CUBANET ...INDEPENDIENTE

7 de julio, 2000



El perfeccionamiento empresarial: otra ilusión perdida

Héctor Maseda, Grupo Decoro

LA HABANA, julio - El perfeccionamiento empresarial estatal que se está realizando en Cuba constituye uno de los eslabones fundamentales de la nueva política económica llevada a cabo por las autoridades gubernamentales y forma parte integral del cuarto cambio estructural que en esta disciplina ha desarrollado la Administración Castro en menos de cuarenta años.

"Es un nuevo sistema de gestión (...) en el que el núcleo principal es la empresa estatal", afirmó Carlos Lage, secretario del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, el pasado 14 de junio, al hacer las conclusiones en la recién concluida reunión celebrada en esta ciudad, con las entidades vinculadas a ese movimiento modernizador.

Sólo 19 de las 1411 unidades que están autorizadas para comenzar ese proyecto lo tienen implantado, informó ese día Grisl Tristá -miembro del Grupo Ejecutivo de Perfeccionamiento Empresarial- y de ese total apenas 426 de ellas tenían avalada la contabilidad, requisito indispensable para continuar en los siguientes pasos.

Entre las deficiencias más frecuentes, señala la especialista, deben considerarse la no coincidencia de la estructura organizativa con la plantilla de cargos y la falta de integralidad, los problemas en las definiciones de funciones y facultades, en los esquemas salariales y sistemas de pagos, en la elaboración de los presupuestos de ingresos y gastos en divisas, así como en la evaluación económica del proyecto presentado.

La propia fuente añade que de los 19 centros que ejecutan esta modalidad económica ninguno está exento de errores. Tienen deficiencias en el cumplimiento de los cronogramas (etapas), en la oficialización de la documentación necesaria, en la aplicación de los sistemas de pago, plantillas de cargo y de la nueva escala salarial.

Muchas de las medidas propuestas en este proyecto de perfeccionamiento empresarial -explican especialistas extranjeros dignos de crédito- no tocan a fondo los problemas esenciales que se deben enfrentar. Esto pudiera significar que la inmensa mayoría de las propuestas y señalamientos que se analizan hoy están viciados de caducidad por imponérseles fronteras artificiales que sólo permiten llevar los cambios hasta donde se autorizan y no hasta donde deben ir.

Haciendo un poco de historia, vemos que con el primer cambio estructural (1959 - 1970) se implantaron la 1ra y 2da Leyes de Reforma Agraria y las nacionalizaciones forzosas de los medios de producción y la banca. La empresa pasó de privada a estatal, pero no hubo resultados positivos. La zafra de los diez millones fue un ejemplo de ello.

Se produce entonces el segundo cambio estructural (1971 - 1985). Con él vino la incorporación de un modelo económico tipo soviético. Ingresó Cuba en el Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME), surgió la administración central del Estado y se incrementó la burocracia.

También se estableció el Sistema Nacional de Dirección y Planificación de la Economía y el Plan Unido de Desarrollo Económico, sin resultados apreciablemente benéficos. Empezaron los subsidios soviéticos y los negocios Cuba-URSS favorables al primero: compraban nuestra azúcar a precios superiores y nos vendían su petróleo (4 o 5 millones de toneladas adicionales) a costos muy bajos, para que Cuba los revendiera a terceros países.

No obstante, creció la deuda externa (cercana a los 3 mil millones de dólares) en 1982. Los costos y las deficiencias se dispararon. Bajaron los precios del azúcar en el mercado mundial y subieron las presiones económico-financieras contra Cuba. Se imponía hacer algo.

El tercer cambio estructural no esperó mucho, apareció entre 1986 y 1990. Se plasmó la idea del "Proceso de Rectificación de Errores y Tendencias Negativas". La esperanza se basaba en solucionar los problemas económicos a partir de las decisiones políticas, obviando las leyes económicas que rigen estos procesos. Fue un gran desatino. A esto debemos sumarle la desaparición del campo socialista y el posterior desmembramiento de la URSS.

Fue entonces que el poder de compra de Cuba se redujo y su economía se afectó. Comenzó el mal llamado "Período Especial", y decimos mal llamado, porque a partir de 1991 es que el país volvió a la normalidad: Se insertó en el conjunto de las demás naciones y reinició su participación en el mercado internacional. Especial fue su status de 1961 a 1991 en que disfrutó de la condición de hija pródiga de la ex-URSS.

Otra vez el caos, y la Administración de Castro cambió de nuevo para sobrevivir. En 1991 comienza el cuarto cambio estructural. Hasta 1994 fueron años con un elevado desempleo y el cierre de casi todas las industrias. Se redujo la capacidad productiva del país. El Producto Interno Bruto (PIB) cayó a niveles mínimos. Su comercio exterior se contrajo, al país sólo llegaba lo imprescindible. Comenzaba así una de las etapas más negras sufrida por nuestro pueblo.

A mediados de 1994 se adoptan medidas económicas más realistas: se reducen los subsidios a las empresas estatales y aumentan los ingresos al presupuesto nacional, se entregan tierras del Estado a particulares para su explotación bajo control gubernamental e implantan un nuevo sistema nacional de impuestos, liberan los precios y la comercialización de los productos agrícolas, se reduce el excedente monetario circulante (superior a los 11 mil millones de pesos), para controlar la inflación. Todo ello con la intención de ajustar la economía en su conjunto, ante las nuevas condiciones histórico-sociales y buscar nuevas relaciones comerciales con urgencia.

Se hacía necesario reinsertar la economía cubana en el mercado internacional sobre la base de nuevos convenios y socios. La introducción de nuevos paquetes tecnológicos y capitales foráneos se convirtió en una cuestión de vida o muerte para el gobierno cubano. Pero era necesario alcanzar la eficiencia en aquellas empresas estatales que no lo eran, o no constituían interés para los empresarios extranjeros o la administración central del Estado no deseaba incorporar a la misma el capital foráneo. Y es aquí entonces cuando entra a jugar su papel el perfeccionamiento empresarial. Es el nuevo intento de lograr eficiencia económica, desarrollar nuevas producciones y servicios para la exportación y el mercado interno en divisas que provienen de la comunidad cubana en el exterior (segundo captador de divisas en el país) y sustituir con productos nacionales las demandas de importación, con la calidad exigida y a costos competitivos, y así hacer menor el costo por dólar ingresado en la industria turística (primer receptor de dólares, nacionalmente.)

Lo cierto es que ninguna economía en el mundo resiste tantos cambios estructurales en tan poco tiempo. Los propios especialistas extranjeros califican esos pasos como los mejores para destruir el poder económico de un país.

La economía, como todas las ciencias, se rige por sus propias leyes. Ella no responde a caprichos o discursos políticos. Cualquier desvío que la aparte de su estricto cumplimiento recogerá frutos muy distantes de un verdadero desarrollo económico sostenido y, por supuesto, engrosará el saco de las ilusiones perdidas.



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