CUBANET... INTERNACIONAL

Abril 19, 2000



El voto sobre Cuba dividió a los ministros

Andrea Centeno Con la colaboración de Mariano Obarrio La Nación Line. 19.04.2000

El Presidente apoyó a Rodríguez Giavarini

Terragno, Gil Lavedra, Gallo y Storani cuestionaron la postura del Gobierno.

El voto que la Argentina emitió ayer para condenar a Cuba ante la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas provocó una dura disputa interna en el gabinete que trepó hasta decibeles inacostumbrados para los aliancistas. Y que requirió, incluso, que Fernando de la Rúa debiera renovar su aval al canciller Adalberto Rodríguez Giavarini ante todo el elenco ministerial.

Todo comenzó a causa de que la Argentina, por primera vez durante un gobierno no justicialista, votó tal como lo hacía Carlos Menem: condenando a Cuba por la falta de derechos humanos en la isla, pero agregando a esa condena una advertencia hasta ayer inusitada, al rechazar, a la vez, el embargo sobre el país que hace 40 años gobierna Fidel Castro. Pero esto último se desconocía en la Casa Rosada, a la hora de la reunión de gabinete.

El revuelo en la Casa de Gobierno se notó muy temprano. Todavía no eran las 9 cuando Rodríguez Giavarini debió soportar los durísimos reproches de ministros radicales y de Graciela Fernández Meijide. Por si fuera poco, luego fue sometido a una especie de interpelación sin tregua que comenzó el ministro de Infraestructura y Vivienda, Nicolás Gallo, y a la que se sumaron inmediatamente los titulares de las carteras del Interior, Federico Storani, y de Justicia, Ricardo Gil Lavedra, en ese orden. Y a las ansias de saber de los primeros, adhirieron voluntariamente el jefe de Gabinete, Rodolfo Terragno, y por último la ministra de Desarrollo Social.

Todos ellos querían escuchar de boca del canciller por qué un gobierno encabezado por un presidente radical había votado en la misma tradición que inauguró Menem.

Hasta allí lo que había ocurrido, cuando aquí todavía era de madrugada, fue que el representante especial para derechos humanos de la Cancillería, Leandro Despouy, expresaba su voto contra Cuba en Ginebra tal como se hizo durante los últimos diez años y como jamás lo había hecho Raúl Alfonsín en sus años de presidente. El ahora jefe de la UCR se resistió siempre a condenar a la isla.

"Yo soy el presidente del partido y me acabo de enterar", se quejó Alfonsín públicamente y lo volvió a hacer en privado luego de que el canciller le envió por fax los fundamentos del voto. "Hubiera preferido la abstención", diferenció. Lo mismo opinaron Storani y Gil Lavedra, pese a reconocer luego que el voto en contra del embargo fue "positivo".

El voto

Por la continuidad de la costumbre menemista es que, en definitiva, los ministros se enojaron con el canciller. Y parecieron desmedidos en sus críticas, hechas antes de que el diplomático pudiera explicar que la condena no fue en sintonía perfecta con la pretensión de la Casa Blanca.

Lo cierto es que Despouy, en una jugada calificada por él mismo como "digna de la más alta diplomacia", logró incluir en el voto argentino un rechazo al embargo con que los Estados Unidos castigan a la isla. Para ello obtuvo la adhesión total de Chile y, por primera vez en la historia de las votaciones argentinas ante la ONU, de los países de la Unión Europea.

"Hay que mejorar los derechos humanos de Cuba, pero para ello es imprescindible poner fin al embargo norteamericano", sostuvo Despouy en diálogo telefónico con La Nación desde Ginebra, al destacar "el hecho de que la Argentina haya tenido una iniciativa que centró el aval de toda la comunidad europea".

"Fue importante la consulta con el presidente de Chile, que es socialista", destacó De la Rúa. Aludió a Ricardo Lagos, a quien definió como su amigo.

A Despouy se lo escuchaba muy contento, casi feliz, mientras relataba cómo obtuvo el respaldo de 16 países para una moción que, hasta la madrugada, sólo conocían él, el canciller y el Presidente. "Hubo negociaciones con Chile que Europa aceptó y bendijo", sintetizó. "Logramos un voto que coincide con el de los Estados Unidos sin ser totalmente norteamericano, a la vez que tampoco lo es pro cubano", celebró.

Las disputas

"Entre gritos y reclamos de explicaciones al canciller, que debió soportar cachetazos verbales de todos los lados de la mesa, se le quiso cobrar por haber decidido solo el cambio de la postura radical", contó a La Nación un ministro, al relatar las secuencias que tuvo la última reunión del gabinete. La secuencia fue ratificada a La Nación por otros dos ministros.

"Todos gritaban: primero Gallo, luego Storani, Gil Lavedra, Terragno y Fernández Meijide, que sin gritar dijo al canciller que debía una explicación. Mientras Rodríguez Giavarini se acomodaba en la silla con la cadera para un costado y para el otro. Y se pasó más de la mitad de la reunión dando respuestas", siguió la fuente.

Entonces, el jefe de la diplomacia argentina contó en detalle el voto y el matiz importante de haber reclamado el fin del embargo. Además, sostuvo, sería injustificable que la Argentina hubiera modificado una solicitud para que se respeten los derechos humanos.

Así se ganó inmediatamente el respaldo del Presidente, que aclaró ante todos que sabía de antemano el espíritu de la moción argentina. Sólo allí, Gil Lavedra y Storani aclararon que, pese a no compartirlo, avalaban la decisión y reiteraron que, a sus respectivos juicios, la mejor opción hubiera sido la abstención.

"Fue un intercambio amigable y respetuoso y el canciller explicó con toda claridad la situación", describió, luego, el secretario de Cultura y Comunicación, Darío Lopérfido, al recordar las discusiones matinales.

Lopérfido dijo también que el jefe del Estado había asegurado que con la decisión expresada en Ginebra "la Argentina había marcado un paso muy fuerte en su independencia de los Estados Unidos y en beneficio del pueblo cubano, al condenar las violaciones de los derechos humanos en la isla, pero también el embargo".

En su presentación ante la ONU, la Argentina dejó en claro que rechaza "el embargo y otras medidas coercitivas unilaterales que se aplican desde hace varios años contra la isla y que afectan al pueblo cubano".

Además, el gobierno argentino se abstuvo de votar en contra de China y de Irán, dos países con los que la Argentina incrementó el intercambio comercial durante el último mes.

"Obviamente, en estas cuestiones hubo una bajada de línea directa desde la Presidencia que me transmitió el canciller", dijo Despouy a La Nación como para despejar cualquier duda sobre la excelente comunicación que dice mantener el jefe de la diplomacia con el de la Casa Rosada.

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