CUBANET... INTERNACIONAL

Febrero 24, 2000



El Buena Vista que no se ve

Gabriel Plaza. La Vanguardia Digital. Febrero 24, 2000

El hijo de Ibrahim Ferrer cuenta las intimidades del film.

Lleva con orgullo estampada en la remera la foto de su padre, Ibrahim Ferrer, como otro cubano llevaría la imagen del Che Guevara. Tiene 42 años y fue bautizado con el mismo nombre del sonero que es una de las estrellas del documental de Wim Wenders "Buena Vista Social Club". El destino quiso que, por estos días, la visita de Ibrahim Ferrer Jr. a sus familiares cubanos radicados en Buenos Aires coincidiera con el estreno de la película, donde se retrata la grabación del último disco solista de su padre, producido por Ry Cooder.

Ibrahim Ferrer Jr., que aparece en el documental y en los créditos oficiales del disco, fue uno de los testigos privilegiados de la filmación y grabación realizada en los estudios Egrem de La Habana. "Había un clima muy especial -recuerda. Todos nos convertimos inmediatamente en una gran familia. Ry Cooder, Wenders y Nick Gold (productor del sello World Circuit) pasaron a ser tres cubanos más. Compartíamos muchas horas, así que desayunábamos juntos, comíamos juntos, tocábamos hasta que parábamos un ratico para tomar un poco de ron. Entonces se armaba la jarana y otra vez nos poníamos a grabar. Risas, música, ron y así seguíamos hasta las dos de la mañana", relata Ibrahim Ferrer Jr.

Este músico de oído, que por ahora vive acá dando clases de baile, no sólo puso el toque de la clave y coros en varios temas sino que participó activamente en la comunicación de los participantes del proyecto musical-fílmico. "De los 22 días que duró la grabación del disco 19 me la pasé traduciendo las indicaciones de Cooder, que no hablaba nada de español, y de Wenders, que me hablaba en un inglés alemanizado. Así que ellos me decían qué querían de los músicos cubanos y yo se los transmitía. Aunque a veces los más viejitos, como Rubén González o el mismo Compay, no hacían caso y se ponían a jugar con los instrumentos, o ya no querían grabar más. Pero había un entendimiento muy directo cuando se ponían a tocar."

El ambiente familiar que transmite el film y las canciones que resuenan en el álbum siguen muy frescos en la memoria del hijo de Ferrer. "Vivimos momentos inolvidables, porque se generó una hermandad entre todos. A mi me sorprendió mucho la sencillez de Cooder y Wenders, que parecía un campechano con su sombrero y no tenía nada de sofisticado. Cuando alguna imagen quedaba bien o cuando una grabación no se repetía más, (como esa que se ve cuando Cooder dice que no aguantaría otra toma más), se terminaba armando una tremenda jodedera para festejar."

El feeling entre todos los participantes del Buena Vista tiene su continuidad en el presente. "Si bien cuando la película se estrenó en Cuba en el teatro Carlos Marx, en diciembre del 98, Cooder y Wenders no pudieron ir, todas las estrellas del disco se volvieron a juntar para hacer un recital antes de la proyección -cuenta Ibrahim Jr.-. Fue muy emocionante para esos músicos que estaban olvidados ser reconocidos por el pueblo cubano."

Un acto de justicia

Su padre era una de esas viejas glorias olvidadas. El sonero, que había sido cantor de la orquesta de Benny Moré, tuvo que esperar hasta los 73 años para ser rescatado en un disco. "Para mí fue un acto de justicia todo este reconocimiento que está viviendo. Es muy lindo, porque él ya no tenía esperanzas de que sucediera algo con su carrera. Ya se había retirado hacía tres años, porque estaba decepcionado. Tocaba en lugares y no le pagaban. El día que lo llamaron para participar de la grabación del Buena Vista siempre recuerda que estaba sentado en el balcón de su casa limpiando sus zapatos."

Ibrahim Jr. es el único hijo varón "entre cuatro mujeres que cantan muy lindo. Debe ser hereditario", comenta. Y no sólo comparte con su padre el nombre, sino la predilección por la figura de San Lázaro, que aparece en la película en una de las escenas más íntimas del film. "Esa devoción que él muestra es la misma que tengo yo. Quizá sea esa fe la que me depositó aquí. O simplemente sea la vida la que nos dio esta nueva oportunidad a mi padre y a mí. Pero preferimos pensar que fue nuestro santo quien nos ayudó."

Gabriel Plaza Esperanza

Desde que llegó, Ferrer Jr. se terminó convirtiendo en un vocero autorizado de la película y en la llave para que el sonero venga de visita a nuestro país. "Yo tuve la suerte de estar ahí, pero solo ellos son los que generaron todo esto. Por ahí, mi granito de arena sea poder contribuir a que más gente conozca esta película y que en un futuro mi padre pueda venir con su grupo a tocar en la Argentina. Por ahí estando yo acá sea más fácil".

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