El País, España. Abril 5, 2000
Artistas internacionales graban un disco a favor de las escuelas de música en Cuba
Mauricio Vicent, La Habana.
Un grupo de destacados músicos de España, Cuba y Argentina ha puesto su voz al servicio de una iniciativa solidaria cuyo objetivo es recabar fondos y materiales para las escuelas de música de Cuba, a las que la crisis ha dejado huérfanas de instrumentos, pero no de
talento. Entre los artistas españoles que se han sumado al proyecto de grabar un disco están Joan Manuel Serrat, Víctor Manuel, Ismael Serrano, Rosario Flores y Ketama.
La parte cubana está representada por los cantautores Pablo Milanés, Santiago Feliú, Carlos Varela y Polito Ibáñez, el coro Exaudi, el grupo Habana Abierta -cuyos músicos residen en España- y la agrupación de jazz latino Habana Ensemble. El
argentino Fito Páez también colabora con una canción.
Al principio, la idea era que todos los artistas se desplazasen a La Habana a finales de marzo para grabar y ofrecer un gran concierto que serviría para presentar el proyecto en Cuba. Finalmente, la complicada agenda de la mayoría de los músicos hizo que cada uno grabase su
voz en su país, pero sobre la base de los arreglos de Miguel Núñez, el pianista de Pablo Milanés, quien ha instrumentalizado de nuevo la mayoría de los temas, ya que, según uno de los productores, "el objetivo es que el disco tenga unidad y suene a Cuba".
Una de cada
Cada músico pone una canción de su repertorio. Los Carmona eligieron Mala, de su CD Gente con alma, mientras que Víctor Manuel participará en la aventura con Canción pequeña, del álbum Sin memoria . Ismael Serrano fue el único español
que viajó a Cuba para grabar Vértigo, y Serrat será el último en elegir qué canción interpreta, pues quiere que ésta se integre lo más posible con el resto del disco.
La semana pasada, Pablo Milanés y Carlos Varela grabaron a dúo la canción de amor de Varela Los días no volverán, que ambos han cantado juntos en varios conciertos. Milanés, que el próximo día 22 iniciará una gira por 12 ciudades de
España, donde presentará Días de gloria, su último trabajo, también cantará El amor de mi vida en el disco solidario.
Milanés, que ha promovido en su país varios conciertos para recoger fondos para los enfermos de sida, considera que la iniciativa "tiene un gran valor". "Es un gesto solidario de arte tremendo", dijo, "los músicos cubanos tienen la tradición y
el talento, y apoyar las escuelas de música, que siempre han sido extraordinarias, es algo de gran importancia, más cuando falta de todo". Cuando se dice de todo, es de todo. Cuerdas, clavijas, arcos, pianos, boquillas para los saxófonos, partituras, papel pautado,
instrumentos... Varela y Santiaguito Feliú no estudiaron música en el Instituto Superior de Arte (ISA), pero lo hicieron sus músicos. Por eso son conscientes de la importancia del proyecto y han decidido intervenir sin cobrar una peseta, como el resto de los artistas.
"El talento, con recursos, se hace más llevadero", asegura Feliú. Él cantará Otro bolero, un adelanto de su próximo disco, en el que participarán como invitados Pablo Milanés, Fito Páez y probablemente también Serrat.
El origen de la iniciativa se debe a la escuela municipal de música de Mollet del Vallés y a la Facultad de Música del Instituto Superior de Arte (ISA).
Estas instituciones invitaron a España en 1999 a un cuarteto de música tradicional, integrado por alumnos cubanos, que ofrecieron una treintena de actuaciones en Cataluña. Gracias a las ganancias obtenidas en estos conciertos se enviaron a la isla más de 200
kilogramos de material para el desarrollo de la enseñanza musical; fue entonces cuando surgió la idea, apoyada por la Fundación Autor de la Sociedad General de Autores y Editores, de ampliar la colaboración realizando este disco, que será lanzado a finales de año
en España.
