Xavier Mas De Xaxàs. La Vanguardia Digital - - 11:58 horas - Domingo, 16 de julio de 2000
Detrás de un pequeño jardín cerrado con candado, en una vieja villa de Miramar, en un cuarto de techo alto y roto, cristales opacos, ruidoso aparato de aire acondicionado y neón corto sin filtro, que agrava la palidez de su rostro, Elizardo Sánchez, la voz más
destacada de la disidencia interna al régimen castrista, ha colgado un cartel con bolsillos de plástico transparente, donde guarda los nombres, teléfonos y direcciones de sus colegas de oposición.
A su lado, compartiendo desánimo, crispación y un chorrito de esperanza, estaba el poeta y periodista independiente Raúl Rivero, que hace más de veinte años que no puede publicar en Cuba. A media tertulia llamó a la puerta y entró otro amigo, que
pidió que su nombre no saliera publicado y al que, en esta reconstrucción de las tres horas de charla sobre Elián, la represión, la crisis y el "rearme ideológico" del régimen, llamaremos José.
-Raúl Rivero: Elián regresa a una Cuba muy crispada. Cuando terminó la cumbre iberoamericana de noviembre y valiéndose de la bandera de Elián, el régimen inició una dura ofensiva contra la disidencia interna. Ha habido 262 detenidos entre
noviembre y febrero. Estamos en un país que vive de la ideología, que tapa la crisis con ideología y donde hay un triunfalismo sin base. Sube el petróleo y baja el azúcar. Hay mucha inflación. Hace tiempo que faltan medicinas. No hay carne. El pescado es
chileno y enlatado. La gente con dólares puede comprar jabón, aceite, detergente y papel higiénico en las tiendas "chopin"; el resto, ni eso. La miseria es mucho peor en el interior que en La Habana. Hay muchos opositores que se están marchando. Cientos de miles
de personas (el año pasado fueron más de medio millón) se apuntan a la lotería del Gobierno americano para conseguir uno de los 20.000 visados anuales. Hay desazón y falta esperanza, y esto es lo peor de todo.
-El drama de Elián ha servido para que los estadounidenses tengan una imagen más favorable del régimen castrista.
-Elizardo Sánchez: Elián ha sido negativo para la oposición interna.
-R. R.: Ha puesto en las manos del régimen una causa justa, que va a utilizar para lanzar una guerra sucia, con descalificaciones morales, contra la oposición interna.
-E.S.: Espero un empeoramiento de los derechos humanos y civiles a corto plazo. No veo al Gobierno iniciando ninguna reforma. Se está atrincherando y endureciendo su discurso y sus prácticas. Estamos ante la oleada de represión política más fuerte de la última
década. El Gobierno ha aprovechado lo del niño náufrago para iniciar el rearme ideológico, con la única finalidad de relanzar el modelo totalitario.
-R.R.: Han puesto en marcha un programa, a diez años vista. El primer objetivo era que volviera Elián. El segundo es que, dentro de diez años, Cuba sea el país más culto del mundo. Para ello están movilizando a niños de hasta seis años.
Esto no se le ocurrió ni a Mao. Luego está la lucha contra la ley de Ajuste Cubano (que garantiza asilo a los cubanos que llegan a Estados Unidos), el bloqueo, la Helms-Burton (que endurece el bloqueo), la Torricelli (que impide comerciar con Cuba a las empresas subsidiarias
americanas) y, finalmente, la recuperación de la base de Guantánamo.
-El Gobierno ha prometido no utilizar a Elián con fines políticos ni propagandísticos.
-R.R.: El otro día dijeron que "Martí (el héroe de la independencia) amaba a su hijo como Juan Miguel ama a Elián". La comparación es una falta de respeto a Martí. Es un ejemplo del delirio de la propaganda, de su ridículo. De Elián
han dicho que es la bandera y el escudo de la patria. Este niño nunca más podrá ser normal, con toda esta manipulación. En siete meses (los que ha estado en Estados Unidos) ha pasado de ser Batman a ser El Pidio Valdéz (héroe de la independencia convertido
en muñeco televisivo para educar-entretener a los niños). Su madre, que fue militante del Partido Comunista hasta una semana antes de irse -que esto no se ha dicho en Miami, donde también se ha idealizado la imagen de Elián- se lo llevó de una Cuba triste y ahora
ha vuelto a una Cuba más en crisis y más desajustada. Cada día hay más diferencias entre pobres y ricos.
-E.S.: Se ha perdido la homogeneidad social que impuso el modelo soviético.
