El
asombro
Ramón Díaz-Marzo
LA HABANA, diciembre - Demostrarle al pueblo cubano que su vida es miserable
no es tarea difícil para los que escriben. El pueblo cubano lo sabe
primero que muchos escritores que habitualmente viven en el laberinto de las
ideas. Los pueblos, sin necesidad de hacer periodismo o escribir un libro donde
se complica intelectualmente lo que es la pura y simple realidad, conoce en
carne propia que las cosas no funcionan como algunas montañas de palabras
inútiles pretenden demostrar en interminables jerigonzas leguleyescas.
¿Entonces cuál es la tarea de los que escriben independientes de
todo Poder? Cito las palabras de Nadine Gordiner, que a su vez cita las palabras
de Walter Benjamín cuando definió la formulación de Bertol
Brecht: "la meta, la responsabilidad del escritor consiste en causar que el
público, el lector, se asombre ante las circunstancias bajo las cuales
vive y funciona".
Así que un buen asombro ayuda. Por eso un texto bien escrito y bien
iluminado por los ángeles, si nos conmueve es capaz de revolucionar y
despertar valores humanos nuestros que subyacen sepultados bajo el peso de una
propaganda política o cultural manipuladas. Y hacernos, como miembros de
una multitud de rebaño fácil de conducir por aquéllos que
enloquezcan con el Poder, individualidades positivas que ya no regresarán
jamás al acontecimiento del conformismo una vez que han sido tocados por
la vara inmortal de lo que verdadera y realmente es y tiene que ser.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
Internet. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza
la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como
fuente.
|