Opiniones del pueblo que pasan por alto
Tania Díaz Castro
LA HABANA, julio - El poco interés que realmente presta el Estado Socialista a los cubanos de a pie se vislumbra con frecuencia en situaciones que ocurren donde menos lo esperamos. Por ejemplo, la administración del centro comercial que vende pescado liberado (no normado por la
libreta de racionamiento), situado en la calle 25 entre N y O, en el Vedado habanero, ha colocado un libro junto al mostrador titulado "Libro del visitante", con el fin de recoger opiniones y sugerencias de la población acerca del funcionamiento de dicho comercio estatal. A simple
vista puede apreciarse que prácticamente todas las críticas que aparecen en el libro se refieren al elevado precio del pescado, incluyendo las latas de conserva que cuestan tres días de salario de cualquier trabajador medio.
Las opiniones, todas firmadas y fechadas, coinciden en que éste no es un pueblo rico para comprar pargos y chernas completas a cien pesos, el equivalente a la mitad del salario promedio mensual. Solicitan la venta de ruedas, pues el cubano de a pie sólo tiene la opción de
llevar croquetas o hamburguesas, a precios algo módicos, pero de pésima calidad.
Otras críticas se refieren a que los empleados no quieran procesar la mercancía, tal y como se hace en el mundo entero y que no ofrecen bolsas de nylon, lo que obliga a muchos clientes a llevar el pescado en las manos.
A pesar de todas estas opiniones, escritas hace más de un año, nada se ha resuelto. El cubano de a pie que visita esas unidades continúa quejoso porque sabe que el Estado pasa por alto sus criterios.
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