El fax en Cuba: otra trampa gubernamental
Héctor Maseda, Grupo Decoro
LA HABANA, junio - Utilizar el servicio de fax que ofrecen las autoridades cubanas para la rápida transmisión de documentos privados constituye, en la práctica, una ilusión para las economías familiares.
La tragedia que sufrió mi amigo, a quien llamaremos Tontín Pérez, ocurrió el pasado viernes 9 de junio cuando entusiasmado se dirigió al hotel Habana Libre Trip, en esta capital, con cinco dólares en el bolsillo, resultado de sus ahorros en los últimos
cuatro meses de trabajo, para enviar un documento personal a España por fax, de nueve cuartillas a un espacio y cuatro fotografías.
La empleada le aclaró a Tontín que transmitir páginas como las que él traía demoran entre 45 y 50 segundos en enviarse, cada una. En cuanto a las fotografías, le llevaría más tiempo. Por lo tanto, debería desembolsar alrededor de 45
dólares estadounidenses por enviarlas. Le dijo, además, que sí esperaba respuesta por la misma vía, tendría que disponer adicionalmente de un dólar por hoja recibida.
Cuenta mi compañero que aquello fue para él como recibir un macetazo en pleno rostro. Rápidamente pensó que la remisión le costaría unos cincuenta dólares hacerlas llegar a la península ibérica. Es decir, mil pesos, o lo que es lo
mismo el ahorro que podría hacer en cuatro años de trabajo, ya que su salario mensual es de doscientos pesos. Debería privarse de todo gasto innecesario: No ir al cine, ni comer pizzas, o pasear con su novia o sacar a su pequeñín de dos años un domingo al
Zoológico y comprarle algunas golosinas. Y ni hablar del proyectado matrimonio con su prometida.
Le preguntó a la empleada si no existían tarifas más económicas a determinadas horas del día o de la noche. La joven ensayó una sonrisa y le señaló con el dedo la lista de precios para disponer de ese servicio: Estados Unidos de América
y Canadá 2.70 dólares estadounidenses (USD) por minuto de transmisión; área del Caribe 3.70 USD por minuto; América del Sur 4.70 USD por minuto; Alemania, España, Francia e Italia 5.50 USD por minuto. Para el resto del mundo 6.40 USD.
Si llevamos esas cifras a su equivalente en moneda nacional, tendremos precios desde los 58 hasta 134.40 pesos por minuto de transmisión por fax, sin contar que se debe abonar 21 pesos por cada página recibida.
De paso Tontín conoció que el servicio de fax para el ámbito nacional también se las trae. Desde La Habana hasta la Isla de la Juventud, Pinar del Río o Matanzas, cuesta un dólar por minuto de transmisión. Villa Clara y Cienfuegos 1.50 USD; Sancti
Spíritus y Ciego de Avila 2.30 USD; Las Tunas hasta Guantánamo 2.75 USD. Que en moneda nacional sitúa los precios por minuto de transmisión desde 21 hasta 57.75 pesos.
Salió mi amigo decepcionado del hotel. ¿Qué hacer? Se preguntaba. Visitó varios hoteles habaneros, casi todos los Telecentros y el centro de Prensa Internacional, lugares donde también prestan estos servicios. Las tarifas hoteleras eran las mismas. El Centro de
Prensa Internacional y los Telecentros exigen precios ligeramente inferiores al de los hoteles, unos 0.15 centavos de USD menos de acuerdo al destino.
En su andar, mi compañero se enteró que este servicio, rápido y seguro, se presta las 24 horas del día, existe desde hace unos ocho o nueve años y está extendido por todo el país. Y con mucha tristeza concluyó su historia.
Pero lo sorprendente vino al final, al afirmar Tontín: "Para qué creó el gobierno cubano este servicio en las comunicaciones si al menos el 90 por ciento de los nacionales no podemos hacer uso de el. Es imposible disfrutarlo si nuestros salarios no superan el
equivalente de 10 dólares mensuales. Este mecanismo es un negocio de nuestro gobierno con los visitantes extranjeros. Con nosotros, los cubanos, es pura exposición de vitrina".
Menudo análisis el de mi amigo. Lo dejé con sus reflexiones, y me quedé sumergido simultáneamente entre molesto y feliz. Molesto, porque Tontín no había logrado su propósito. Feliz, porque salí convencido de que mi amigo no era tan tonto
como yo creía.
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