Suerte de perros
Rev. Pedro Crespo Jiménez, Grupo Decoro
LA HABANA, julio - A "Bolita", la perrita, la encontraron abandonada en Buena Vista a punto de estirar sus cuatro paticas. Hoy goza de techo, comida y mucho cariño. Otro tanto le ha ocurrido a "Negrita", "Johnny", "Pirolo", "Ichi", "Chiripazo",
y la lista de estos animales afectivos sería interminable. ¡Hasta "Francisco", un perro chino que vive (¿todavía?) en Luyanó! Otros han tenido una peor suerte. A "King", un perro de negro pelambre, el implacable Ramón lo montó en su
carro y lo abandonó a su suerte. Yo le calculé unas horas porque King no conocía el "lenguaje" de la calle. Pero el asunto de los animales afectivos no para ahí. Un perrito abandonado, cayó en manos de alguien solidario con su sufrimiento que se hizo
cargo de él.
El caso es que el animal, finalmente, fue a parar a manos de una pareja de extranjeros y quedaron tan maravillados con el animalito que decidieron llevarlo consigo. Posiblemente hoy el can disfruta de su vida perruna en algún lugar de Europa.
También un amigo que marchó a Miami que no dudó un solo instante en llevarse consigo a su negra perrita sata y, allá, gozó de su compañía por más de siete años.
Qué suerte, ¿verdad? Dirá usted. Pero, no, la suerte -si es que se puede llamar así- no siempre tiene signo positivo, puede a veces ser de signo negativo por lo que entonces tendríamos que decir: ¡Qué desgracia! o ¡qué mala suerte! ¿Verdad?
Puede, y esto es cierto, que se sucedan una serie de acontecimientos, circunstancias, se involucren personas, y como resultado final usted o yo seamos favorecidos. Pero el primer responsable de su vida, de sus éxitos o de sus lamentables fracasos es usted mismo. Cada uno va tallando la
escultura de su vida aunque para ello sea necesario eliminar como una verdadera obra de arte trozos de mármol a golpe de cincel. Quien empuña la herramienta debe estar poseído de los grandes valores que han enaltecido al hombre a lo largo de su historia: Dios, el amor, la
justicia, la verdad, el sacrificio, la bondad, la fidelidad, el respeto... aquellos valores inmutables y válidos bajo cualquier tipo de bandera, bajo cualquier circunstancia.
Confiar en la suerte es paciencia de tontos y de estancias lunares, aunque perritos cubanos paseen por las calles de Miami, New York, Europa y digan: "Qui, qui, guau, guau".
Esta información ha sido transmitida por teléfono, ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a Internet.
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza la reproducción de este material, siempre que se
le reconozca como fuente.
|