El estilo de los comunistas
José A. Fornaris Ramos, Cuba-Verdad
LA HABANA, junio - El miembro del Buró Político del Partido Comunista José Ramón Machado Ventura planteó en Matanzas que era necesario que "el estilo de labor del Partido se impregne en cada trabajador.
Pero, ¿cuál es ese estilo? -ironías aparte. Debe ser el mismo, lógicamente, que existió en la Unión Soviética, Rumanía, Campuchea, Albania o en cualquier otro de los países ex-comunistas. En esas naciones se sabe lo que pasó y
lo que se logró con ese "estilo".
La Constitución de Cuba, hasta hace muy poco tiempo expresaba en su artículo once: "La República de Cuba forma parte de la comunidad socialista mundial, lo que constituye una de las premisas fundamentales de su independencia y desarrollo en todos los órdenes".
Es decir, el "estilo comunista de labor" era una obligación constitucional.
Recordando nuestra más reciente historia tenemos que el 17 de abril de 1961 Fidel Castro proclamó el carácter socialista de su régimen; cuatro años después, creó oficialmente el "nuevo" Partido Comunista. La Constitución del 76
-a la que ya hice referencia- establece que "el Partido Comunista es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que organiza los esfuerzos comunes hacia el avance a la sociedad comunista".
De hecho, no cabe la menor duda, el "estilo de labor" del Partido Comunista está presente en Cuba hace décadas. Y ese "estilo" se puede observar en el culto a la persona del "líder máximo"; en la salida permanente al exterior del país
por lo menos del 15 por ciento de la población cubana; en la muerte de un número hasta ahora desconocido de compatriotas en el Estrecho de la Florida; en la construcción de muchas cárceles; en la frustración, la desesperanza, la violencia que azotan a la sociedad
cubana; en la carencia de cosas primarias para la vida, como la alimentación adecuada, y en la represión política y no política institucionalizadas.
El "estilo" del Partido Comunista ha dejado huellas y ha causado heridas profundas a toda la vida de la nación cubana, por eso; es difícil entender qué quiso decir ese alto dirigente comunista al manifestar "la orientación" de que cada uno de los
trabajadores hagan suyo el espíritu de trabajo de la militancia comunista.
Cuando valoramos -y para eso solamente hay que residir en Cuba como parte de su pueblo- las consecuencias del "estilo comunista", se llega de inmediato a la conclusión que ese estilo lo necesario es erradicarlo, terminar con él como se hizo en la antigua Unión
Soviética y en casi todos los países euro-asiáticos que formaban parte del mundo comunista.
Y no se trata de un problema ideológico o político, se trata de una necesidad vital, de una cuestión incluso de época. El comunismo es oscuridad -y aquí no estoy hablando de apagones eléctricos, que los hay abundantes- es un fracaso, es una
innecesaria y nefasta
experiencia. Por lo tanto, carece de legitimidad. Prescindir de él no sólo es un derecho, sino una urgencia de la supervivencia.
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