Guillermo Estevez. Publicado el lunes, 24 de abril de 2000 en El Nuevo Herald
La derrota de Cuba en la ONU por la Comisión de los Derechos Humanos en Ginebra el martes 18 de abril marca un hito histórico en los anales de esta Comisión. La Cuba comunista tiene el récord de 9 condenas en este supremo organismo de los derechos humanos a nivel
universal.
La condena, a sólo unas horas de terminada la Cumbre del Grupo 77 con la presencia de 133 países y la participación de más de 50 jefes de estado y ministros, constituyó una justificada reparación a las víctimas cubanas y a la causa y la lucha por
los derechos humanos a nivel nacional y universal.
Era crucial para Castro y el partido, en estos momentos, haber sido absueltos en Ginebra este año de sus continuas violaciones de los derechos humanos y libertades fundamentales (libertad de expresión, prensa, asociación, reunión y opinión). Su triunfo allí
hubiera provocado un superregocijo en la pandilla que ocupa el poder en Cuba. Las manifestaciones programadas y obligadas hubieran sido grandísimas. Los apologistas, los cubanólogos, la extrema izquierda, los socialcomunistas norteamericanos y latinoamericanos se hubieran sentido
felices. Algunos miembros del círculo de poder en el Departamento de Justicia, en la Casa Blanca, en el Capitolio, y algunos grupitos en universidades y en sindicatos organizados hubieran sonreído con placer. Sobre todo, ciertos grupos ``religiosos'' encabezados por la reverenda Brown
Campbell hubieran pregonado hinchados la noticia en su peculiar concubinato con los altos medios de comunicación radial, televisada y escrita.
Pero no, no se dieron el gusto de tener una munición más en su increíble, aberrante y deprimente campaña de descrédito, estigma y demonización contra la trabajadora, exitosa y democrática comunidad cubana en Miami y otros sitios de los Estados
Unidos. Perdieron la refriega en Ginebra. Ha sido una verdadera victoria, que desde luego, no había sido reportada por el New York Times a 48 horas de la decisión.
A los checos, los polacos: ¡gracias mil!
A los checos, los polacos: ¡gracias mil! A Vaclav Havel y Lech Walesa: ¡muchas, muchas gracias! Gracias, gracias de corazón, a Argentina, Chile, Guatemala y El Salvador. Gracias al resto de los 21 países que votaron en contra de Castro. Y una vez más, gracias,
muchas gracias a la delegación de los Estados Unidos en Ginebra por su actuación sólida e inquebrantable a través de los años. Todavía en el Palacio de las Naciones en Ginebra son reconocidos el respeto a la dignidad humana y la igualdad de los derechos y de
oportunidades. Han demostrado una vez más su apoyo y respeto a la causa de los derechos humanos así como el rechazo al terror, la represión, la tortura y la opresión.
He aquí algunos de los puntos de la resolución recién aprobada por la ONU:
El punto 2 le pide a Cuba que honre sus compromisos y respete los derechos humanos, y hace referencia a tres reuniones en las cuales Castro mismo participó: la cumbre de Viña del Mar, Chile, en 1996; la de La Habana en 1999; y la de Río de Janeiro en 1999, donde se hizo
compromiso con la Unión Europea y Latinoamérica. Castro había violado todos los principios de democracia, derechos humanos y libertades fundamentales antes de estas reuniones, pero firmó los tratados y, sencillamente, siguió violando los principios.
El punto 6 expresa la preocupación de la Comisión por la adopción de la ``Ley de la protección y la independencia a la economía'' en Cuba, más conocida como la Ley Mordaza, que impone severas restricciones a la libertad de expresión.
La resolución L.35 del 2000 de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en general critica a Cuba por violaciones de derechos humanos. Reitera su rechazo y preocupación por la continua represión de los miembros de la oposición política, por la continua
detención de disidentes y opositores que incluyen al Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna. Le pide a Cuba que libere a los presos políticos y que se le permita a todo cubano el libre ejercicio y total participación en la vida pública y política de la nación.
Esta nueva derrota de Cuba en Ginebra es consecuencia de las aberrantes violaciones expuestas en este trabajo. En nombre de las víctimas que están allá y aquí... ¡viva la victoria del 2000!
Activista pro derechos humanos, ex director del Comité de Rescate Internacional en N. Jersey.
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