Sobre Elián y los periodistas independientes cubanos
Manuel David Orrio, CPI
LA HABANA, 7 de febrero - Alguna que otra semana, algún que otro domingo, el periodista oficioso Angel Rodríguez Alvarez, director del semanario capitalino Tribuna de La Habana, me obliga a mirar hacia el retrato de José Martí que cuelga frente a mi mesa de trabajo
para, armado de paciencia, decir como el Apóstol que "el respeto a la libertad y el pensamiento ajenos, aún del ente más infeliz, es mi fanatismo; si muero, o me matan, será por ello".
Bajo el título "Vale todo", Rodríguez publicó un artículo en la edición del 6 de febrero del citado semanario, en el cual dio su personal respuesta a la pregunta "¿Qué dicen los autotitulados periodistas independientes, en relación
con el secuestro de Elián?"
De acuerdo con el articulista, la mayoría de mis colegas y quien escribe han "adoptado la posición más 'cómoda' y para nada comprometedora: no han dicho una palabra". Otros, según Rodríguez, han sido más inteligentes y han defendido "muy
discretamente" la idea de que el niño Elián González debe retornar a su padre. "Y aunque parezca increíble -apunta el tribuno, imagino en gozoso frotar de manos-, por el grado de abyección implícita, unos cuantos de estos especímenes
tarifados, farsantes por partida doble, pues no son periodistas y mucho menos independientes, han justificado el cruel secuestro con los mismos argumentos sostenidos por lo más reaccionario de la mafia anexionista de Miami".
Aceptemos la afirmación rodríguez-alvarezca según la cual los periodistas independientes cubanos somos una gavilla de escribientes mercenarios de segunda generación, como él acostumbra a decir. Olvidemos que lo mejor de ese periodismo, por ejemplo, se opone a
la política de sanciones económicas unilaterales de Estados Unidos a Cuba, punto sobre el que el director de Tribuna calla tenazmente al referirse a nosotros, no vaya a ser que pierda el puesto por dar más información de la debida al público imposibilitado de
leernos, como dictado es por la censura oficial, aunque dispongamos de equipos de fax desde hace poquitito tiempo, vale confirmarlo, y ya que él menciona la curiosidad y mutis hace, sobre todo cuanto la policía política de Fidel Castro nos ha confiscado, en amplio espectro desde
computadoras hasta juguetes para niños pobres, Víctor Rolando Arroyo encarcelado por seis meses por hacerse el Rey Mago, de paso.
Aceptemos, olvidemos; porque lo interesante del artículo de Rodríguez Alvarez es cómo reconoce, cómo "se le va", que entre los periodistas independientes cubanos existe DIVERSIDAD DE OPINIONES respecto al caso Elián González: unos callan; otros
invocan razones legales, no políticas, pero terminan defendiendo el retorno del niño a su país natal, y los terceros van de la mano con lo nombrado por el colega oficioso como "mafia anexionista de Miami".
Rodríguez Alvarez, director del semanario capitalino Tribuna de La Habana, acaba de aceptar ese hecho: diversidad de opiniones entre supuestos agentes del Gobierno de Estados Unidos, al estilo de la sacrosanta y denostada democracia, algunas de las cuales nada tienen que ver con lo
defendido por la Fundación Nacional Cubano Americana. Eso afirma el colega oficioso, aunque no lo diga explícitamente, o aunque no reconozca el carácter mayoritario de quienes están en favor del retorno a Cuba de Elián González, dentro del movimiento cubano
por los derechos humanos. No sólo los periodistas independientes.
Así, de seguir a la estrecha lógica de Rodríguez Alvarez, surgen dos curiosidades: no obstante la supuesta condición mercenaria de los periodistas independientes, un grupo de ellos se ha atrevido a desafiar a nada menos que la Fundación Nacional Cubano
Americana, al manifestarse en favor del retorno de Elián González. La otra curiosidad es más bien una pregunta para Rodríguez Alvarez: ¿Cómo se explica esa posición de lo mejor del periodismo independientes de Cuba a la política de sanciones de
Estados Unidos a Cuba? ¿Es que el amo es tan benévolo que permite "criados respondones"? ¿O es que el supuesto amo está respaldando a quienes luchan porque puedan publicarse dentro de Cuba opiniones discrepantes sobre cualquier asunto, como ocurre en Estados Unidos
con el caso Elián González?
Como bien afirma en su artículo Rodríguez Alvarez, "son muchas las cosas olvidadas, por ello dejo el tema abierto". Pues bien, colega oficioso, yo le invito a debatir ante el público de la Isla sobre esas "cosas olvidadas". Entre las cuales, sin dudas,
están las censuradas por publicaciones como las que usted dirige.
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