CUBANET... INTERNACIONAL

Abril 13, 2000



Un destino manifiesto

Vicente Echerri. Publicado el jueves, 13 de abril de 2000 en El Nuevo Herald

La saga de Elián González está llegando al final. La historia --que ha cautivado al público norteamericano y que ha sido notoria en el resto del mundo durante 4 meses-- tiene todos los ingredientes de un cuento de hadas, excepto el final feliz. El ambiente opresivo de que una madre buena quiere librar a su hijo, la huida, el naufragio, la milagrosa supervivencia del pequeño, el rescate providencial. Todos los dramatis persona de estos cuentos también se hacen presentes: la criatura inocente, la madre valerosa, el ogro viejo y sanguinario (Castro, a qué dudarlo), el hada madrina (Maryslesis), la bruja espantosa (Janet Reno), etc. etc. Lo que no casa con esta venerable tradición literaria es el último capítulo (¿o es que éste no es el último?) en el que la bruja se sale con la suya y regresa al niñito inocente a las manos del ogro. No encuentro un relato tan frustrante en la tradición occidental.

Los cubanos del exilio no sólo nos sentimos frustrados por el fin de esta historia, sino también sorprendidos por las reacciones que, en contra nuestra, ha provocado. Si resulta muy difícil aceptar este triunfo del poder de las tinieblas, más aún nos asombra la campaña de difamación y escarnio de que hemos sido víctimas en los medios de prensa (con contadas e ilustres excepciones), la constancia de una furiosa antipatía que es hija natural, desde luego, de la ignorancia, la malicia y la incomprensión.

El caso de Elián ha obrado, pues, como una suerte de catalizador para unificar, en un solo frente operativo, a nuestros enemigos: un frente en el que coinciden elementos tan disímiles como la izquierda romántica --que sigue aferrada al proyecto de la llamada ``revolución cubana'' cuatro décadas después de su fracaso-- y la derecha pragmática; es decir, los empresarios que ven en la caótica economía de Cuba un filón para hacer cuantiosas y rentables inversiones. ¡Si sólo los Estados Unidos levantaran las obsoletas sanciones económicas!

Frente a estos arreglos se levantan nuestras voces de aguafiestas, y esto nos hace insoportables. El caso de Elián ha servido para que esta agenda de arreglo y componenda se ponga de nuevo sobre el tapete. La estrategia de Castro y de sus presuntos sucesores se ha visto robustecida con la crisis actual. El objetivo no ha sido ni es reunir a Elián con su padre (eso podría haberse logrado hace mucho), sino acercarse al gobierno y los círculos de poder norteamericanos y aislar a los que no nos resignamos con el destino que una banda de facinerosos le ha impuesto a nuestra patria. Por el momento, la estrategia ha funcionado. Habría que agregar que los exiliados tenemos parte de la culpa.

Los cubanos del exilio nos hemos enquistado en nuestro propio discurso y, confiados en que tenemos la razón de nuestra parte, hemos hecho muy pocos esfuerzos por probarlo. Para muchos norteamericanos, cuya decencia no me atrevería a cuestionar, nuestra apasionada insistencia en que Elián no se vaya linda con el secuestro.

¿Qué lección podemos derivar los exiliados de esta experiencia? La más obvia es que no hemos conseguido, pese a ser testigos y víctimas de la más larga e ineficaz tiranía personal de este continente en cinco siglos, convencer de nuestro punto de vista al pueblo norteamericano. Es decir que, hemos perdido --al menos hasta ahora-- la batalla de la opinión pública. La causa de esta derrota se deriva de la falta de un liderazgo verdaderamente capaz con una visión abarcadora de nuestra crisis nacional --Jorge Mas Canosa, que se acercó a este papel más que otros, fue sobre todo un exitoso cabildero--, y de la renuencia de los más pudientes de los nuestros a poner cuantiosos capitales en un efectivo aparato publicitario. Mientras la avalancha de propaganda enemiga --pagada o gratuita-- nos cerca desde las páginas de la gran prensa de este país, no ha habido signos de ninguna contraofensiva seria de parte nuestra. ¿Dónde están metidos nuestros ricos que pudiendo contrarrestar esta campaña contra nuestra comunidad, la consienten? De seguro que andan lamentando, en sus cocteles, la suerte de Elián, en tanto se dedican a incrementar sus inversiones, sin percatarse de las posibilidades que tienen de cambiar los acontecimientos.

Otra es que no podemos esperar mucho más de EU aunque sus intereses políticos hayan coincidido alguna vez con nuestro proyecto de recuperación nacional.

Hoy más que nunca el castrismo y sus cómplices --movidos por simpatías ideológicas o por logrerismo pragmático-- están más cerca de lograr un avenimiento que resuelva ``la crisis'' entre los dos países al margen de nuestros intereses. El caso de Elián ha servido a los fines de ese objetivo. Si ese designio llegara a tener éxito, nos quedaríamos definitivamente sin patria, condenados a un exilio perpetuo como los franceses que escaparon a fines del siglo XVIII a la hecatombe de la revolución haitiana para no volver nunca más. Todavía, creo yo, contamos con recursos para evitar ese destino.

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