Jineteros ayer, padres hoy
Tania Quintero, Cuba Press
LA HABANA, febrero - Quien la ve, con su bebé en un coche último modelo, cruzando la calle, puede pensar que la joven es una afortunada: tiene familia en el exterior que le mandan suficientes dólares para ser una "pretty woman" con un "nice baby".
Mas se equivoca. Porque Marieta, de 24 años, dice que le parió a un viejo italiano que ya era abuelo cuando lo conoció, pero a quien se le cayó la baba cuando la bella mulata habanera le dijo, por teléfono, que estaba embarazada. "No estoy segura que el niño
sea de él, pues por esa época andaba también con un canadiense, un español y un alemán".
Todos de piel blanca, ojos claros y pelo rubianco. Como quiera que saliera la criatura, daba igual. A cualquiera de los cuatro se lo podía acreditar. Pero el único que se arrebató y no le dio la espalda fue el italiano, treinta años mayor que ella. "El viejo vino
cuando Marcelo cumplió el primer mes de nacido. Lo bautizamos. Ese día me dijo que fuera preparándome para la boda por la iglesia, que él quería celebrarla junto con la fiesta por el primer año del niño".
Después de ocho años jineteando, Marieta logró lo que quería: casarse y poder salir y entrar legalmente del país. Otros no han tenido que esperar tanto ni enredarse con un hijo. Es el caso de Daniel, que se empató con una "yuma" legítima,
y en menos de un año pudo viajar a E.U. Allí vive feliz, mientras espera aproximarse a los 30 para ser padre.
Pero una buen parte de los que a partir de la despenalización del dólar, en 1993, se decidieron por la prostitución, hoy, luego de lo difícil que se les puso la vida por el asedio policial, han buscado otras variantes. Una de ellas, la más practicada, es la de
casarse o "amarrar" a la pareja con un hijo.
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores y autoriza la reproducción de este material informativo, siempre que se le reconozca como fuente.
|