JAVIER VALENZUELA, Washington. El País, abril 10
Juan Miguel González dice a la fiscal Reno que quiere vivir en Cuba
El Gobierno de Estados Unidos tiene preparados los planes de una operación policial para sacar a Elián González de Miami en la segunda mitad de la semana próxima, según informó ayer The Washington Post. Reforzadas moralmente por la presencia en
Washington de Juan Miguel González, el padre del niño balsero, las autoridades federales norteamericanas empiezan a sentirse fuertes ante un posible enfrentamiento con los sectores radicales del exilio que se oponen a su regreso a Cuba. La operación policial sólo se
desencadenará si Lázaro González, tío abuelo del niño, y Marisleysis, la prima que se ha convertido en su segunda madre, no cumplen el que parece ser definitivo ultimátum del Departamento de Justicia.
Tras su conversación del viernes en Washington con Juan Miguel González, en la que no estuvo presente ningún representante del régimen de Castro, Janet Reno, la fiscal general, ha confirmado la sinceridad del padre cuando afirma que quiere hacerse cargo del pequeño.
En esa conversación salió a la luz la posibilidad de que el padre y el niño se quedarán permanentemente en EE UU. Pero Juan Miguel González la rechazó e insistió en su deseo de vivir en Cuba con Elián, según informó a The New York
Times Doris Meissner, jefa del Servicio de Inmigración y Naturalización (INS).
El proceso de transferencia de la custodia legal de Elián desde los familiares de Miami a su padre comenzó el viernes con una carta del Departamento de Justicia. Lázaro González recibirá mañana o pasado una segunda misiva detallándole dónde
y cuándo debe entregar el niño al INS para que este organismo se lo pase al padre. La fecha límite será el miércoles o jueves. Si los parientes exiliados no se pliegan a este proceso de transferencia, en el que participarán psicólogos, el Gobierno de
EE UU solicitará en la segunda mitad de la semana una orden judicial para actuar por la fuerza.
A la luz del día
Los planes policiales ya están elaborados. Agentes del servicio federal de policía US Marshalls y funcionarios del INS se presentarán de día en la casa de La Pequeña Habana donde vive Elián desde que, en noviembre, fuera rescatado del océano. El
Gobierno ha descartado actuar de noche, tanto para evitar daños psicológicos al pequeño como para no dar una mala imagen. Las fuerzas federales han incorporado a sus planes el elemento de la falta de cooperación de la policía local anunciada la pasada semana por
los alcaldes de Miami y alrededores. En cambio, han recibido garantías de esos alcaldes de que, en caso de disturbios posteriores a la salida del niño, la policía local asumirá sus responsabilidades para evitar daños físicos a las personas y las propiedades
públicas y privadas.
Aunque opuestos a la devolución de Elián a Cuba, de donde huyó al precio de su vida la madre, Alex Penellas y Joe Carollo, los alcaldes de la ciudad de Miami y de su área metropolitana, han confirmado que no permitirán que las protestas se transformen en
vandalismo.
Penellas y Carollo, de origen cubano, saben que una revuelta callejera que confirmara que Miami vive en estado de práctica secesión del resto de EE UU sería muy peligrosa políticamente para la comunidad exiliada en el sur de Florida.
Los especialistas policiales de Washington prevén que su intervención tendrá que superar una cadena humana de manifestantes situada en torno a la casa de La Pequeña Habana. "Janet Reno y su adjunto Eric Holder están ahora preparados para el feo espectáculo
de un conflicto televisado con manifestantes en Miami a fin de hacer respetar la ley", informó ayer The Washington Post.
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