Nuevas marchas del pueblo, nuevos retos personales
Oswaldo de Céspedes, CPI
LA HABANA, junio - Las masivas marchas convocadas por el gobierno comunista de Cuba no representan la voluntad del pueblo, y mucho menos la voluntariedad, pues en lo obligatorio de la asistencia a éstas se pierde la esencia del significado que quieren representar.
En relación con la pasada marcha de medio millón de mujeres, efectuada el viernes 2 de junio, y que transitara por las avenidas habaneras culminando frente a la oficina de intereses de los Estados Unidos, en la llamada "Plaza Antiimperialista José Martí",
según informes recibidos por la CPI de distintas fuentes que asistieron al acto, no existe el derecho de escoger, pues la ausencia al mismo significaba un demérito, un señalamiento negativo ante el colectivo, o la pérdida de alguna prebenda y hasta se podría ganar
(el que no asistiera) el calificativo de "no confiable".
Para los estudiantes el asunto está muy claro: "las universidades son para los revolucionarios", por tanto, el que aspire a mantenerse en ella, o alcanzarla, debe subordinar su actuación a las reglas del juego.
No hay opción, sólo vas, o vas. Las marchas, que ya forman parte de la cotidianidad del cubano, se han convertido en nuevos retos para la estabilidad del ciudadano que depende del estado de una u otra forma, pues sencillamente, o siguen a Vicente como hace la gente, o te pasa la
rueda de la historia por encima.
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