-R.R.: El salario de un día de trabajo son siete pesos. (El cambio oficial es un dólar por un peso, aunque, en la calle, el peso no vale más que cinco centavos de dólar.)
-E.S.: Con esto es imposible sobrevivir.
-R.R.: Nosotros, Elizardo y yo, lo conseguimos porque tenemos fe, que en el lenguaje popular quiere decir que tenemos un familiar en el extranjero. Un 30% de la población vive con el dinero de sus parientes de Estados Unidos y otros países. Aquí la gente subsiste con la
estrategia de alquilar las tres ces: el carro, la casa y el culo.
-Este año se esperan dos millones de turistas. Los ingresos del turismo superan ya a los del azúcar.
-E.S.: El dinero se lo queda el Gobierno, no llega a la gente. Es verdad que el Estado tiene más plata, pero los cubanos, no.
-Pero si hay más turistas pagando en dólares tiene que haber más cubanos con acceso a ellos.
-E.S.: Los turistas están siempre en las mismas zonas, principalmente La Habana Vieja y Varadero. Muy pocos van a otros lugares.
-José: Ni los trabajadores del sector turístico pueden beneficiarse porque sus salarios son muy bajos, no más de veinte dólares al mes. Los buenos empleos no son los que mejores sueldos tienen, sino los que más oportunidades dan de pillar lo que sea.
-R.R.: El cubano nunca pregunta cuánto va a ganar, sino cuánto se va a llevar. Todos estamos bajo el síndrome de Robin Hood. Admiramos al que roba al Estado.
-José: Ya podríamos estar en Afganistán. Al menos tendríamos Internet, que los talibanes lo permiten. Aquí, sólo pueden tener Internet los extranjeros y las empresas.
-R.R.: Yo sólo lo he visto dos veces. En la embajada checa.
-E.S.: Este era un país de turismo y carnaval, y lo han convertido en uno de cárceles y emigrantes. Nunca nadie quiso irse de Cuba hasta que triunfó la revolución.
-Artistas como Jorge Perugorría, los miembros del Buena Vista Social Club y los Van Van han contribuido a borrar lo más negativo del régimen y a difundir la imagen de una Cuba amable y tolerante, incluso con sus críticos.
-R.R.: Sí, esta es la izquierda alegre. Jorge hizo una fiesta en su casa el sábado de la semana pasada y fueron todos. También estaba Joan Manuel Serrat, que me han dicho que está grabando un disco por aquí. Son ricos. Apenas actúan en Cuba. ¿Sabes
lo que es un cuarteto? Una orquesta sinfónica cubana después de una gira por Europa. Todo eso del cine y el teatro crítico no es más que una rebeldía de opereta. Toda esta gente famosa está controlada por el régimen.
-En Estados Unidos, los Van Van y el Buena Vista Social Club tocan con todas las entradas vendidas. Los americanos siempre han sentido fascinación por Cuba y los cubanos también la sienten por Estados Unidos.
-José: Sí, aquí todo el mundo está fascinado con Estados Unidos.
-R.R.: Pero en los cincuenta, lo yanqui sólo gustaba a la aristocracia de La Habana, Camagüey y Santiago. El resto pensaba que los americanos eran tontos.
-E.S.: Y ahora han tenido que aprobar una ley que prohíbe entrar en los locales con ropa que tenga la bandera estadounidense.
-Los americanos parece que van a aflojar el embargo (está a punto de aprobarse la venta de alimentos y medicinas) y van a seguir fomentando los contactos culturales.
-R.R.: Sí, todo esto está muy bien y es muy positivo.
-E.S.: Es verdad, pero creo que Estados Unidos no tiene una política clara hacia Cuba. Durante años ha estado llevando el agua al molino de la revolución y ahora no sabe qué hacer.
-José: El gran negocio del régimen castrista siempre ha sido combinar la amistad con los rusos y la enemistad con los americanos.
-¿Qué queda de la visita del Papa de 1998?
-R.R.: Acaban de intentar desprestigiar a Dagoberto Valdéz, el director de "Vitral", la revista católica más importante que hay, y el cardenal, Jaime Ortega, tiene miedo y no ha dicho nada.
-E.S.: Si deciden aplastarnos nadie podrá hacer nada por nosotros. Este es uno de los gobiernos más independientes del mundo. No hace caso a la presión externa. El Gobierno de Cuba es independiente de la conciencia universal.
Desandamos el pasillo, pasamos por la pared de la sala con las fotos de Elizardo con algunos líderes mundiales y salimos a la calle, donde nos despedimos frente a un Chevrolet del 41 que aún le lleva de aquí para allá.
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