Balance de tragedia por explosión de gas en La Habana
Reinaldo Cosano Alén
LA HABANA, 2 de junio - Se puede ya ofrecer detalles más precisos sobre el desastre ocurrido el martes 24 de mayo en un edificio de dos plantas situado en la calle Animas entre Lealtad y Escobar, en Centro Habana.
Un escape de gas de uso doméstico en un apartamento cerrado, casi hermético, acumuló una enorme cantidad de combustible. Al retornar a su hogar Elsa, quien estaba acompañada de su hija de ocho años, hizo funcionar el interruptor eléctrico de la luz y la
chispa que siempre se origina actuó como detonante de la colosal explosión. Elsa falleció al tercer día a consecuencias de las quemaduras tan extensas como profundas. La hija permanece en terapia intensiva reportada de muy grave.
Noemí, la madre de Elsa, fue lanzada por los aires a gran altura a través del desaparecido techo a causa de la honda expansiva, pero milagrosamente salvó la vida, aunque con contusiones no graves.
Una anciana que en el momento de la detonación transitaba frente al edificio, recibió tan fuerte impacto por una reja de entrada arrancada a la vivienda, que no sólo la mató, sino que la reja fue a dar contra un edificio enfrente lo que da idea de la magnitud de la
deflagración.
Angelito, un vecino del lugar del siniestro, de 24 años, reparaba una pared tambaleante de su apartamento afectada por el estallido y un clavo de punta de una tabla desprendida se le incrustó en un ojo, que seguro perderá, según parece, por la falta de atención
médica a tiempo.
Lo suyo fue un verdadero calvario. Lesionado por la tarde, fue operado al día siguiente. No quisieron operarlo en el Hospital "Hermanos Ameijeiras", a sólo unos 300 metros de donde vive. Del "Ameijeiras" fue conducido al hospital "Freyre de Andrade"
(antiguo "Emergencia") del municipio Plaza. No fue operado y por sus propios medios, por no haber ambulancia, fue a parar al Hospital "General Calixto García", del Vedado, el mayor de Cuba, donde tampoco fue asistido, y desde donde fue remitido al Hospital "Miguel
Enríquez", antiguo "La Benéfica", del municipio San Miguel del Padrón, donde al final fue intervenido quirúrgicamente.
Otras edificaciones centenarias aledañas sufrieron derrumbes de paredes y escaleras.
Al día siguiente del desastre los bomberos debieron rescatar a un grupo de familias del edificio del fondo, atrapados por el desplome de una pared. Las autoridades acudieron de inmediato al lugar del desastre para dar auxilio a las víctimas.
Acometen un urgente plan de reconstrucción. Las viviendas serán amuebladas y restituidos los equipos electrodomésticos dañados, como les han prometido. Pero lo que ninguno entiende es por qué no se les ha dado albergue provisional más confortable. No
como ahora, que continúan hacinados en pasillos de otros edificios y en cuchitriles de bondadosos vecinos. Se quejan también de que la alimentación que reciben no es de buena calidad en la confección, ni suficiente.
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