Congreso Mundial de la Poesía
Tania Díaz Castro
LA HABANA, julio - Durante este mes de julio, entre los días 4 y 8, se celebra en Santiago de Cuba el Congreso Mundial de la Poesía.
Sufrimos la peor de las escaseces, pero las finanzas estatales siempre están listas para patrocinar todo tipo de evento que atraiga personalidades del mundo libre.
Como si se tratara de algo tan fácil, este Congreso analizará el destino de la poesía en el siglo XXI, algo que no se sabe cómo será, teniendo en cuenta la influencia del avance tecnológico en la vida del ser humano.
El propósito fundamental de estos eventos es comprometer a los menos perspicaces, mostrándoles ciertas instalaciones del Estado cual escenarios, a pesar del descomunal caos económico que sufre el país desde 1959.
Me pregunto si los participantes de este evento conocen la falta de libertad por la que ha tenido que andar la poesía en la Cuba de Castro. Decenas de libros han sido convertidos en pulpa de papel y otros condenados al ostracismo o al ultraje, como "Fuera de Juego", de Heberto
Padilla, y mucho antes los libros de poesía disidente de Francisco Riverón Hernández, quien fue obligado a dejar de escribir en su propia casa por miembros de la Seguridad del Estado.
En este evento tan peculiar no veo entre sus participantes confirmados, por ejemplo; nombres de poetas que sobresalen en el panorama mundial como Paul Celan, Evgueniv Evtuchenko, Jaime Lavastida, José Emilio Pacheco, Homero Aridjis, Gastón Mirón y los cubanos del exilio
Heberto Padilla, Belkis Cusa Malé y José Kozer.
Deseo éxitos a mis colegas visitantes -aunque en su primer día de Congreso nada se dijo sobre ellos en la prensa escrita cubana- y, sobre todo, un tercer ojo para que puedan ver la agonía de un pueblo cuando falta lo más preciado: la verdadera libertad.
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