Una nueva plaza de la revolución
Mario J. Viera González, Cuba Voz
LA HABANA, enero - Con eficiencia increíble, el gobierno de Cuba está acometiendo las labores constructivas necesarias para erigir una nueva plaza pública. Desde las calles de Calzada y L, frente a la entrada principal del edificio que antes albergaba a la embajada de los
Estados Unidos y hoy es sede de la Sección de Intereses de ese país, hasta la altura del monumento al Maine, frente al Hotel Nacional, en la zona residencial y turística del Vedado, la nueva plaza en construcción ha hecho desaparecer las tres plazoletas que antes existían
allí.
Ha desaparecido el césped de los elegantes parquecitos que se interponían entre el monumento al buque de guerra norteamericano, hundido frente al litoral habanero en 1898, y el edificio de la embajada de Estados Unidos. Un relleno compacto en toda el área hace comprender
que los parterros y céspedes no han formado parte de la concepción del nuevo proyecto urbano.
Los habaneros que circulan por el lugar observan con asombro el ajetreo constructivo, ya casi para concluir, y que comenzara unos pocos días antes. Un enjambre de obreros procedentes de los contingentes de la construcción "Blas Roca Calderío" y "Raúl
Roa", laboran intensamente durante jornadas continuas de hasta 12 horas. Junto a los obreros se mueve una flotilla de equipos de transporte constructivo y varias palas frontales con el objeto de dejar lista, a la mayor brevedad, la nueva plaza para los actos con marcado efecto provocativo y
carácter pro gubernamental que se han estado ejecutando bajo el pretexto de reclamar la devolución del niño Elián González, que se encuentra en Miami bajo la custodia provisional de un tío abuelo.
La concurrencia de equipos mecánicos, como las palas frontales que son utilizadas en la obra del Vedado, resulta ser una verdadera paradoja cuando se conoce que faltan en lugares vitales para la economía. Según comunicación del corresponsal de Cuba-Voz en la
provincia de Ciego de Avila, Ramón Alegre, el central azucarero avileño "Enrique Varona González" (antiguo Adelaida) tuvo que detener la molienda debido a la falta de una pala frontal para mover el azúcar en su almacén de azúcar a granel, con las
consiguientes afectaciones que esa parada debe ocasionar para la zafra, la economía de los trabajadores que laboran en ese central y para toda la economía nacional en su conjunto. Queda demostrado una vez más lo que tantas veces se ha repetido: que al gobierno de Castro le
interesa más la política que la economía.
Para los chistosos de La Habana, que observan el movimiento constructivo, la plaza frente a la Sección de Intereses ya comienza a ser motivo de chacota, y hay quien asegura que una vez inaugurada se le bautizará como "Plaza Hassán Pérez" o "Plaza del
Choteo".
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