¿Qué ocurre con los retretes públicos?
Tania Díaz Castro
LA HABANA, junio - Si de crueldad se tratara, podríamos preguntarnos por qué nuestro país, Cuba, carece -no hablemos de comida- de retretes públicos, llamados también letrinas, inodoros o simplemente baños. Sobre todo el cubano de a pie, aquél que
siente deseos repentinos de encontrar un retrete, sacudido por fuertes retortijones, tiene que esconderse en una escalera, en un pasillo, y ahí mismo descargar hasta su disgusto.
En la Estación Central de Ferrocarriles, por ejemplo, no exagero, pueden pasar al retrete sólo aquéllos que poseen el boleto de viaje. Los que acuden a despedirse tienen que aguantar. Pero como los cubanos cada día que pasa aguantan menos, cuando se encuentran en esta
situación hacen sus necesidades a pleno sol, en cualquier esquina, rincón o jardín.
La situación es caótica. En las cafeterías, bares, hospitales y demás instalaciones estatales, por lo general los retretes están clausurados o con tanta falta de higiene que no se puede estar dentro de ellos dos minutos sin respirar. También se quejan
los ciudadanos de que numerosas instalaciones cobran al usuario por usar el retrete de ese mismo lugar donde consumen.
En días pasados hice un recorrido por mi barrio. Pude comprobar que todas las cafeterías para turistas tienen su retrete o WC. Entré al hotel Habana Libre. Quizás como soy alta, teñidos mis cabellos de rubio y poco fea, me confundieron con una vieja inglesa,
suiza o norteamericana, y no me prohibieron la entrada. Sin embargo, cuando salí del elegante retrete, perfumado y limpio, la custodio me echó tremenda mirada de desprecio al ver que no le había puesto una moneda de 25 centavos de dólar en su vasijita. Al salir me pregunté
"¿será que no tenemos retretes públicos porque algunas personas se roban las piezas de los mismos?"
Todo parece indicar, según la prensa oficial, que Ciudad Habana cuenta con 100 baños públicos, pertenecientes a distintas entidades gastronómicas y servicios comunales. Luego aclara que muchos no funcionan porque o están rotos o los empleados que los atienden
se ausentan a menudo. La explicación puede estar en que el salario oficial para esta plaza es uno de los más bajos: 148 pesos, algo menos de siete dólares mensuales.
Por último, y para que haya esperanzas, se dice que en un futuro más cercano que tarde serán reanimados 20 de los 58 baños públicos que están sin funcionar, y que pertenecen a Comunales. Aún así, puesto que la capital de la isla tiene mucho
más de dos millones de habitantes, seguirá el cubano de a pie sufriendo desesperado de retortijones donde menos lo espera, y siempre en busca de una solución.
Esta información ha sido transmitida por teléfono, ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a Internet.
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza la reproducción de este material, siempre que se
le reconozca como fuente.
|