuelas no se le da ni se le vende merienda a los niños".
Una madre dijo: "Por eso el día que mi hijo no tenga leche para desayunar, sencillamente, no lo mando a la escuela".
Quién, que guarde frescas sus memorias de estudiante, no recuerda aquellos recreos con los ansiados refrescos, dulces, galleticas, caramelos o bombones. Golosinas que se vendían en las escuelas como algo natural y necesario, pues también hemos sido testigos del apetito con
que se termina las clases luego de varios turnos.
Esta situación se torna aún más grave si sabemos que un buen desayuno en Cuba es un lujo al que pocos acceden. Hay muchos que dicen, de manera jocosa, que "desayunar es una reminiscencia del capitalismo". Eso se debe a que, por norma gubernamental, a los niños
mayores de siete años no se les vende leche por la cuota de racionamiento, por lo que quedan a merced de lo que puedan "resolver" sus padres para el primer alimento del día.
Algunos, los poquísimos que pueden, pagan en más de veinte veces el valor de un litro de leche o de una libra de leche en polvo (de mala calidad ambas), para el desayuno de sus hijos. Así también sucede con el yogurt. En cuanto a otros alimentos propios de esta
importante comida del día; mejor ni pensar en ellos.
Según los padres encuestados, una solución parcial al problema de la ausencia de merienda en las escuelas son los llamados "merolicos", personas que por su cuenta venden algunas chucherías en las afueras de las escuelas, pero como en ocasiones sus productos son muy
caros no todos los niños los pueden adquirir.
De acuerdo a la opinión de una maestra, que al enterarse que yo no era reportera oficialista me pidió no publicara su nombre por temor a ser despedida por el Ministerio de Educación, el problema general en el ramo de la Educación es económico. Por tal motivo
faltan muchas cosas a los alumnos y otras han desaparecido para siempre, como es el caso que nos ocupa de las meriendas escolares.
Todo parece indicar que años atrás esas mismas escuelas tenían suficientes fondos para garantizar las actividades de sus alumnos. Entonces, ¿qué pasó? La maestra antes citada, con miedo pero con vergüenza, concluyó diciendo: "Hay quienes
opinan que todo se debe a que somos un sector que no produce bienes materiales".
No obstante, las tiendas estatales recaudadoras de dólares (TRD) están repletas de todo lo que los estudiantes cubanos necesitan para estar bien alimentados. Con el dólar todo; fuera de él, nada.
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