Cuba, la Meca Yoruba
Reinaldo Cosano Alén
LA HABANA, julio - Cuba va camino de convertirse en la Meca Yoruba, aunque también de otras religiones de raíces africanas.
"Peregrinos" provenientes de Argentina. México, Panamá, España, Estados Unidos y, por supuesto, la anfitriona: Cuba, realizaron en días recientes, del 18 al 21 de julio, el IV Encuentro Internacional Yoruba de La Habana, que contó con más de
cien representantes.
Para la ocasión, a la Asociación Yoruba de Cuba el gobierno ha entregado un espléndido palacete colonial en las inmediaciones del Parque de la Fraternidad, exactamente frente a la Fuente de la India en lo más céntrico de La Habana.
Otro evento anual religioso-folklórico de ancestros africanos que cobra singular importancia en nuestro país es la Fiesta del Fuego, en Santiago de Cuba, a la que concurren las naciones de nuestro mediterráneo mar Caribe, en especial de las islas, y que resulta además
un atractivo turístico.
Un resurgir folklórico-religioso conectado más directamente con el vodú haitiano lo promueve el gobierno en las provincias centrales y en Camagüey.
No debemos olvidar las fiestas de carnaval que quieren convertir también en un atractivo para el turismo del exterior imprimiéndoles un fuerte aderezo folklórico de danzas, comparsas, congas, toques de tambor, con fuertes reminiscencias del Continente Negro.
La cita yoruba de La Habana hizo un llamado al ecumenismo de todos los religiosos cubanos, con independencia del ideario de cada secta religiosa.
A la par surge una pléyade de estudiosos de las religiones sincréticas cubanas.
El estatal Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficas (ICAIC), dispone de toda una serie de filmes largos y cortos sobre la misma temática del sincretismo cultural-religioso con énfasis en el elemento africano.
"La religión es el opio del pueblo", idea marxista que en las primeras décadas de gobierno desató en nuestro país las mayores desgracias con la condena y persecución religiosa.
Como se aprecia, aunque en somero análisis, el bandazo es ahora contrario. Así, el Partido Comunista de Cuba (PCC) admite en sus filas a creyentes, aunque nadie pueda llegar a comprender cómo es posible reconciliar la fe etérea religiosa con los dogmas ateos y
materialistas de la ideología de ese grupo político.
Sin dudas hay un clima de cierta tolerancia religiosa. Pero, no piense alguien que se trata de un feliz camino de apertura, que es otra cosa bien diferente.
Ya desde 1986 con la aparición en el exterior de un polémico libro en inglés del que tenemos escasas referencias titulado "Afrocuba", se va sembrando la maquiavélica idea de la división religiosa.
Inevitable e impostergable para el gobierno de Cuba, por suerte al fin se produjo la visita a nuestro país de Su Santidad Juan Pablo II en 1998, y conectado con este trascendental encuentro en suelo cubano hay un acontecimiento que en su momento no fue captado en toda su dimensión
e intención y pasó casi inadvertido: en esa misma fecha habían invitado también a los sacerdotes yorubas del Africa, aunque eclipsada esa invitación por la mayor relevancia universal del Papa.
En ese mismo orden de cosas en un falso panteísmo estatal quedan enmarcadas las masivas celebraciones evangélicas en grandes plazas públicas con el auspicio y concordato del gobierno, de lo que no cabe dudas si nos atenemos a estas claras palabras del reverendo Raúl
Suárez, el 17 de diciembre de 1998, al anunciar las Celebraciones para meses siguientes: "Cada año son mejores las relaciones entre Iglesia y el Estado, visto como un proceso".
El movimiento estadounidense Pastores por la Paz que encabeza el Reverendo Lucius Walker, que precisamente en estos días se encuentra en La Habana solidario del gobierno de Castro, se inserta en esa tónica, que sirve de reafirmación a las palabras de Suárez: Es todo
un proceso.
Además del trasfondo político e ideológico hay algo más también muy importante: la afluencia de yorubas y otras religiones sincréticas a Cuba se está convirtiendo en un buen negocio de entrada de dólares fresca al país.
Tabaco, ron, turismo... y ahora ¡yorubas!, dan plata al gobierno cubano.
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