"En este Estado comunista un
obrero es menos que un perro"
LAS TUNAS, 30 de agosto (Juan Téllez Rodríguez, Agencia
Libertad) - Elder Curbelo Marrero, de 47 años y residente de la zona del
poblado de Vázquez conocida por La Conaca, en Puerto Padre, trabajó
como Operador A de máquinas en la fábrica de envases de vidrio "Antonio
Maceo" de Las Tunas durante 14 años, pero, el llamado período
especial lo dejó sin empleo desde 1994.
El hombre recuerda: "Desde 1982 me asignaron el apartamento E6 en el
Edificio 17 del reparto Aguilera en Las Tunas. Lo estuve pagando durante doce años
a razón de 15.60 pesos al mes, lo que en quince años me haría
propietario del inmueble".
Pero Elder Curbelo explica que en 1990 el apartamento pasó a ser
vivienda vinculada a la Empresa, por lo que entonces jamás sería
su propietario.
"El 27 de diciembre de 1996 funcionarios de la Dirección de la
Vivienda con la ayuda de la policía local rompieron la puerta del
apartamento sin yo estar presente -narra Curbelo- recogieron todas mis
pertenencias, las echaron en un camión y se las llevaron para la casa de
mi padre en La Conaca de Vázquez".
Pero Curbelo se trasladó rápidamente hacia ese lugar y no
aceptó que bajaran allí sus pertenencias. Entonces, "como no
permití la operación, la policía y los funcionarios de
Vivienda se llevaron mis cosas para un almacén de la fábrica de
envases de vidrio. Allí permanecieron durante tres años",
precisó el desempleado.
Elder Curbelo subrayó que aquello fue un atropello. Pero el asunto se
complicó cuando a partir de enero del 97 le confiscaron su libreta de
racionamiento de alimentos porque, según le dijeron los funcionarios de
la OFICODA (oficina a cargo de ese documento oficial) "había sido
desalojado y no tenía un domicilio fijo, que es un requisito necesario
para poder tener derecho a la libreta de alimentos".
"Ante mi crítica situación, sin casa y sin libreta de
racionamiento para comprar alimentos, entregué personalmente una carta al
Consejo de Estado", continúa Curbelo. "Me contestaron que lo
sentían mucho, pero que no podían hacer nada por mí. La
misiva está firmada por Minerva Valdés".
Y sigue Curbelo relatando su tragedia: "Me vendieron un solar en mil
760 pesos en La Conaca de Vázquez, por el que tengo que pagar 15 pesos
mensuales. Allí fabriqué un pequeño cuarto con cartones,
tablas y yaguas, porque aunque me dieron una orden de construcción nunca
me facilitaron la compra de ningún material".
En cuanto a la cartilla de alimentos el hombre tuvo que esperar hasta
octubre de 1999 para que se la volvieran a conceder. "Estuve más de
treinta meses sin libreta (de racionamiento), me alimentaba, como dicen, de la
caridad pública. Todo lo que me hicieron -enfatiza Curbelo- es una prueba
de cómo en este Estado comunista un obrero es menos que un perro, no
tiene ningún derecho. Sólo es funcional el comunismo en la
propaganda. Aquí no existen sindicatos que te protejan, porque los que
hay son del gobierno y sólo defienden sus intereses reduciendo a los
trabajadores a la sumisión absoluta al poder totalitario", concluyó
Elemer Curbelo.
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