Las nuevas exigencias de la familia de Elián en Miami complican las negociaciones
J. VALENZUELA/R.TOWNSEND, Washington/Miami
El Gobierno de Estados Unidos negociaba ayer en varios frentes cuándo y cómo transferir la custodia de Elián González a su padre, Juan Miguel González, al que el lunes concedió visado para viajar a Estados Unidos. Las negociaciones con los familiares de
Miami (Florida) que albergan a Elián desde noviembre se bloquearon en la tarde de ayer cuando el Gobierno rechazó la nueva exigencia de éstos de que un equipo de psicólogos determine si un hipotético regreso del niño balsero a Cuba le perjudicaría.
Las partes se volverán a reunir mañana.
Creyendo inminente la operación gubernamental para arrebatar a Elián a sus familiares de Miami, pequeños grupos de manifestantes rompieron las barreras policiales que protegen la casa de La Pequeña Habana donde reside el niño balsero. Formaron una cadena
humana y gritaron "¡libertad para Elián!". Los parientes exiliados de Elián, que tienen pendiente una apelación a las decisiones gubernamentales ante un tribunal de Atlanta, querían garantías de que Juan Miguel González y el niño se
quedarán en EE UU mientras termina esa batalla legal. También pedían que psicólogos del Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) se entrevisten directamente con Elián para determinar qué es lo mejor para él. Este punto provocó
la ruptura temporal de las conversaciones y abrió aún más incógnitas sobre la salida a este caso.
Con el apasionamiento y confusión que caracteriza este caso, seguía sin saberse cuándo viajaría a EE UU Juan Miguel González, que tiene visado desde el lunes. Anoche se supo que su abogado, Gregory Craig, se dirigía a La Habana para "trabajar el
viaje de Juan Miguel a EE UU". El padre de Elián insistía ayer en que no tomaría un avión hasta tener asegurado el cuándo y cómo se hará cargo de su hijo.
Mientras en la sede en Miami de la Fiscalía Federal el INS negociaba infructuosamente, un día más, con los familiares exiliados los pasos para la entrega de Elián, el exilio radical cubano se movilizaba para impedir que su padre asuma la custodia. Las autoridades
municipales de Miami, que la semana pasada desafiaron al Gobierno federal y se negaron a colaborar con sus fuerzas policiales en la entrega del niño, trataban de evitar un estallido de violencia.
Voces disidentes se elevaron ayer en Miami. "Aquí vivimos en un macartismo cultural", declaró a la cadena NBC-6 Howard Simon, director en Miami de la Asociación Nacional de Libertades Civiles (ACLU), refiriéndose a la "persecución" de las
opiniones contrarias a la corriente dominante del exilio cubano. Ese canal de televisión le dedicó ayer un reportaje a la "intolerancia de Miami", en el que cuestionaba si la libertad de expresión existe en esta ciudad.
De los cerca de 800.000 exiliados cubanos que viven en el sur de Florida, menos de un 3% o un 4% se ha significado en las manifestaciones contra la repatriación de Elián, pero su voz es la única que se escucha. Uno de los disidentes es Eloy Gutiérrez Menoyo,
presidente de Cambio Cubano, un partido que favorece el diálogo con Cuba con vistas a una transición pacífica en la isla. "La prensa local", declaró a EL PAÍS Gutiérrez Menoyo, "no nos pregunta por nuestra opinión, no les interesa. La
mayoría de la gente se mantiene en silencio porque la maquinaria anticastrista controla la ciudad, tienen los contratos del Gobierno y con el dinero que ganan controlan las radios, la prensa escrita, la televisión y los políticos".
Francisco Aruca, director de Radio Progreso, a quien los exiliados radicales tildan de "comunista", se expresó en términos similares en la CNN. "Miami", dijo Aruca, "está en EE UU, pero no es parte de EE UU, porque no se respetan los principios de la
Constitución norteamericana. No hay plataforma para expresar la diversidad de opiniones, porque los medios de comunicación locales no están cumpliendo su función, o bien por miedo a las presiones de este sector del exilio o porque comparten su programa".
El desmayo de Marisleysis
R. T, Miami
La prima que ha cuidado a Elián desde noviembre fue hospitalizada ayer al desmayarse durante una ronda de entrevistas con las principales cadenas nacionales de televisión.
Sin haber dormido apenas y con una visible palidez, Marisleysis González ya estaba a las cinco de la madrugada en el restaurante La Carreta de la calle Ocho, en La Pequeña Habana, lista para contarle al mundo que "es inmoral enviar a Elián a un país sin libertad".
