"¡Hasta pronto Padre Miguel Angel, Cuba lo espera de nuevo!"
Amarilis Cortina Rey, Cuba-Verdad
LA HABANA, junio - Esta expresión fue usada, por decenas de fieles de la comunidad católica Espíritu Santo-La Merced, a modo de triste despedida al Padre Miguel Angel René Ayala, a quien el gobierno de Fidel Castro no le autorizó renovar el permiso de estancia
en el país.
El sacerdote, de origen español, llevaba tres años, tres meses y diecinueve días realizando su labor pastoral en esas dos antiguas parroquias del corazón de la ciudad de La Habana.
Aunque las causas por las que despidieron de la Isla al Padre Miguel Angel no quedaron muy claras, para muchos sí estuvieron implícitas en las palabras que el sacerdote dirigió a los fieles antes de su partida: "No me voy de Cuba porque quiero, sino porque el gobierno
cubano no me autoriza a renovar el permiso de estancia aquí".
Durante su corto, pero fructífero, período en Cuba el religioso llevó a cabo un tremendo trabajo con los niños, los discapacitados, los jóvenes, fomentando obras sociales y de caridad, cumpliendo así con los sectores más marginados de la sociedad
cubana, quienes lamentan profundamente la medida gubernamental.
Quizás en un homenaje a la historia, el día 20 de mayo a las seis de la tarde, ese sacerdote ofreció su misa de despedida en el Espíritu Santo, parroquia que durante años mantuvo el derecho de dar protección a todo reo que lograra traspasar sus umbrales
o sujetarse de la argolla de la puerta. Quien así lo hiciera era protegido y amparado de la acción de la justicia humana.
En tan significativo templo, el cura Miguel Angel recibió mensajes de agradecimiento por su labor misionera de parte de presos, perseguidos políticos, enfermos, ancianos, niños, jóvenes, mendigos... Al concluir la homilía, él expresó: "Salgo
de Cuba en una fecha histórica y estoy convencido que regresaré en otra fecha histórica, porque si Dios lo quiere nadie podrá impedirlo".
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