Publicado el 26 de julio, 2000, en El Nuevo Herald
Acosan a una de las familias de los médicos
Wilfredo Cancio Isla. El Nuevo Herald
"La mayoría de los médicos que se enlistan en misiones al exterior lo hacen con la idea de escapar de la agobiante situación de Cuba", comentó Córdova.
Cuando el doctor Leonel Córdova Rodríguez decidió desertar de la misión médica que lo llevó a Zimbabwe, su familia en Cuba se vio de inmediato bajo el efecto de las represalias gubernamentales.
Su esposa, Rosalba González Contreras, y los tres hijos menores de la pareja, fueron sacados de la casa-consultorio donde residían, en la barriada habanera de Marianao, y la familia tuvo que devolver al Ministerio de Salud Pública (MINSAP) los $100 que ya les habían
entregado como parte del salario de Córdova por dos meses de trabajo en el extranjero.
"Con ese dinero se cubrían las necesidades de la familia, pues los 525 pesos cubanos [$26 al cambio actual] de mi salario allá, apenas alcanzaban'', relató Córdova a El Nuevo Herald. "Por esas cosas es que no quisimos seguir allá''.
Además de los $50 mensuales que se entregaban a sus familiares en Cuba, cada médico recibía unos $300 mensuales para sus gastos en Zimbabwe. A diferencia de la colaboración en otros países --donde el gobierno cubano recibe entre $20,000 y $60,000 anuales por
cada médico--, por la brigada enviada a Zimbabwe el MINSAP no recibía retribución oficialmente.
Antes de integrar la misión médica internacional, Córdova, de 31 años, y su colega Noris Peña, de 25, no se conocían. Luego compartieron un ideal de fuga y 32 días en cárceles de Zimbabwe, antes de ser entregados al Alto Comisionado de
Naciones Unidas para Refugiados.
"La mayoría de los médicos que se enlistan en misiones al exterior lo hacen con la idea de escapar de la agobiante situación de Cuba'', comentó Córdova. "La idea de desertar está generalizada, pero la gente se cuida de expresarlo fuera de su círculo
de confianza''.
Peña se graduó como estomatóloga en 1998 en la Facultad de Camagüey, su ciudad natal, y fue "ubicada'' en una clínica dental del poblado de Vertientes. Córdova terminó sus carrera de medicina en La Habana en 1992 y antes de salir de Cuba
trabajaba en un consultorio de barrio integrado al plan del médico de familia.
"Era perder el tiempo miserablemente. No había posibilidades de desarrollo profesional; ni siquiera medicinas que recetar desde el consultorio'', manifestó Córdova. "La misión apareció como una tabla de salvamento para huir de Cuba''.
La determinación personal estuvo a punto de transformarlos en "traidores'' cautivos del régimen castrista. En cambio, la suerte los acompañó en el momento crucial, cuando deslizaron una nota a un funcionario de Air France en Sudáfrica, dejándole
saber que estaban siendo transportados por la fuerza. "De no ser por esa nota, la vida fuera hoy otra para nosotros. Todavía es y no puedo creerlo'', recordó Peña.
La embajada cubana en Zimbabwe no sólo les incautó los pasaportes nacionales, sino también las pertenencias que habían adquirido con su dinero durante la misión.
Mientras esperan ahora las visas para poder viajar y reiniciar sus vidas en Estados Unidos, ambos médicos se han visto favorecidos por la solidaridad de sus compatriotas exiliados en Suecia.
"Me he sentido en familia, como hace tiempo no sentía'', expresó Peña, quien revisaba su e-mail en la casa de Vidal Fajardo, vicepresidente de la Unión de Cubanos en Suecia (UCS). "Sin el apoyo y la presión de todos los cubanos del exilio, aquí
y en Miami, esta historia tendría otro color''.
"Llegamos muy tensos y temerosos a Estocolmo'', relató Córdova, "pero todos estos días hemos estado rodeados de cubanos, comiendo comida cubana... como un anticipo de Miami''
Reeditan control de asistencia a movilización
Cada participante recibirá un diploma firmado por Castro
Rui Ferreira. El Nuevo Herald
El gobierno cubano pondrá hoy en acción un singular método de control de multitudes que no era aplicado desde mediados de los años 80: todos los que asistan a una manifestación contra el embargo económico estadounidense recibirán un certificado
firmado por el gobernante Fidel Castro.
La iniciativa fue anunciada por el propio Castro la noche del lunes en un programa especial de televisión. El gobernante dijo esperar que esta sea la mayor manifestación de la historia de Cuba.
"Pasado mañana [26 de julio] hay una marcha, que con seguridad será la más grande que se haya producido en la historia de nuestro país, y aprovecho para exhortar a los habaneros, que tan brillantes páginas han escrito en estos meses y que tan decisivo
papel jugaron, a que nos veamos en la marcha. Y desde ahora digo que voy en tenis'', dijo Castro.
Los diplomas serán entregados en actos públicos que organizarán los Comités de Defensa de la Revolución (CDR). En 1980, a raíz de sendas manifestaciones contra el éxodo del Mariel, los participantes en esas marchas recibieron tres diplomas también
firmados por Castro y entregados por los CDR y dirigentes estudiantiles.
