Los ecos vibrantes de Tamarindo 34
Juan González
LA HABANA, junio - De contragolpe comunista han calificado algunos sectores de la oposición la convocación de una movilización masiva por parte del gobierno para el próximo 7 de junio, fecha en que se conmemora el primer aniversario del comienzo del ayuno llevado a
cabo en Tamarindo 34.
Previamente al anuncio de movilización oficial fue convocada en igual fecha una jornada de cuarenta horas de ayuno por parte del ilegal Partido Cubano Pro Derechos Humanos afiliado a la Fundación Zajarov.
Según opinión expresada por el señor Antonio Díaz-Quintanal, secretario general de dicha agrupación, la movilización gubernamental tiene como propósito "diluir la fecha y la actividad opositora convocada", a partir de la connotación
alcanzada por el ya histórico ayuno de Tamarindo 34, y lo que éste significó en términos de "derrota política de la que el gobierno aún no se recupera del todo".
Según la señora Aida Valdés Santana, de la Coorinadora de Presos y Ex Presos Políticos, y co auspiciadora de esta iniciativa, "...el ayuno convocado ha recibido hasta este momento el respaldo de 40 organizaciones y 14 delegaciones provinciales a lo largo del país".
Valdés Santana se refirió también al carácter pacífico y profundamente civilista que revestirá esta actividad.
Algunos lo ven como una bofetada en el rostro de la excelencia represiva del régimen, por su connotación evidente en medio de una guerra inacabable de nervios dirigida a detener el paso de la sociedad cubana a formas post totalitarias que llevarán a la anhelada democratización
y al establecimiento de un estado de derecho.
El odio y la sed de venganza que el gobierno comunista de La Habana ha manifestado contra los que de una forma u otra hicieron posible la jornada de Tamarindo 34 en 1999 quedaron plenamente evidenciados en las condenas a cárcel dictadas contra los esforzados opositores que por vez primera
sacaron a la calle la resistencia civil no violenta.
Los reveses inflingidos al gobierno en la concluida IX Cumbre Iberoamericana y su reciente condena en Ginebra ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU dieron validez a la costosa estrategia de oposición pacífica llevada a cabo a través de ayunos, marchas y
sentadas a lo largo del accidentado año 1999.
La resistencia no parece haber concluido, a despecho de que la oposición y la disidencia enfrentan la campaña más pertinaz y sistemática desde el punto de vista político, unida al esfuerzo represivo más sofisticadamente adecuado de los últimos 41
años.
Esta contracción extraordinaria de los aparatos político, de inteligencia y de contrainteligencia cruza el Estrecho de la Florida en su afán por golpear a los sectores exilados más influyentes en la comunidad cubano-americano por una parte, y por la otra, por mantener
una imagen adecuada del régimen en Europa y el resto de América y el mundo.
Según fuentes cercanas al gobernante Partido Comunista, la movilización convocada por el gobierno para el 7 de junio deberá superar de forma cuantitativa a la realizada el 1 de mayo, todo con la mira puesta en silenciar los ecos vibrantes de Tamarindo 34.
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