Sólo para recordar: el 24 de febrero
Mario J. Viera González, Cuba Voz
LA HABANA, febrero - Sólo para recordar esta fecha, a la que se le ha dado tanta connotación en Cuba, sirva esta crónica. Por estos tiempos a los cubanos divididos hoy en dos facciones irreconciliables -la de los comunistas en el poder de porque sí desde hace 41 años,
y los que se alinean en los grupos defensores de los derechos humanos y de la vía democrática de dirección del Estado- les gusta mucho rememorar las fechas del pasado histórico, y tratar de hacer coincidir con algunas de éstas las iniciativas que tomen para
impulsar un proyecto o poner en marcha algún tipo de propuesta.
Una de estas fechas carismáticas es la del 24 de febrero. En esta fecha se conmemora el ciento cinco aniversario del inicio de la guerra independentista, que durante años había organizado desde New York José Martí, a quien por cierto nunca los españoles
lo calificaron de mafioso por sus actividades conspirativas en la gran urbe norteamericana.
El objetivo propuesto era -como se especificaba en la orden de alzamiento del 29 de enero de 1895 firmada por Martí, Mayía Rodríguez y Enrique Collazo- hacer un levantamiento en armas "con la mayor simultaneidad posible". Sin embargo, este objetivo no se cumplió
y el alzamiento sólo se produjo en el oriente de la isla. Y como no podía faltar entre los cubanos, en el sudeste de Oriente se acataba el mando del General Guillermo Moncada, en tanto los alzados en las comarcas del occidente y norte de la provincia sólo reconocían la
jefatura del General Bartolomé Masó. El 24 de febrero de 1895 se iniciaba lo que sería un nuevo fracaso de las insurrecciones cubanas.
En 1898 la guerra, a la que Martí llamó necesaria, estaba a punto de concluir en un nuevo pacto del Zanjón, con nuevas disputas entre el mando militar y el gobierno civil, la muerte de Martí y Maceo, y el aislamiento de Gómez en Las Villas, impedido de cruzar
la Trocha de Júcaro a Morón para llegar a Oriente. Fue en este momento que intervinieron los yanquis y concluyó la guerra. Partió España, se dictó la Enmienda Platt y se inició la república que, maltrecha, moriría sin gloria cuando iba a
cumplir sus 57 años de edad.
En 1996, el 24 de febrero sería la fecha de otro fracaso histórico para los cubanos. Un gran revuelo, grandes emociones, enormes esperanzas, había despertado un proyecto de concierto entre los grupos que se oponen políticamente al gobierno de Castro, y que se conoció
como Concilio Cubano.
El gobierno se sintió amenazado. El 24 de febrero sería la fecha convocada para el encuentro de los firmantes de Concilio en algo así como un congreso de la disidencia. El gobierno se movió rápidamente. Le era imprescindible abortar aquel encuentro. Detuvo y
encarceló a dos figuras representativas de aquel movimiento, y mantuvo detenidos (temporalmente) a cientos de los participantes (otras versiones aseguran menos de cien).
Y mientras, el gobierno dentro del país propinaba sus golpes sobre aguas internacionales. Dos esperadas avionetas de Hermanos al Rescate, que se aproximaban a la isla para apoyar moralmente a Concilio Cubano fueron desintegradas por los misiles de la fuerza aérea cubana, causándole
la muerte a sus cuatro tripulantes. Se daba entonces la orden de que había que posponer Concilio Cubano, y el Grupo de Apoyo (G-7) se retiraba del evento. La posposición finalmente fue la muerte de Concilio Cubano.
Sólo para recordar esta fecha se escribió esta crónica... sólo por recordar.
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