Hablemos de la burocracia socialista
Pedro Nasco Alvarez, UPECI
LA HABANA, julio - Cada vez que creemos habernos tropezado con el colmo de la burocracia socialista criolla, ella da muestras de que es capaz de superarse a sí misma y fijar nuevas cotas cada día.
Este redactor que, luego de laborar casi treinta años en esa esfera, creía conocer lo posible y lo imposible en materia de burocracia hace pocos días conoció un caso digno de la otrora popular columna "Créalo o no", de Ripley.
Toda entidad privada que opera una cuenta bancaria cuenta con funcionarios autorizados para operar la misma registrándose su firma en el banco, para que éste pueda comprobar que los cheques y documentos emitidos respecto a la cuenta en cuestión estén autorizados por
las personas facultadas para ello. ¿Podrá existir alguien con más facultad que los signatarios de esas cuentas para reclamar del banco los estados de cuenta y otros documentos afines?
Pues bien, el Tesorero de la Logia Masónica "Hermanos Amables", que opera su cuenta en la sucursal No.-3021 del Banco de Crédito y Comercio de esta capital, al personarse en dicha entidad para recoger los estados de su cuenta, fue sorprendido con la siguiente respuesta: "Para
recoger esos documentos usted debe estar autorizado por escrito por el signatario de esa cuenta".
Luego de argumentar insistentemente en lo absurdo de la medida, y convencido de que nada se puede cuando se trata de la burocracia estatal, el infeliz funcionario masónico se retiro de la sucursal bancaria para redactar el escrito demandado por la empleada del Banco.
Imagino que el documento exigido debe haber quedado en los siguientes términos:
"Por medio de la presente, yo, me autorizo a mí mismo, para recoger mis documentos en el Banco tal".
Créalo o no el hecho narrado es real, y no el fruto de una pesadilla de este redactor.
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