Según fuentes en La Habana, las autoridades están haciendo un esfuerzo particular de movilización, que también incluye el traslado de residentes de las provincias colindantes.
En las últimas 48 horas, las calles de La Habana eran recorridas por camionetas con autoparlantes que hacían un llamado a la asistencia, afirmaron varios periodistas independientes. Los estudiantes de escuelas especiales, como la vocacional Lenin, fueron informados de que la
participación en la marcha es obligatoria.
El 26 de julio está considerado en la isla como una fecha que marca el inicio del proceso político de Castro, ya que conmemora el día de 1953 en que, al frente de un grupo de seguidores, asaltó el cuartel Moncada en la oriental ciudad de Santiago de Cuba. El ataque
resultó un fracaso, pero se transformó en una fecha clave de la liturgia política de la isla.
Este año correspondió a Ciudad de La Habana, Pinar del Río y Santa Clara organizar los actos de conmemoración. A diferencia de años anteriores, hoy no habrá discursos públicos, sino una marcha que saldrá a las 8:30 a.m. de la Plaza de la
Revolución y desfilará hasta la Sección de Intereses de Estados Unidos frente al Malecón habanero.
Los actos políticos coinciden con los populares carnavales habaneros. Este año los cubanos pudieron celebrarlos con el precio de la cerveza reducido de 10 a 8 pesos la botella, acompañada de un bocadito de pan con lechón vendido a 5 pesos. El salario promedio en Cuba
es de 185 pesos.
Carnavales, penurias y festejos por el 26 de julio
Pablo Alfonso.
Miles de habaneros estarán marchando hoy por las calles de la capital, acarreados por el gobierno, para protestar contra el embargo económico de Estados Unidos a Cuba. La "marcha combatiente'' coincide con la conmemoración del 26 de julio y también con los
festejos del carnaval.
Dentro de ese curioso marco el tabloide Granma acaba de anunciar a los cubanos que lo peor y más difícil está por vencerse todavía.
Dicho así, al cabo de cuarenta y un años de privaciones y dificultades, el editorial de Granma suena como ave de mal agüero. Estoy casi tentado a resumirlo con una frase sonoramente criolla: ¡SOLAVAYA!
En un estilo que casi denuncia a viva voz la participación directa de Fidel Castro en ese editorial, Granma echó por tierra las esperanzas de quienes aunan esfuerzos para flexibilizar las sanciones económicas norteamericanas a Cuba.
Al menos -justo es decirlo-, Granma agradeció las buenas intenciones de los congresistas y empresarios norteamericanos que quieren vender alimentos y medicinas a Cuba y permitir el turismo estadounidense a la isla.
Pero según dijo, el país "no estaría en condiciones de adquirir alimentos y medicinas mientras esté sometido a esa política de bloqueo y guerra económica que lo priva de los recursos indispensables para ello''.
"Es igualmente comprensible nuestro deber de advertir a nuestro pueblo y a la opinión mundial que Cuba no resolvería absolutamente nada, ni puede aceptarlo, ni contaría con recursos para la adquisición de alimentos y medicinas en esas condiciones'', afirmó
Granma.
El órgano oficial del Partido Comunista de Cuba prometió, pulverizar "una por una todas las mentiras y la inmensa hipocresía de los que gobiernan el imperio'', al mismo tiempo que "los conocimientos y la cultura política'' de los cubanos "crecerán
día a día como crecieron durante 7 meses de incesante batallar por el regreso de Elián''.
Entretanto el régimen castrista se ha propuesto una nueva meta: luchar por los derechos civiles y políticos de los ciudadanos norteamericanos.
"Estaremos defendiendo también el derechos constitucional de sus ciudadanos [de Estados Unidos] a conocer la verdad, viajar y ver de cerca con sus propios ojos a Cuba, su derecho a la seguridad de sus propias familias evitando que muchos delincuentes y prófugos de la justicia
viajen ilegalmente a Estados Unidos sin restricción alguna, su derecho a vender productos de su agricultura...''.
Curiosamente algunos de estos derechos que Granma reclama para los ciudadanos norteamericanos, lo reclaman también los ciudadanos cubanos en la isla.
Quizás Granma no se ha enterado todavía de que grupos opositores y disidentes políticos, existentes en el país, han elaborado decenas de peticiones al gobierno reclamando el derecho de los cubanos a viajar libremente al extranjero, sin restricciones; a conocer la
verdad a través del acceso a la información libre, sin el control del Estado y del Partido Comunista; su derecho a comerciar y vender libremente en el país.
Quizás Granma ignora también, o no quiere recordar, que hace 20 años cuando el llamado éxodo de Mariel, el régimen de Castro sacó de sus prisiones a peligrosos delincuentes (aproximadamente 12,000 según estimados estadounidenses) y los envió
a este país poniendo en peligro la seguridad y tranquilidad de las familias norteamericanas que hoy dice defender con tanta devoción. |