Misiva
sacada del Combinado de Guantánamo denuncia violaciones de los derechos
humanos
SANTIAGO DE CUBA, 20 de diciembre (Luis Alberto Rivera, APLO) - Desde la cárcel
Combinado de Guantánamo, ubicada en la provincia de igual nombre, el
Presidio Político Pedro Luis Boitel hizo llegar clandestinamente a la
APLO un escrito que contiene varias denuncias de los maltratos que los
funcionarios de ese penal infligen a los reclusos.
La doctora en medicina a cargo de la salud de los presos no cuenta con los
recursos para esa tarea, por lo que se limita a informar: "Hasta el año
que viene no llega el pedido de medicamentos". Prisioneros que padecen
diferentes enfermedades están sin recibir medicinas en este momento, y
los que requieren tratamiento de estomatología, principalmente la
extracción de piezas, sufren dolores e infecciones sin que puedan
combatir el mal.
Por otra parte, el preso de 19 años de edad Yunier Figueredo fue
llevado a juicio el 19 de octubre acusado de salida ilegal del país y
condenado a dos años de trabajo correccional con internamiento, pero aún
lo mantienen encerrado en el destacamento de los pendientes de juicio. La nota
precisa que Figueredo presenta problemas mentales, no recibe visitas familiares
y como el penal no le suministra nada los presos políticos lo han apoyado
y hasta una sábana tuvieron que darle para que resistiera el frío.
El escrito del Presidio Político responsabiliza al jefe de la cárcel,
mayor Jorge Chediak Pérez, de lo que pudiera sucederle a Figueredo pues
desde el mismo día del juicio debió ser trasladado para el
correccional tal como dispuso el tribunal.
Mientras tanto, los reclusos del Combinado de Guantánamo temen que se
produzca un brote de meningoencefalitis equina, llamada vulgarmente fiebre del
caballo, porque se informó en los destacamentos del penal que todo
prisionero que presentara fiebres y dolores de cabeza llamara a los funcionarios
de orden interior encargados de abrir las rejas, para que los trasladaran
urgentemente hacia el hospital de Guantánamo.
Por su parte, Rafael Perera Gómez, preso político, fue objeto
de un registro en noviembre antes de entrar al pabellón conyugal para
encontrarse con su esposa. Lo desnudaron, le decomisaron la correspondencia que
iba a enviar a su familia. El registro fue realizado por el capitán
Silvestre del Departamento de la Seguridad del Estado. Cuando Perera Gómez
al fin llegó al pabellón conyugal se encontró que su esposa
había sido sometida también a un registro en el que le quitaron
hasta los medicamentos que debe tomar regularmente causándole serios
trastornos.
De igual forma, los prisioneros políticos Jorge Alvarez Sánchez
y Jorge Luis Larrazábal Zulueta están rigurosamente hostigados por
los funcionarios penales, que los someten a continuos registros a ellos y a sus
familiares durante las visitas.
El propósito de la represión contra Alvarez y Larrazábal
es evitar que estos presos políticos vuelvan a circular en el Combinado
de Guantánamo revistas y documentos considerados "subversivos"
por los funcionarios carcelarios. La nota destaca que la dirección de la
prisión tiene miedo de que los presos políticos le hagan
comprender a los comunes la realidad de lo que sucede en la Isla.
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