ANA BARON. Washington. Corresponsal. Clarín digital. Viernes 21 de julio de 2000.
El lobby cubano americano entró nuevamente en acción. Tras el revés del exilio de Miami con el pequeño balsero Elián González, la diputada cubano-americana por la Florida Ileana Ross Lethinen presentó con éxito en el Congreso un proyecto de
ley que prohíbe a Estados Unidos refinanciar la deuda de Rusia hasta que Moscú no cierre la base de inteligencia que tiene en Lourdes, Cuba.
El proyecto fue aprobado por 275 votos contra 146, pese a la oposición de la Casa Blanca. Esto complica la reunión que Bill Clinton tendrá con su colega ruso Vladimir Putin en Okinawa, en el la cumbre del Grupo de los Ocho. El Kremlin reaccionó con dureza a la decisión
de la Cámara de Representantes y denunció que fue "movida por ánimos antirrusos y anticubanos".
Lo que más preocupa al Kremlin no es la deuda misma con Washington —unos US$ 5.500 millones, de los cuales 485 son débitos de la ex URSS— sino el hecho de que EE.UU. pueda bloquear las negociaciones de Rusia con el Club de París, que agrupa a Estados acreedores,
por la deuda rusa con esa institución internacional por cerca de US$ 40.000 millones.
Washington se comprometió a posponer el pago de los 485 millones, pero si el proyecto aprobado llega a ser ley, Clinton deberá romper ese compromiso a menos que el gobierno ruso desmantele su base de espionaje electrónico y por la que paga a Cuba US$ 200 millones al año.
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