Un periodista con pegada fuerte
Tania Díaz Castro
LA HABANA, junio - Vicente Escobal Rabeiro nació en el año 1945 que, según la astrología china, representa al gallo. Son valientes, talentosos y muy entusiastas. Dice además que son los Quijotes que mueven cielo y tierra para conquistar un ideal.
En su vida ha habido dos principales objetivos. El primero fue estudiar los fenómenos atmosféricos, tan útil para la navegación y para los aviadores. El segundo, analizar este otro fenómeno que ocurre en Cuba desde 1959 llamado "revolución" y
contribuir a una solución útil para todos.
Es por eso que Escobal Rabeiro ingresó en la disidencia activa de su país como miembro del Movimiento Cristiano Amor y Paz, dirigido entonces por la señora Sarah Franco. Este aguerrido defensor de los derechos humanos considera que ése no es el mejor paso dado en su
vida, sino un momento muy significativo porque se sintió realmente libre y porque además perdió el miedo.
Al preguntarle qué razones tuvo para sumarse a la disidencia cubana, expresó: "Una profunda convicción de que el comunismo arruina al hombre en términos materiales y espirituales. Lo atomiza y lo estigmatiza con denigrantes calificativos. También mi aversión
a las campañas propagandísticas, esa especie de resistencia pasiva que socialmente se manifiesta de las maneras más variadas. Se trata de un sistema donde todo es una cuestión pública, algo de 'interés individual' que rebasa los naturales marcos de la
individualidad y la privacidad. Cuando comprendí que el cubano actúa por impulsos y no por meditación, me convertí en disidente activo".
Y yo me pregunto: ¿Influyó acaso su formación religiosa desde muy niño para no actuar por impulsos?
Al preguntarle su opinión sobre la disidencia: sus éxitos, sus desaciertos, su madurez y su futuro, nos dice:
"La disidencia cubana ha transitado por diferentes etapas. Ha crecido. Incluso ha logrado diseñar una estrategia que le ha permitido sobrevivir en medio de una gigantesca y sistemática campaña de acoso, encarcelamiento, difamación e intentos de división.
"Por ejemplo, se ha tenido que estructurar y reestructurar constantemente. Ha perdido valiosos activistas. No cuenta con recursos para acelerar su trabajo. Confrontamos una ideología, un sistema político por vías y métodos no violentos.
"No hay una sola organización en Cuba que tenga elaborado un plan terrorista. A veces somos tan honestos en nuestros planteamientos que pudiera pensarse que tratamos de mejorar el sistema en nuestro afán de trabajar por el mejoramiento humano de los cubanos en todos los órdenes
de la vida. Pretendemos un espacio en la prensa, la eliminación de la censura y de todo lo que aniquila la libertad de expresión, reunión y asociación pacíficas; en una palabra: la doctrina totalitaria que define el sistema de gobierno cubano. Y lo lograremos.
Estoy seguro".
Escobal Rabeiro no quiere admitir que ha sido un líder de la disidencia interna de Cuba, a pesar de haber recorrido siete años de precipicios y abismos policiales como un imaginativo y fecundo promotor de organizaciones sindicales que el gobierno no ha admitido y de ser uno de los
periodistas independientes de pegada más fuerte. Es, desde hace tres años, director y periodista de la Agencia Lux Info Press.
Al preguntarle cuál ha sido el momento más culminante de la disidencia interna, además de aquél que, en 1988, logró sentar al gobierno cubano en el banquillo de los acusados como violador de la Carta Universal de los Derechos Humanos, quiere referirse a la IX
Cumbre Iberoamericana, pues a su juicio, fue realmente la Cumbre de la Oposición Cubana.
Destaca que los Jefes de Estado dieron una gran acogida a varias figuras de la disidencia y el periodismo independiente, y siente orgullo de haber sido uno de sus protagonistas.
Vuelvo a la carga y le pido al colega algún mensaje para la disidencia o para aquellos que pronto se incorporarán a ella y me dice que "ser disidente es una colosal locura. Un paso que ha promovido en la ciudadanía una mezcla de sentimientos. Unos nos admiran en
silencio. Otros lo hacen públicamente. Pocos se atreven a seguirnos".
Nos señala Escobal que "el miedo a la represalia es mucho más fuerte que el deseo de encontrar una solución. Aquellos de nueva incorporación deben prepararse para perder amigos, empleo, afrontar incomprensiones familiares. Al principio -dice- es difícil
porque te adentras en un mundo desconocido. Es la etapa de adaptación a ese medio hostil, pero hermoso".
El llama a esto "una prueba de fuego que germina en tu vocación democrática". Piensa además este modesto líder que "no existe un método para prepararse psicológicamente, sino que todo depende del carácter, la actitud que se tenga
ante la vida, las convicciones, la capacidad de analizar y, sobre todo, la naturaleza humana que se posee".
Le pregunté entonces qué recomienda a aquél que ingresa al periodismo independiente, algo que en Cuba no se acepta, y me respondió:
"Hay que trabajar con apego a la verdad, ser objetivo, mesurado, valiente. Muy profesional. No dejarse arrastrar por el facilismo, el sensacionalismo. Trabajar con escrúpulos. Creo que todos, disidentes y periodistas, debemos ser ejemplo de honestidad y decencia en nuestras
relaciones interpersonales. Observar un estilo de vida casi monástico. Ser, sobre todo, transparentes y abiertos".
Mi última pregunta estuvo basada sobre el exilio y su fusión con la disidencia interna de Cuba, y coincido con Escobal cuando afirma que "el exilio es una continuidad de nuestra lucha. Un paso lacerante. Inevitable".
Nos aclara el dirigente y periodista que "el exilio está jugando un papel fundamental en el tránsito hacia la democratización del país; que ha logrado un sólido sistema económico, algo de lo que Cuba carece". Nos dice por último que "el
exilio cubano es reconocido en el mundo entero y goza de gran prestigio, que los cubanos tenemos el privilegio de contar con un exilio que no ha perdido su identidad, que agradece las oportunidades obtenidas. Un exilio patriótico".
Para finalizar, me asegura que está convencido de que las artificiales barreras que han tratado de imponernos, van a desplomarse cuando Cuba vuelva a ser con todos y para el bien de todos.
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