Abusos y más abusos sufren los presos en Kilo 8
SANTIAGO DE CUBA, 13 de julio (Luis Alberto Rivera, APLO) - El Presidio Político "Pedro Luis Boitel" hizo llegar a la APLO las siguientes denuncias desde la prisión Kilo 8, que está enclavada en la provincia de Camagüey.
El 12 de junio una protesta general sacudió el penal durante dos horas. El incidente fue causado por la mala calidad y cantidad de los alimentos que se le da a la población penal. El informe narra cómo continuamente se les sirve comida podrida a los confinados. Con gritos
de "tenemos hambre", golpes en las puertas de los calabozos y toques de vasijas, los prisioneros demostraron su inconformidad con el trato cruel que reciben por órdenes de la dirección de Kilo 8. Como "campo de destrucción humana" califica el presidio político
en su escrito a la cárcel camagüeyana, y advierte que la desnutrición y la pérdida de peso corporal, unido a las pésimas condiciones higiénico-sanitarias en que sobreviven los reclusos, pudieran desembocar en una epidemia que ocasione pérdidas de vidas
humanas.
En otra parte de la nota el Presidio Político reporta que a causa de esas condiciones infrahumanas y de los maltratos del personal de Cárceles y Prisiones del Ministerio del Interior, los casos de prisioneros que se autoagreden han aumentado, a pesar de que hay un nuevo jefe en
Kilo 8. El Capitán Osmeidis Roca Morales sustituyó al Teniente Coronel Francisco Morales Reina. Los presos atentan contra sí mismos generalmente cortándose con cuchillas de afeitar o inyectándose en las venas un compuesto a base de orine y heces fecales humanos
mezclado con petróleo que consiguen en la cocina.
Como consecuencia lógica, con el aumento de las autoagresiones también ha crecido el número de presos impedidos físicos. Los Funcionarios del Orden Interior (FOI) del penal constantemente se burlan de esas personas, que en realidad lo que necesitan es un trato
humano y asistencia médica especializada, subraya el documento.
Respecto al servicio médico, los prisioneros de Kilo 8 son mal atendidos por un galeno al que tienen acceso cada 20 días. El propio médico confesó que él atiende a los reclusos de otras prisiones de la región.
Otro mal que afecta a los recluidos en esa cárcel son los crecientes robos de las pertenencias de los presos que, misteriosamente, ocurren en los salones de visitas y en el llamado guardarropa. Ambos lugares están bajo la custodia de los FOI.
El informe del Presidio Político "Pedro Luis Boitel" concluye denunciando que el agua que se da a beber a los presos en Kilo 8, está en tan mal estado que prácticamente toda la población penal está padeciendo diarreas o amebas u otros parásitos.
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