CONTACTO Magazine. www.chontactomagazine.com. Febrero 13, 2000
La Vida Intima de la Elite Gobernante, por Norberto Fuentes
Ha salido a la venta el libro Dulces Guerreros Cubanos, del escritor Norberto Fuentes, un antiguo miembro de la élite intelectual cubana, que tuvo el privilegio o el infortunio de estar demasiado cerca del poder.
En este testimonio de 457 páginas, publicado por la editorial española Seix Barral, Fuentes se concentra en la década de los 80, tomando como base la vigilancia, el arresto, el juicio y el fusilamiento de dos de sus mejores amigos: el coronel Antonio de la Guardia y el
general de división Arnaldo Ochoa, en 1989. Otros acusados en aquel proceso fueron condenados a diversas penas de cárcel.
Producto de sus crónicas de las guerras africanas libradas por el ejército de Fidel Castro durante casi 15 años, Fuentes logra residir en el llamado "edificio de los generales" en La Habana. Fue partícipe de no pocas aventuras -desde combates hasta tráfico
de divisas, diamantes y armas- que lo acercaron de manera sorprendente al mundillo de los oficiales de alta graduación, funcionarios del Partido y agentes secretos de la Dirección General de Inteligencia.
Con gran habilidad narrativa y descomunales "flashbacks", Fuentes describe ese mundo y aquel momento crítico de la historia de la dictadura cubana, a finales de los 80, cuando ya se vislumbraba si no el derrumbe al menos un cambio radical en la órbita comunista
internacional.
Además de narrar con meticulosidad los sucesos atados al tema central, Fuentes despliega no poco oficio al relatar pormenores, ambientes de la vida cotidiana de la clase gobernante cubana, desde sus modas en el vestir, sus rituales con los relojes Rolex y los automóviles Lada hasta
sus aventuras amorosas, muchas veces contadas con tal lujo de detalles en materia de sábanas que se corre el riesgo de perder el hilo de la anécdota.
Dulces Guerreros... entra inclusive hasta cierto punto en la intimidad de Fidel Castro y su esposa de muchos años, Dalia Soto del Valle, y recorre junto al comandante en jefe la ceremonia de cruzar la Quinta Avenida de Miramar y otras arterias principales de la capital cubana, en la
caravana presidencial que traslada al hombre fuerte de Cuba desde su casa hasta el Palacio de la Revolución.
"El pueblo divirtiéndose y yo trabajando", le dice Castro a Fuentes en su oficina, un sábado por la noche.
"Del carajo, comandante", fue la única respuesta del entonces escritor oficial.
Veintinueve fotografías ilustran el texto, muchas de ellas con Fuentes junto a Fidel y Raúl Castro, Ochoa, Tony de la Guarida y el hermano gemelo de éste, el general Patricio de la Guardia, todavía preso en Cuba al ser condenado en el mismo proceso de 1989, por
presunto tráfico de narcóticos.
Narrado muy a la latinoamericana, Dulces Guerreros... parece más una novela que un testimonio, al menos como se conoce este género en Estados Unidos. Nadie duda, sin embargo, que Fuentes vivió lo que narra.
El escritor desmiente las versiones de ciertos círculos de la oposición cubana de que Ochoa y De la Guardia conspiraban contra Castro. Y admite que sus dos amigos, de sólo recibir una orden, podían convertirse -si de hecho no lo eran ya- en consumados asesinos.
En alguna ocasión le preguntó a Tony de la Guardia, quien se molestaba cuando le llamaban el James Bond cubano, lo que sentía cuándo le ordenaban matar a un hombre.
"Que es hombre muerto", le respondió el coronel.
Fuentes insistía en que hablaba más bien de sus sentimientos internos, no de si cumpliría la orden o no.
"Que es hombre muerto", volvía a responder el coronel.
De acuerdo con Fuentes, De la Guardia se disponía a secuestrar al ex dictador cubano Fulgencio Batista en 1972, cuando éste murió de un infarto la noche antes de la operación.
Asegura también Fuentes que De la Guardia ordenó la muerte del opositor cubano Aldo Vera, en Puerto Rico, debido a que Castro lo consideraba el verdadero culpable de la explosión en pleno vuelo de un avión de Cubana de Aviación, en 1976.
No pocos chismes políticos afloran con gracia en el libro, entre ellos dos mensajes importantes que el Premio Nóbel de Literatura, el colombiano Gabriel García Márquez, entregó a dos líderes mundiales de parte de Castro: Felipe González, jefe del
gobierno español y el general Omar Torrijos, hombre fuerte de Panamá.
Disgustado con ambos por ciertas conductas, Castro pidió a García Márquez, que es pintado solícito y alcahuete, que les diera el siguiente mensaje:
"Felipe, dice Fidel que tú eres un maricón".
"General, dice el Comandante en Jefe que Ud. es un maricón".
Estigmatizado en 1968 por su libro de cuentos Condenados de Condado, galardonado por Casa de las Américas, Fuentes inicia un exitoso proceso de rehabilitación que culmina precisamente con el fusilamiento de sus amigos 21 años después. Sometido a fuerte vigilancia
intenta huir de Cuba, pero es capturado y encarcelado. Intelectuales latinoamericanos, entre ellos su amigo García Márquez, interceden por él y consiguen su libertad. Actualmente radica entre Miami y Virginia.
Dulces Guerreros... se une a otros libros recientes, como El Furor y el Delirio, del ex agente de la inteligencia cubana y ex guerrillero Jorge Masetti, y Memorias de un Soldado Cubano del ex hombre de confianza del Che Guevara, Dariel Alarcón Ramírez (Comandante Benigno), en el
que figuras que estuvieron en el corazón del socialismo cubano presentan imágenes demoledoras de aquella realidad política.ƒ
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