Poco después de las ocho, cuando un presentador de NBC le preguntó qué pasaría si a su padre lo detienen por negarse a entregar a Elián, Marisleysis se desmayó. Minutos después una ambulancia la trasladaba al hospital Coral Gables, donde anoche
permanecía estable. Según el portavoz de la familia, hoy será dada de alta.
Marisleysis, de 21 años, ha asumido el papel de madre de Elián desde que la madre natural, Elisabeth Brotons, muriera en un naufragio. Según ella, el niño no se separa ni un momento de su lado, duerme en su habitación e incluso la ha llamado "mamá"
en alguna ocasión.
"Entregar a Elián sería como traicionarlo", repite. "Aún no le he dicho a Elián que su padre está a punto de venir a buscarlo porque cuando se lo dije hace semanas no paró de llorar en dos días", afirmó en una
entrevista.
Cuba mantiene la incógnita sobre el viaje de Juan Miguel González
MAURICIO VICENT, La Habana
Con la incógnita aún sin despejar de cuándo viajará a EE UU Juan Miguel González para buscar a su hijo Elián, Fidel Castro y el padre del niño balsero asistieron el lunes a la inauguración de una gigantesca plaza de acero y hormigón
armado construida por las autoridades cubanas frente al edificio de la Sección de Intereses de Estados Unidos, en el malecón de La Habana. La plaza, bautizada con el nombre de Tribuna Antiimperialista José Martí, es quizá la única en el mundo concebida con
el exclusivo fin de protestar "contra el imperialismo yanqui". Con su humor habitual, los cubanos ya la han bautizado como el protestódromo.
El primer acto celebrado en este lugar se hizo coincidir con el 38º aniversario de la fundación de la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba y con el XII Congreso Latinoamericano y Caribeño de Estudiantes, que estos días se celebra en La Habana. Castro, Juan
Miguel, los 12 compañeros de aula de Elián y el resto de los miembros de la delegación que el mandatario pide que acompañen al padre del pequeño en su viaje a EE UU, asistieron a la gala cultural, pero no dijeron palabra.
La plaza, que se empezó a construir el pasado 15 de diciembre, poco después de comenzar la batalla por la custodia de Elián González, está presidida por una escultura de bronce del héroe nacional José Martí, con un niño pequeño
en su brazo derecho que, según uno de los oradores que habló el lunes, "bien podría ser Elián".
La Tribuna Antiimperialista estrenada el lunes tiene unos 8.000 metros cuadrados. Cuatro enormes arcos de acero sobre pedestales de hormigón dan la sensación de "techo y de unidad nacional", según el proyecto original, mientras que 10 gigantescas torres para la
iluminación simulan palmas reales, el árbol nacional de Cuba. "Es una obra faraónica", dijo uno de los invitados al acto. El lunes se colocaron allí 10.000 sillas, aunque las autoridades aseguran que puede acoger además a 30.000 personas de pie "y
otras cien mil en los espacios que la circundan".
Una obra cara
El precio de la obra ha sido muy discutido. Según las autoridades, ha costado cerca de 2,5 millones de dólares (unos 425 millones de pesetas), pero los rumores populares hablan del doble. El propio Castro se refirió a las críticas de numerosos cubanos; dijo que, si el
disgusto de algunos tenía un costo político, él lo asumía, pues la plaza sería una especie de escuela antiimperialista que seguirá teniendo validez después de que regrese Elián, como tribuna de denuncia de la política de EE UU, específicamente
contra las leyes de Ajuste Cubano, Torricelli y Helms-Burton.
Ayer, frente a la plaza ya vacía, funcionarios de la Sección de Intereses estamparon los visados de entrada en EE UU en los pasaportes del padre de Elián, Juan Miguel González; de su esposa, Nercy Carmenate; y del hijo de ambos, de seis meses, Hianny González.
También recibieron visados un primo de Elián, una pediatra y la profesora de la guardería a la que asistía el niño en la isla.
© Copyright DIARIO EL PAIS, S.A. - Miguel Yuste 40, 28037 Madrid
digital@elpais.es | publicidad@elpais.es |