Las glorias y las memorias
Néstor E. Baguer, APIC
LA HABANA, abril - Cuando se inauguró, La Habana vibró de gusto. Al fin los habaneros y los turistas podrían disfrutar de verdaderos helados: cremosos, nutritivos, y una oferta de treinta sabores.
Pero todo en esta vida pasa, y más en Cuba donde las dichas duran muy poco. Las largas colas se soportaban pensando en las delicias que esperaban, pero ahora siguen las colas de un pueblo que busca saciar sus deseos de alimentación y ya no se encuentran las delicias.
Hoy Coppelia es sólo una sobra de lo que fue. No pasan de seis los sabores que se pueden encontrar para en algo paliar el disgusto de los consumidores.
Coppelia se ha dedicado sobre todo a los helados de fresa y chocolate, que son los más solicitados pues -según informan- por diversos motivos la fábrica no puede producir más cantidad a causa de la falta de envases, de materia prima y de una sensible disminución
en el suministro de crema de leche indispensable para este tipo de helado.
Así que calma, habaneros, y a esperar mejores tiempos, que todo pasa. En tanto, de aquellas glorias no quedan más que las memorias.
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