Una historia
navideña
Luis Alberto Rivera, APLO
SANTIAGO DE CUBA, diciembre - Roger es un pequeño de apenas 12 años,
pequeña estatura, piel morena, que siempre deambula por las calles de
esta ciudad. Generalmente se le puede ver en el céntrico parque Céspedes,
donde diariamente burla la vigilancia policiaca para darle un "concierto"
a alguno de los turistas que vacacionan por esta zona de Cuba. El único "repertorio"
del chico es "La Guantanamera", pieza que canta al ritmo de dos
maracas improvisadas. Así Roger lleva a su casa algunas monedas.
El niño vive con su madre y una hermanita de dos años en una
vivienda del reparto Municipal, uno de los barrios más marginales de
Santiago de Cuba. Cada vez que recorro esta región tras alguna noticia me
encuentro con Roger. Siempre desempeña su faena, es incansable.
Ahora, en la Navidad, le pregunté a este niño si esperaba los
regalos de Santa Claus o de los Reyes Magos y él me dijo que no, que
seguiría en su "trabajo", pero que junto a su madre y su
hermanita iría a la Iglesia de San Francisco de Asís el Día
de Nochebuena, pues darían una merienda.
Roger, con su ropa gastada por el uso y un par de zapatos que no aguantan más
remiendos, estaba en la misa junto a cientos de pequeños que pudieron
disfrutar la representación del nacimiento del Niño Jesús.
Un Santa Claus repartió globos de diferentes colores, caramelos y
juguetes. El improvisado intérprete de La Guantanamera ese día reía
y reía. Nunca antes lo había visto feliz.
Hubo un momento, cuando quizás Roger pensó que nadie lo
observaba, que él se apartó de la multitud y se refugió en
un rincón de la iglesia. Entonces comenzó a llorar. Me acerqué,
y fue cuando entre lágrimas me preguntó: "No es malo llorar, ¿verdad?".
Le puse una mano sobre la cabeza y le contesté: "Llora, porque
llorar no es malo".
Roger, como cada año de su existencia, no tendrá en su hogar
la visita de los Reyes Magos. Mientras otros niños reciben sus regalos, él
seguirá su recorrido por las calles santiagueras a la caza de algún
turista extranjero al que interpretará La Guantanamera al ritmo del par
de maracas improvisadas, para ganarse así unas cuantas monedas.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
Internet. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza
la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como
fuente.
|